Putin el restaurador
Algunas consideraciones acerca del líder ruso
Por estos días una de las noticias que recorre el mundo es la escalada militar en el problema de Rusia – Ucrania y las posibilidades de guerra en esa región.
Frente a esta situación el día lunes 21 de febrero el líder ruso Vladimir Putin dio un extenso discurso para Rusia y el mundo donde dejó muy en claro cuál es su posición y fundamentalmente sus objetivos.
Comenzó su alocución con su propio análisis del devenir histórico de Ucrania, en el cual según el Ucrania fue creada por Vladimir Ilich Lenin y los bolcheviques una vez tomado el poder luego del triunfo de la Revolución Rusa en 1917. La primera falsedad histórica radica en negar que estos pueblos y naciones tienen una vasta historia y por ende sus acuerdos y diferencias se remontan a varios siglos atrás, aquí Putin critica a Lenin y los comunistas de ceder frente a la presión de los nacionalistas ucranianos al permitirles crear su nación, sin reparo alguno dice que durante el Imperio Ruso todos esos territorios les pertenecieron, nótese que no es una interpretación caprichosa decir que Putin pretende ser el restaurador del Zarismo y el Imperio Ruso, o sea un restaurador del pasado, un reaccionario en toda la línea.
Pero siguiendo con el problema en cuestión desde ya que es cierto que el gobierno de los bolcheviques dirigido por Lenin se dio una política de unir a las diferentes etnias, pueblos y naciones que habitaban esa región teniendo en cuenta sus diferencias históricas, lógicamente todo acuerdo implica concesiones y exigencias, pero el hecho fundamental es que durante el periodo que el poder en esa zona estuvo dirigido por la clase obrera y su vanguardia, su partido político de clase, el Comunista (Bolchevique) y luego de organizada la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) esos pueblos y naciones vivieron y convivieron en paz y cooperando entre sí para avanzar hacia una nueva sociedad sin explotados ni explotadores. ¿Acaso Putin pretende hacernos creer que durante el Imperio Ruso los pueblos y naciones eran amablemente llamados a formar parte del imperio?
En ese mismo sentido critica el Tratado de Brest llevado a cabo por Lenin y el poder soviético (Comunista) con las potencias imperialistas enemigas del Imperio Ruso durante la Primera Guerra Mundial, allí Putin vuelve a reivindicar el Zarismo y el Imperio Ruso, por lo cual queda más que claro cuáles son sus objetivos y los que representa el imperialismo ruso en la actualidad.
Cabe aclarar que la posición llevada adelante por Lenin al firmar ese tratado fue el construir el poder de los trabajadores y avanzar en la nueva sociedad llevada adelante por los comunistas, estaba claro que luego de una extensa guerra civil en toda Rusia que llevó al derrocamiento y extinción del Zarismo (Monarquía), el pueblo y el nuevo gobierno de los trabajadores no estaba en condiciones de mantener una guerra con los imperialismos enemigos. Y valla que, si dio resultados, con esta política las masas obreras y campesinas pudieron acceder en poco tiempo a salud, educación, vivienda, cultura que les estaba negada durante la monarquía zarista, sólo basta con decir que al tomar el poder los comunistas se encontraron con un 75% de la población analfabeta.
Así también que durante la dirección del Partido Comunista con Lenin primero y luego con Stalin al mando la Unión Soviética pasó en pocas décadas de ser una de las zonas más pobres a un enorme desarrollo industrial, científico, social y humano. Extrañamente o no, este acuerdo fue y es criticado por igual, por la derecha más recalcitrante y el izquierdismo más ingenuo, que tanto daño le hace al comunismo.
Algunos datos de Putin
No podemos dejar de lado que la Federación Rusa es enemigo de los Estados Unidos, lo que para muchos es gratificante por lo que significó y significa el imperialismo yanky para los pueblos del mundo, pero ese hecho no puede llevarnos a embellecer la imagen de este verdadero fascista que es Vladimir Putin. Veamos los hechos y las decisiones llevadas adelante por su gobierno, una de las primeras medidas de gobierno fue el promover junto a la Iglesia Ortodoxa Rusa la canonización del Zar Nicolás y toda su familia, este hecho a muchos puede parecerles un dato de color simplemente, o sólo una cuestión religiosa de la que mucho no habría que analizar, pero en realidad tiene una significancia de relevancia en todo aspecto, fundamentalmente en el ideológico y para entender las verdaderas aspiraciones del imperialismo ruso. En primer lugar, porque la canonización (declararlo santo) del Zar derrocado por los trabajadores y campesinos, por el pueblo ruso organizado por el Partido Comunista es una reivindicación de la antigua monarquía, reivindicación del imperio ruso, por el cual implícita o explícitamente tienen el derecho de restaurar, como así también este hecho implica la demonización total de la revolución rusa, del poder de los trabajadores, de la creación y sostenimiento de la Unión Soviética (URSS).
