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Sin una investigación imparcial ni un debido proceso, Adorni decidió revocar la acreditación de un periodista en la Casa Rosada

La expulsión del periodista Fabián Waldman por cuestionar a Liliana Franco revela la intolerancia del oficialismo hacia la prensa independiente y la complicidad de ciertos medios con el poder.

La reciente prohibición de ingreso al periodista Fabián Waldman a la Casa Rosada, tras un enfrentamiento con Liliana Franco de Ámbito Financiero, expone la creciente hostilidad del gobierno de Javier Milei hacia el periodismo crítico y la connivencia de algunos medios con el oficialismo.

La Casa Rosada, símbolo del poder ejecutivo argentino, se ha convertido en un escenario de censura y favoritismo mediático. La reciente expulsión del periodista Fabián Waldman, conocido por sus incisivas preguntas al vocero presidencial Manuel Adorni, es una muestra alarmante de la intolerancia del gobierno de Javier Milei hacia la prensa crítica.

El detonante de esta medida fue un altercado entre Waldman y Liliana Franco, periodista de Ámbito Financiero, durante una conferencia de prensa en la que se discutía quiénes tendrían derecho a preguntar. Waldman habría calificado a Franco de «buchona», lo que llevó al director de Ámbito, Guillermo Gammacurta, a enviar una carta a Adorni denunciando el supuesto maltrato.

Sin una investigación imparcial ni un debido proceso, Adorni decidió revocar la acreditación de Waldman, impidiéndole el ingreso a la Casa Rosada. Esta acción no solo vulnera la libertad de prensa, sino que también evidencia un uso arbitrario del poder para silenciar voces disidentes.

La actitud de Liliana Franco y Ámbito Financiero en este episodio es cuestionable. En lugar de defender la pluralidad de voces y el debate periodístico, optaron por una postura que favorece la censura. Franco, con una larga trayectoria en la cobertura de la Casa Rosada, ha sido acusada por colegas de recibir privilegios en las conferencias de prensa, lo que pone en duda su imparcialidad y compromiso con la ética periodística.

Este incidente se suma a una serie de enfrentamientos entre Waldman y Adorni, en los que el periodista ha cuestionado la represión a manifestantes y periodistas durante protestas, así como la manipulación de información por parte del gobierno. En una ocasión, Waldman denunció que desde la Casa Rosada se operaba la cuenta «El Peluca Milei», utilizada para difamar a opositores y periodistas críticos.

La respuesta del gobierno ha sido descalificar a Waldman, tildándolo de «kirchnerista fanatizado» y negando cualquier irregularidad. Esta estrategia de estigmatizar a los periodistas críticos busca desacreditar sus denuncias y desviar la atención de las prácticas autoritarias del oficialismo.

La complicidad de ciertos medios y periodistas con el gobierno de Milei es preocupante. En lugar de cuestionar el poder y defender la libertad de prensa, algunos optan por alinearse con el oficialismo, traicionando los principios fundamentales del periodismo.

La expulsión de Waldman de la Casa Rosada es un ataque directo a la libertad de expresión y al derecho de los ciudadanos a recibir información veraz e independiente. Es responsabilidad de toda la sociedad, y especialmente de los medios de comunicación, denunciar y resistir estas prácticas autoritarias que amenazan la democracia.

En tiempos donde el poder busca silenciar las voces críticas, es más necesario que nunca un periodismo valiente, comprometido y libre. La defensa de la libertad de prensa no es solo una causa de los periodistas, sino de toda la ciudadanía que aspira a vivir en una sociedad democrática y plural.