Una decisión que pone en riesgo la salud de las y los argentinos
El gobierno nacional bajo la conducción de Javier Milei anunció la salida de nuestro país de la Organización Mundial de la Salud. Esta nueva medida busca emular las decisiones de Donald Trump y congraciarse dentro de la “batalla cultural” impuesta por el presidente de Estados Unidos. Sin embargo, el impacto que tendrá esta decisión para un país en desarrollo como la Argentina son de un alto costo sanitario, económico y, en consecuencia, humano.
La Organización Mundial de la Salud, organismo de Naciones Unidas, tiene un rol clave en la detección, alerta y articulación de estrategias de prevención y lucha contra enfermedades como así también en el financiamiento del desarrollo de nuevas vacunas y tratamientos para diversos tipos de patologías. Pertenecer a dicho espacio también permite acceder a beneficios económicos para la adquisición de medicamentos, investigación científica y prioridad en la recepción de vacunas o fármacos.
Desde la desidia o la ignorancia, el gobierno de Javier Milei intenta instalar en la discusión pública que la pertenecer a la OMS implica una pérdida de soberanía cuya afirmación carece de sustento ya que el organismo de Naciones Unidas tiene solo un rol de asesor para los países que lo integran y sus decisiones de ningún modo afectan a los miembros de la organización. Desde esa misma ignorancia, el gobierno nacional parece desconocer el rol central que tuvo en la erradicación de la viruela en la década de los 80 donde coordinó el programa global de vacunación.
Por estos motivos, desde el bloque de Unión por la Patria en el Parlasur, rechazamos este nuevo intento de Milei de rendirse ante el gobierno de Trump sin importar el impacto en las y los argentinos. La pérdida de soberanía está dada desde el momento que el presidente de nuestro país decidió sistemáticamente transformarse en un cosplay del magnate y presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El aislamiento al que Milei intenta llevar a la Argentina tendrá consecuencias graves en el corto y mediano plazo. El ataque al Mercosur, el debilitamiento de los lazos históricos con socios comerciales claves China o India, la salida de organismos de Naciones Unidas no deben ser decisiones unilaterales de un presidente y deben ser cuestionadas ampliamente para mitigar el daño que producen y producirán.