Escuela Hospitalaria: de marzo a julio del 2022 asistió a 675 alumnos manteniendo su continuidad educativa
En este Ciclo Lectivo 2022, desde el 2 de marzo al 11 de julio, la Escuela Hospitalaria asistió a 675 estudiantes, que reanudarán sus actividades el 25 de julio. Mientras que la Escuela Domiciliaria brinda el servicio educativo 16 alumnos.
La Escuela Domiciliaria y la Hospitalaria son espacios de acompañamiento, que contiene el trance de la enfermedad y la hospitalización del niño y/o adolescente, donde cobra particular significación el aprendizaje. El seguir con actividades escolares los mantiene vinculados a su rutina diaria y afectos.
Conformación
Anualmente la escuela hospitalaria sanjuanina brinda el servicio educativo a alrededor de 25 alumnos domiciliarios y 900 alumnos hospitalizados, distribuidos, en turnos mañana en el Hospital Dr. Guillermo Rawson y en anexo turno tarde, del Hospital Dr. Marcial Quiroga, en los niveles: Inicial, Primario, Especial y un pequeño porcentaje de alumnos no escolarizados.
La planta funcional de las escuelas está conformada por: un equipo de conducción (directora y vicedirectora), docentes hospitalarias: 10 maestras de grado y 8 docentes domiciliarias y 3 docentes de especialidades (música, artes visuales y tecnología) sus actividades rotan entre las instituciones hospitalarias.
Metodología de trabajo
En la educación hospitalaria, el docente dicta la clase al alumno/paciente en la habitación de un hospital y en la educación domiciliaria, el docente da su clase en el domicilio del alumno. En ambos servicios se trabaja articulando con la escuela de origen del alumno.
El propósito es que el niño que está internado o atraviesa una enfermedad que imposibilita que acuda con regularidad a la institución educativa no quede excluido. La enfermedad interrumpe el proceso de escolarización viéndose obligado a abandonar su escuela de origen, para someterse a tratamientos, que en muchas ocasiones suelen ser prolongados y dolorosos. Afrontan un cambio rotundo en sus vidas, deben adaptarse a nuevas rutinas. Además de los cambios físicos se suman los emocionales, que van reflejando en sus estados de ánimo, a través de: angustia, miedo, tristeza, entre otros.
Familiares y pacientes/estudiantes además del proceso de tratamiento, deben pensar en el después de la enfermedad, en el que tienen que adaptarse a las exigencias sociales, el regreso a casa, a la escuela, el cumplimiento de horarios, rendición de exámenes, socializar con maestros y pares. Es un proceso difícil y estresante tras haber sobrellevado la enfermedad y tratamientos.
Bajo estas circunstancias, la docente domiciliaria y la hospitalaria desarrolla su rol, garantizando el derecho a la educación del niño, ideando una propuesta pedagógica, articulada con la escuela de origen, en favor de mejorar la calidad de vida del alumno durante su proceso de recuperación, al momento de finalizarlo, reincorporándose a su rutina y la escuela.
La docente es más que una simple maestra para los chicos y sus familias, extiende su rol de educar, convirtiéndose en sostén, contención, convierten una simple habitación de hospital o su hogar, en un aula. Logran por momentos sacarlos del dolor para transportarlos a la escuela, con tareas, aprendizajes, juegos y canciones. El trabajo es personalizado e individual.
Objetivos
General:
Garantizar la igualdad de oportunidades permitiendo la continuidad del aprendizaje de los alumnos y resguardando sus trayectorias escolares.
Específicos:
Mantener y propiciar el vínculo con la escuela de referencia del alumno, en pos de su reinserción.
Implementar la propuesta pedagógica priorizando el potencial sobre el déficit, acorde a la situación de enfermedad y contexto hospitalario y/o domiciliario.
Reducir los efectos negativos derivados del aislamiento que produce la enfermedad.
Favorecer los procesos de relación y socialización de los alumnos, necesarios para su desarrollo.
Resignificar la situación adversa, habilitando nuevos aprendizajes que favorezcan la promoción de la salud, la prevención de accidentes o enfermedades y el protagonismo en el cuidado de la propia salud.
Promover la articulación del paciente – alumno a su escuela de origen y/o la que correspondiere al obtener el alta médica posibilitando su integración escolar.
Intervenir tempranamente con pacientes afectados en el desarrollo infantil, desde un marco preventivo, para posibilitar su inclusión en los medios: familiar, social y escolar.
Estas acciones hacen que la escuela cumpla su rol social garantizando la escolaridad, evitando la deserción escolar.