Agresión a la educación pública: lo privado sí, lo público no
Las medidas anunciadas está semana con respecto a la educación privada por el Ministerio de Capital Humano se parece más a una «beca» para familias de clase media cuyos colegios ya son subvencionados, que a los «vouchers» al estilo chileno impulsados antes de las elecciones.
Aclaro antes de las elecciones porque es una de las propuestas de campaña que se venían mencionando en el gobierno libertario. Será que esta medida ya es un alarmante de instalar en agenda las privatizaciones hasta en la educación? Mientras que aún no se toma ni una medida a favor de la educación pública.
La principal diferencia del nuevo programa con los vouchers utilizados en otros países del mundo, como Chile o Suecia, es que en ellos los «vales» no se depositan directo en el bolsillo de las familias sino que bajan primero a las instituciones de acuerdo a la cantidad de alumnos y alumnas que tenga el establecimiento. El presupuesto educativo nacional se divide y destina directamente a los colegios, según el «mérito» de cada uno para conseguir alumnos. El punto es esencial para la teoría liberal, que considera que así se genera una competencia entre las escuelas para atraer mayor alumnado y que el colegio que más estudiantes tiene es el que más presupuesto merece. De esa lógica mercantil se deriva que la calidad educativa, pensada como un producto, tendería a mejorar en busca de ampliar la demanda. Además, en esos casos no se trata de un subsidio temporal sino permanente y no se aplica a un segmento específico del alumnado. Aquí, sin embargo, el programa tiene un destinatario específico y directo: las familias de escuelas privadas que quedaron pendiendo de un hilo tras el golpe inflacionario posdevaluación y el incremento de las cuotas y matrículas del inicio del nuevo ciclo lectivo. La propia resolución lo dice con claridad: «Se hace necesario asistir a familias cuyos hijos concurren a instituciones de educación privada que reciben aporte estatal», explica y precisa que «se buscará evitar que los alumnos deban cambiar de institución educativa debido al aumento en el costo de la matrícula o las cuotas mensuales, de manera de no discontinuar o modificar su trayectoria educativa». En otras palabras, evitar a las familias el riesgo de «caer en la escuela pública.
Cabe recordar que mientras se aprobó este «programa» sigue estando presente la agresión a la educación pública, desfinanciamiento, eliminación del Fondo de Incentivo Docente (FONID), falta de transferencias para formación docente o escuelas técnicas, y demás problemas que rodean a la educación.
Entonces, lo privado sí y lo público no?