Miguel Ponce: «el objetivo es claramente cumplible, pero hay un nuevo escenario internacional en el que, las soluciones no dependen de nosotros»
La meta de duplicar las exportaciones para llegar a los US$ 170.000 millones en 2030, que expuso el presidente Alberto Fernández ante la Asamblea Legislativa, representará el cumplimiento de varios desafíos, no todos de alcance nacional y para muchos de ellos se requerirá del trabajo conjunto entre los sucesivos gobiernos y el sector privado.
«El objetivo es claramente cumplible, pero hay un nuevo escenario internacional en el que, obviamente, las soluciones no dependen de nosotros», acotó al respecto Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior Siglo XXI.
El nuevo escenario que se presenta a partir de la invasión rusa a Ucrania, con una estampida en los costos energéticos y un replanteo del comercio, la logística y el tránsito a escala internacional, fue analizado también por el consultor y presidente de la Cámara Internacional de Comercio en la Argentina, Marcelo Elizondo.
«El año pasado el comercio mundial creció enormemente, la suma de las exportaciones de todos los países llegó a US$ 28 billones, la cifra histórica más alta», expuso Elizondo, para luego señalar que «eso supone que hay una gran demanda y por ende una gran oportunidad».
Sin embargo, reconoció que «si aparecen acontecimientos como la guerra en Ucrania y afecciones tanto a la logística y al transporte como volatilidades en los precios internacionales, cotizaciones cambiarias, eventuales sanciones o lo que fuera, son crisis que ralentizan la economía internacional y son factores que no podemos manejar».
Ese nuevo escenario tuvo su prólogo con la crisis de la Covid-19, que alteró de manera significativa el comercio internacional en 2020: «El 80% de las transacciones pasa por las grandes cadenas de valor, sea en bienes o servicios, y después de la pandemia, con la crisis de los contenedores y la de la energía quedó en evidencia la vulnerabilidad que tienen las cadenas más largas», apuntó Ponce.
Si a eso se le añade el conflicto ruso-ucraniano con su aumento en los combustibles y «una transición energética que también genera sobrecostos, más la ya señalada crisis de los contenedores, los países más afectados son los que más lejos están», advirtió, al tiempo que señaló que por esa suma de factores «muchas compañías navieras están replanteándose llegar hasta acá».
Los nuevos costos en materia de energía son un motivo adicional para avanzar en la recuperación del autoabastecimiento, y Ponce puso de manifiesto que «en invierno vamos a necesitar US$ 7.000 millones para la importación en barcos regasificadores», con el aditamento que representa el recorte de envíos de gas procedente de Bolivia.
De cara al futuro, Ponce depositó sus esperanzas en el anunciado Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, con cuya concreción «pasaríamos a ser exportadores netos».
Elizondo agregó al conjunto de desafíos «lo que el país haga desde las perspectivas de las políticas públicas» en un lapso de ocho años, en los que habrá dos períodos presidenciales más.
En ese aspecto, reclamó «una administración pública más eficiente» y advirtió que las restricciones cambiarias «suponen una quita muy grande al exportador en términos de los pesos que recibe por la brecha», además de hacer hincapié en mejorar la infraestructura pública, con «mejor logística, transporte y puertos».
Para Ponce, la simplificación de trámites burocráticos es un aspecto central y abogó por lo que denominó «la eficiencia de las ventanillas», a fin de evitar que «las pymes deban tener oficinas especialmente dedicadas a la atención de esos problemas».
El ex subsecretario de Industria y Comercio puso el acento también en los «severos problemas en los 250.000 kilómetros de caminos» que componen la totalidad de la red y «nos quitan competitividad, mucho más si tenemos en cuenta que el 95% del transporte de mercadería es en camiones», por lo que instó, además, a impulsar «un desarrollo ferroviario más acelerado».
En cuanto a la brecha cambiaria, instó a su revisión porque, aseguró, «hay pymes que ni siquiera pueden producir la reposición de lo que exportan».
Elizondo sumó a la agenda los inconvenientes generados por el acceso a las importaciones, si se tiene en cuenta que «el contenido importado promedio en las exportaciones de los países según la OCDE es del 25%, cuando en la Argentina es el 6%».
Asimismo, remarcó la importancia de competir con la generación de valor y calidad, más que por menores costos, una tarea en la que, remarcó, «se necesita al sector privado compitiendo».
«Hoy el sector privado tiene una baja tasa de inversión, aproximadamente del 16% del PBI, cuando el promedio en el mundo es de 25%», señaló.
En el mismo sentido se expresó Ponce, para quien «cada vez se exporta menos lo relacionado a toneladas y cada vez más lo intangible, como diseño y cálculos estructurales».
Asimismo, instó a buscar formas para «mejorar la fuente de financiamiento de las exportaciones», destacando al respecto el rol en Brasil del BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) que abarca al 80% de las ventas al exterior de ese país.
Por último, recalcó la importancia de «plantearse un relacionamiento inteligente para no perjudicar los vínculos comerciales, más allá de las cuestiones ideológicas», y destacó la tarea «para sacarse el sombrero» del embajador en Brasil, Daniel Scioli, en la promoción de exportaciones de economías regionales y la reapertura de canales de comercialización.
Fuente: Télam