Ajuste de Milei: la industria textil vive una de las crisis más grandes de su historia
La industria textil argentina enfrenta una de sus crisis más profundas en los últimos años. Ventas en decadencia, despidos, disminución en el uso de la capacidad instalada y contracción económica, son algunos de los desafíos que viene enfrentando el sector. Un nuevo informe realizado por la Fundación Pro Tejer, enciende las alarmas en el sector a partir de comparación con cifras del 2023. En ese marco, señalaron que «Luego del récord de inversiones de los últimos 3 años (que superan los 1400 millones de dólares) hoy 6 máquinas de cada 10, están paradas».
El escrito precisó que casi el 80% de las empresas registraron un descenso promedio del 40% interanual en el volumen de ventas y en la producción, mientras que el 76% retrotrajeron la capacidad instalada, lo que implica una caída del 29%. Con respecto a las empresas afectadas, el 45% tuvo que reducir su planta de personal durante el mes pasado donde la consecuencia fue el despido de más de 5000 trabajadores y las suspensiones de otros 10.000. Este desplome generó un retroceso del 16% en relación a diciembre del 2023.
Por su parte, el 40% de los encuestados aseguró tener problemas para afrontar los gastos, razón por la cual el 84% de las empresas optó por no invertir en el sector y un 81% del total cree que es «muy complejo» ganar o competir en los mercados exteriores debido a la brecha cambiaria y la situación monetaria del país.
Sobre esa línea, el 90% de las empresas que tuvo que achicar su producción lo atribuye al poder adquisitivo de la población y a la crisis que mermó el consumo en un 15,5%. La fuerte caída de la actividad se viene sosteniendo en los primeros seis meses del año y está impactando cada vez más en el empleo.
Una crisis que se profundiza por la apertura de importaciones
Los resultados negativos se desprenden de un contexto crítico donde el gobierno nacional eliminó trabas burocráticas para el ingreso de productos textiles y calzados desde el exterior. La medida de la Secretaría de Industria y Comercio fue dictada a mediados de marzo y rige por 120 días. La crisis afecta principalmente a las Pymes, que sufrieron un derrumbe del 88% de sus ventas en el mercado doméstico. A raíz de ello, una de las causas que generaron el fenómeno es la apertura de importaciones, que hace dos semanas eliminó el control aduanero del etiquetado para estos productos que, hasta ese momento, debían contar con uno realizado en origen o pedir una autorización a la Secretaría de Industria y Comercio para el reetiquetado a través del proceso de Adaptación al Mercado Local.
En ese sentido, la Fundación se expresó sobre la crisis en dicho rubro y sostuvo que «La industria tiene un rol fundamental en la generación de valor y trabajo genuino a lo largo y ancho del país». Posteriormente, exigió en mayo a Nación que el sector sea incluido en el «diseño de las políticas que van a conducir el rumbo del país en los próximos años».