Villa Yanello celebra el festival del pan casero y honra al maruchito, un Ícono de fe local
En Villa Yanello, departamento 25 de Mayo, se llevó a cabo el Festival del Pan Casero, una tradición anual que celebra la elaboración artesanal de pan y semitas. Este evento no solo resalta la cultura culinaria de la región, sino también rinde homenaje a la historia y leyendas locales, como la del Maruchito, un joven cuya figura se ha convertido en un símbolo de fe para la comunidad.
En un ambiente lleno de música y unión, los vecinos de Villa Yanello se congregaron en las calles, con stands donde ofrecían panes caseros, preparados por manos locales que mantienen viva una tradición esencial en la vida cotidiana de los pobladores.
El festival tiene una importancia cultural significativa, pues las mujeres de esta zona rural, lejos de panaderías, han sido siempre responsables de la elaboración de pan, lo que inspiró a la comunidad a organizar un evento anual en su honor.
Lucía Otiñano, representante de la cultura en 25 de Mayo, expresó su alegría por la celebración, subrayando la dedicación de cada familia que se suma para que el festival sea posible: “Cada uno de los vecinos ha preparado su stand con el pan para la venta, y nosotros, un show artístico para enmarcar esta fiesta folclórica. Estamos más que felices de revalorizar nuestra cultura local”, afirmó.
Este evento también incluye la tradicional “Cabalgata del Maruchito”, en memoria de un joven de apellido Correa, conocido en la zona como «Maruchito», quien según la leyenda, falleció trágicamente mientras transportaba carbón desde San Miguel, Mendoza. La historia narra que el joven, al descansar junto a su carro, perdió la vida cuando este se desplomó, y desde entonces, la gente comenzó a pedirle milagros. La devoción popular hacia Maruchito ha crecido a lo largo de más de un siglo, y la municipalidad ha contribuido a la preservación de este culto local con la construcción de un monumento.
Para el cierre del evento, se presentaron músicos locales y el grupo Tres para el Canto, quienes llegaron desde Valle Fértil como petición especial de los vecinos. La música, junto con el aroma de los panes caseros, contribuyó a crear una atmósfera de celebración y tradición que recuerda la esencia del pueblo y la unidad de su pueblo.