“Un modelo que es para una élite”
Entrevista con Carolina Mera, próxima decana de Ciencias Sociales (UBA)
Tras el triunfo de las listas que impulsan su designación como decana, Carolina Mera dice que su prioridad será “unir a la comunidad de Sociales”. Sobre el Gobierno plantea su preocupación “por la violencia institucional que se está ejerciendo”.
Mera será electa antes del 31 de octubre y asumirá en el decanato en marzo de 2018.
“Lo que más me convoca es poder unir a la comunidad de Sociales”, dice Carolina Mera, que después de las elecciones de claustros realizadas la semana pasada se encamina a ser la nueva decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. La designación se confirmará cuando se reúnan los flamantes consejeros directivos electos, en una sesión aún sin fecha exacta, pero que se hará antes del 31 de octubre.
–¿Qué significa ser la primera mujer que va a llegar al decanato de Sociales?
–Un desafío enorme, porque creo que hay muchas cosas pendientes sobre el tema. A nivel nacional, la lucha de las mujeres por derechos y reivindicaciones fue acompañada por movimientos masivos de los cuales la facultad fue parte, las mujeres de aquí participamos. En la campaña se vieron las distintas propuestas que tenían todas las fuerzas de todos los claustros; demuestra que la temática está instalada. Eso, como mujer, me pone en un lugar de responsabilidad, tenemos más claro que nadie lo que falta. Hay que trabajar con los docentes qué significa la perspectiva de género, una sola materia no garantiza eso. Debemos organizar talleres de debate y formación en todas las materias. Debatir el protocolo, leyes contra la violencia de género y la contención; corresponde una preparación para estudiantes, profesores y trabajadores no docentes. Apuntamos también a un trabajo de extensión con la comunidad, donde se puedan dar cursos de asesoría y formación. La investigación hace mucho viene desarrollándose, se hizo un gran trabajo y hay que seguir profundizándolo.
–¿Qué prioridades tendrá al asumir?
–Lo que más me convoca es poder unir a la comunidad de Sociales: estudiantes, docentes, no docentes y graduados, que nos escuchemos, observar cuáles son los puntos débiles de la facultad, poder hacernos eco de lo que está pasando… hace muchos años que no tenemos esos espacios de conocimiento e intercambio de unos y otros.
–¿En qué situación va a recibir a la facultad?
–Eso será recién en marzo. Nosotros hoy somos parte de la gestión y trabajamos a la par, acompañamos la alianza de gobierno y nos interesa que termine bien. Me parece que va a ser muy bueno para la unidad académica la nueva dinámica de gestión.
–¿Cómo quedó la relación con el sector que apoyaba la reelección del actual decano, Glenn Postolski?
–Como en toda disputa, en esta elección hubo dardos picantes que fueron planteando un clima de tensión en la campaña, pero creo que responde a la intención de querer instalar ciertos discursos para ganar votos, algo que pegó en algunos claustros más que en otros. Sin embargo, no creo que luego se mantenga en una futura gestión, confío en que vamos a volver a alcanzar puntos de encuentro. Desde el primer día que asuma como decana voy a convocar a los afines y los no afines.
–Sus rivales marcaron especialmente que su lista implicaba el ingreso de Cambiemos en la facultad, por la participación del radicalismo. ¿Qué lugar ocuparán esos sectores en su gestión?
–Primero quiero remarcar que no son de la alianza Cambiemos, son parte de la alianza que dirige la carrera de Ciencias Políticas, que es una alianza plural compuesta por radicales, peronistas e independientes, donde dirigen los radicales. Es una actitud sana para la facultad incorporar esos sectores, que además tienen peso al dirigir una carrera. Me gustaría liderar una gestión que convoque a todos, a quienes nos apoyaron y a quienes no, de eso se trata gestionar, ese es el desafío: consensuar, si no, no estamos a la altura de una institución. La facultad integrada de la que hablamos en la campaña es eso, respetuosa de las diferencias políticas, académicas y profesionales. Sociales está compuesta por una gran heterogeneidad.
–¿Cuál es su caracterización del gobierno nacional?
–Tengo un diagnóstico muy crítico. Es un gobierno que vino a retroceder con conquistas en las que habíamos avanzado, no sólo en estos últimos años sino desde el regreso de la democracia. La detención arbitraria de Milagro Sala es un atropello total, mientras el Gobierno no escucha las resoluciones de organismos nacionales ni internacionales. Con la desaparición de Santiago Maldonado en manos de la Gendarmería, el Gobierno después de semanas no ha salido a dar explicaciones, ni siquiera puede garantizar una investigación seria. El fallo del 2×1 a los genocidas, todos hechos atroces. Estoy preocupadísima por la violencia institucional que se está ejerciendo. En materia económica es lo mismo, el endeudamiento de estos dos años, la deuda a 100 años. Cuando se sancione el próximo presupuesto nacional, miremos el porcentaje que se les asignará a los servicios e intereses de la deuda. Va a superar ampliamente los de Educación y Ciencia juntos.
–¿Cómo ve, en particular, las políticas para el sector educativo y el sistema científico?
–Van a la par del panorama que describí. Se trata de un modelo de país que no concibe a la industria como parte fundamental de su crecimiento, ni al desarrollo tecnológico, ni contempla el producto de valor agregado. Piensa que es mejor endeudarse y comprar un satélite antes que producirlo. Ese modelo es chiquito, para un grupo de elite que va a tener un enorme poder adquisitivo. Cambiemos no está haciendo mal su proyecto, están siendo exitosos en el suyo, que es éste. La ciencia es parte de un proyecto que piensa un país competitivo, emancipador y de soberanía, algo que el PRO no quiere. Respecto de la educación, la represión a los docentes dice mucho, lo mismo que el desfinanciamiento que sufren las escuelas y el sistema universitario.
Entrevista: Gastón Godoy.
Imagen: Guadalupe Lombardo
19 de septiembre de 2017
Fuente: Diario Página 12