Embraer tendrá un nuevo turbohélice pero se aleja del concepto desarrollado con Argentina en el CBA-123
El nuevo concepto de turbohélice de Embraer ha atraído últimamente mucha atención en el mercado. Su diseño recuerda a un antiguo proyecto del fabricante, pero las similitudes son limitadas.
El futuro avión de Embraer aún no tiene nombre oficial y no se sabe mucho sobre él. Sin embargo, en sus declaraciones, el fabricante brasileño subraya que está buscando el avión más sofisticado del mercado con vistas a que suponga un cambio para sí mismo en términos de economía, confort y respeto al medio ambiente.
Hace unos dos años, Luis Carlos Affonso, Vicepresidente Senior de Ingeniería, Desarrollo Tecnológico y Estrategia de Embraer, dijo lo siguiente sobre el turbohélice: «Nuestra propuesta es ofrecer un turbohélice de alta tecnología, con 70 a 90 asientos, con la misma sección transversal que los E-Jets. Muy cómodo, sin asientos intermedios y con amplios compartimentos superiores. Con estas características, este avión sustituirá a los actuales reactores regionales en mercados muy importantes”.
Similitudes con el CBA-123, pero concepto diferente
Uno de los aspectos que ya se ha dado a conocer es el diseño. Tras la divulgación de las imágenes del avión, nacieron comentarios sobre el mismo, cuyo concepto utiliza el cuerpo del E175, con alas más rectas y motores en la parte trasera del avión, cerca de la cola.
Rápidamente, muchos hicieron la asociación inmediata con el proyecto CBA-123, desarrollado en colaboración con la Fábrica Militar de Aviones (FMA) argentina hace varias décadas. Este proyecto fue una innovación mundial en su momento, ya que utilizaba un motor turbohélice en configuración de empujador.
El proyecto acabó no saliendo adelante debido al elevado coste, a las dificultades de la asociación con Argentina, a la incorporación de demasiadas tecnologías nuevas, lo que provocó retrasos, así como a los problemas de ruido y vibraciones derivados del motor, que serían exclusivos del CBA-123, entre otras cuestiones.
En cualquier caso, el concepto de motores con hélice en la parte trasera del fuselaje no era exclusivo de Embraer. En 1988, la americana McDonnell Douglas había probado en el MD-80 un concepto similar, pero con motores propfan, que es un motor a reacción, pero con hélices instaladas en el eje justo después de las turbinas, lo que termina siendo «similar» al CBA.
La idea era que el MD-81 UHB se convirtiera comercialmente en el MD-89, del que también se ofrecería la versión MD-94X, con el mismo motor propfan, pero nuevo fuselaje y alas. Se quedó sólo en una idea, ya que el proyecto no salió adelante por falta de interés de las aerolíneas.
Antes de eso, la propia Boeing también había diseñado algo similar, pero nunca llegó a despegar, el 7J7, que sería un potencial sucesor del 727. De todos modos, estos ejemplos son diferentes del concepto actual de Embraer, lo que indica que mantendrá el tradicionalismo de las hélices tractoras (orientadas hacia delante).
Y a pesar de que nunca prosperó como proyecto, el CBA-123 dejó un aprendizaje que se reflejó en la línea ERJ que, a su vez, generó los E-Jets y ahora llega en la «tercera evolución» con este nuevo concepto, que también tiene sus alas similares al CBA. En el futuro, se sabrá cuán cerca estará el nuevo avión de aquel proyecto binacional
fuente aviacionline