Declarado estado de emergencia en La Paz, Bolivia, por graves inundaciones y deslaves
El Gobierno Municipal de La Paz, en Bolivia, ha tomado medidas urgentes ante la continua amenaza de lluvias intensas que han provocado inundaciones y deslizamientos de tierra en varias zonas. El alcalde Iván Arias anunció el domingo la aprobación de una declaración de emergencia y alerta roja, permitiendo la movilización de recursos y la coordinación con el Gobierno Nacional para abordar los daños causados por los recientes eventos climáticos.
La medida se produce después de una reunión entre Arias y el presidente de Bolivia, Luis Arce, donde se acordó una acción conjunta para hacer frente a la crisis. Arias destacó que la declaración de emergencia facilitará la obtención de maquinaria y la movilización de más de 3.000 efectivos para llevar a cabo tareas de construcción de gaviones y coordinación con las fuerzas de seguridad.
Las persistentes lluvias, que comenzaron hace varios días, han generado estragos en la región, provocando desbordamientos de ríos e inundaciones en diferentes áreas. La Defensoría del Pueblo también instó al Gobierno Municipal a tomar medidas inmediatas ante la situación y reportó daños significativos en varias regiones.
Para abordar la emergencia, se ha programado una reunión para el día siguiente entre el Gobernador de La Paz, Santos Quispe, el Comando de la Policía, el Alto Mando Militar y otras agencias pertinentes. El objetivo es definir estrategias de intervención lo más rápido posible.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología de Bolivia (Senamhi) ha emitido una alerta roja para varias regiones, incluida la cuenca del río La Paz, advirtiendo sobre posibles desbordamientos hasta el 12 de marzo.
Hasta el momento, se ha confirmado el fallecimiento de una persona como resultado de las condiciones climáticas adversas, según informes proporcionados por el alcalde Arias a los medios locales.
Las autoridades locales y nacionales están trabajando en estrecha colaboración para garantizar la seguridad y el bienestar de la población afectada, mientras se continúa monitoreando de cerca la evolución de la situación climática en la región.