Como se puede ver ese hecho se debe tomar como lo que realmente es, la concreción del discurso determinante, el meta relato que le da sentido a todas sus acciones.
Tampoco podemos dejar de citar el grado de fascismo con el que se dirige la sociedad en la Federación Rusa, trato hacia la homosexualidad, persecución a las expresiones artísticas, las libertades democráticas en general.
Otra de las máscaras con las cuales se lo muestra a Putin es la de amigo de los pueblos, por su intervención en Siria, por ejemplo, desde ya que lo hace por sus intereses en la región y su estrecha relación con el Presidente Bashar al-Assad pero esto es a costa de los beneficios que obtiene, llámese bases militares, control geopolítico, petróleo, etc. Pero la realidad es que no hay nada de solidaridad allí, el pueblo sirio es el que sufre las consecuencias de la rapiña de los distintos imperialismos en su país. También se puede analizar el hecho de que Putin apoye y ahora reconozca la independencia de zonas ucranianas más emparentadas histórica, cultural y étnicamente con Rusia como lo es la región del Donbass donde se proclamaron las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. Alli se da una situación particular ya que en esas zonas es fuerte en la población el recuerdo y la añoranza de los tiempos de la Unión Soviética, donde hay milicias que se reivindican comunistas, incluso en la iconografía y los nombres se mantienen imágenes soviéticas, este tipo de imágenes recorren el mundo y es usado por la burguesía local y el poder ruso, por un lado para mantener la unidad de la población de esas zonas y por otro para mostrar al mundo y fundamentalmente a los desprevenidos que Putin y el imperialismo ruso es amigo de los pueblos, incluso hasta puede apoyar movimientos de independentistas de izquierda, nada más alejado de la realidad.
No existen imperialismos buenos
El tema en cuestión es que estamos frente a una posible guerra interimperialista, lo que significa lisa y llanamente que los distintos imperialismos que hoy se disputan el control del mundo pueden ir a la guerra abierta si las condiciones lo permiten.
En este marco se inscriben las alianzas y acuerdos en el conflicto Rusia-Ucrania, la cuestión de fondo es la lucha entre imperialismos, no está planteada de ninguna manera la lucha de los pueblos por su emancipación, no en este conflicto. Por lo cual los pueblos y naciones no deben caer en la propaganda de uno u otro bando imperialista, los pueblos deben luchar por la paz y contra la explotación de los imperialismos, una vez más se demuestra la validez de la frase de Lenin que dice “Los imperialismos traen la guerra, como las nubes la lluvia”.
No se puede confiar en ningún imperialismo, basta recordar las nefastas consecuencias que llevó a los pueblos del tercer mundo en África, Asia y América confiar en el socialimperialismo ruso (URSS luego de la muerte de Stalin), cuando en la Unión Soviética se restauró el capitalismo y los revisionistas tomaron el poder se transformó lo que era una unión de repúblicas solidarias entre sí y amigas de los pueblos oprimidos en un nuevo imperialismo con falsa bandera, esto que fue denunciado primero por Mao Tse Tung y luego por el Che Guevara termino siendo catastrófico para quienes no lo vieron o no lo entendieron.
Desde esta perspectiva es totalmente equivocada la línea de política exterior del presidente Alberto Fernández, primero en ceder completamente a las exigencias del FMI, acordando con Estados Unidos en las peores condiciones, igualmente graves y equivocadas sus promesas ante Putin y Xi Jinping presidente de China. Apoyarse en un imperialismo para enfrentar a otros es un error ya conocido y padecido.
Como dijeron los líderes de la revolución que enfrentaron al imperio español, “Ni amo nuevo, ni amo viejo, ningún amor”.
Raúl Silva