Suben el mínimo de ganancias para apuntalar el consumo
A diez días de las PASO, el Gobierno decidió elevar desde agosto el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias a los salarios superiores a los $700.875 pesos brutos mensuales. El objetivo de la medida es que represente un alivio fiscal para los ingresos de los trabajadores que vienen golpeados por la inflación, con una contracción de 1,4% real en lo que va del año. La decisión oficial es resignar parte de esa recaudación, incluso en un contexto en el que necesita potenciarla si quiere cumplir con la meta de déficit del 1,9% del PBI con el FMI. De todos modos, analistas destacaron que el impacto no será significativo en términos numéricos.
El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció este jueves que a partir de este mes sólo pagarán el impuesto a las Ganancias las remuneraciones superiores a $700.875 brutos mensuales, lo cual representará un alivio para más de un millón de trabajadores registrados. La CGT destacó que la modificación del piso y las escalas permitirán «defender el bolsillo».
«Mientras seguimos trabajando en la mejora del ingreso, del poder adquisitivo y de la calidad de vida de la gente, este tipo de medidas son claves para que el impuesto no afecte los aumentos salariales«, resaltó Massa.
Por lo tanto, el Gobierno tomó la decisión de resignar parte del cobro del Impuesto a las Ganancias en pos de brindarle «alivio fiscal a los trabajadores». Consultado acerca del impacto en la recaudación, el director de Consultora Ledesma, Gabriel Caamaño, explicó que efectivamente se va a «recaudar menos de lo que potencialmente se hubiera recaudado si no se hacía el ajuste producto de la inflación«, aunque estimó que «no se generará un desvío significativo«.
Salarios y recaudación
En julio, la recaudación tributaria general cayó casi un 5% real anual, una dinámica que complica un poco más los números fiscales a fin de cumplir con el rojo de 1,9% del PBI en 2023, pautado con el FMI. Al respecto, el Gobierno impulsó el nuevo impuesto PAÍS, que cobra un agregado del 25% a la importación de servicios y 7% a la importación de bienes.
Ahí entran en juego el aumento de precios, los impuestos y el poder adquisitivo de los sueldos. Si bien la inflación se desaceleró en mayo y junio, el pico de 8,3% en el IPC de abril provocó un desplome de los salarios de 2,4% mensual. Apenas se recuperó un 0,4% en términos reales en el quinto mes del 2023. En el acumulado de diciembre a mayo (último dato oficial) los salarios registrados sufrieron una contracción de 1,4%.
Con la proyección al alza de la inflación para los próximos meses, analistas aseguraron que «no esperan una mejora real del ingreso en el promedio del 2023», a pesar de que muchas paritarias se dieron a corto plazo con revisiones trimestrales.
Al respecto, la consultora Geres destacó la caída anual en el poder adquisitivo: «En junio, el salario promedio de los trabajadores estables (Ripte), medido en términos reales, registró una suba de 2,1% mensual y una baja de 0,7% interanual«.
Fuente: Diario BAE Negocios