Medidas sanitarias frente a la tercera ola ¿Ajuste o abandono del Estado?
A final del año pasado explotó la ola de contagio por la nueva cepa de Covid 19, la omicrom. Con picos de 120 mil casos en el país y más de 3200 en la provincia.
El gobierno nacional no tomó medias demasiado restrictivas porque está a pleno la temporada turística y no quiere perder más popularidad. Apeló a la responsabilidad individual, a completar el esquema vacunatorio y hacer trabajar a todo el personal de salud que no esté contagiado por más que sea contacto estrecho.
En la provincia las medidas fueron simple: como siempre se adhirió a los decretos nacionales y luego una a una se suspendió toda actividad estatal de recreación, las que van destinadas a los sectores populares, mientras que no se suspendió nada privado.
Colonias, guarderías de cosecha, giro del sol, fiesta del sol, torneos deportivos, una a una estas acciones planificadas fueron suspendidas, no reprogramadas. Esta solución original para el tema de la pandemia tiene dos miradas, por un lado, producen un ahorro en el presupuesto y por otro profundizan la desatención del estado provincial de la salud de la población.
Mandar a los chicos de la colonia a sus casas no soluciona el problema del contagio de la Omicrom, solo se sacan de encima el problema los funcionarios. Es una medida aislada, porque tampoco se le prohíbe a la gente salir a la calle, simplemente a los chicos se los deja sin colonia y en medio de la ola de calor van a buscar otro lugar donde refrescarse y estar expuesto al contagio. Además, las colonias son la continuidad de los merenderos y comedores escolares, por lo tanto, hay una población infantil que se quedó sin alimentos durante el verano. El gobierno de San Juan no solo no se hace cargo de la recreación y del cuidado de las infancias y sino que lo usa como excusa para el ahorro de dinero.
Por si esto no queda claro, en esta nueva ola de contagios, Desarrollo Humano no atiende los pedidos de asistencia para las familias aisladas, como sí hizo en la primera ola en el lejano 2020. En ese entonces las organizaciones sociales, los municipios, montaron comedores en los barrios populares para asistir en la emergencia. Nunca existió un balance o reconocimiento gubernamental por esa valiosa experiencia, sino que ahora no se la retoma.
Con la recreación y los espectáculos pasa exactamente lo mismo. La planificación estatal se suspendió. Algunos de esos eventos, si bien eran masivos, al ser organizados por un Estado, tiene los recursos para hacer cumplir las medidas sanitarias y cuidar a los espectadores. De esa manera, para los jóvenes que necesitan el esparcimiento, la alternativa son las reuniones clandestinas y los lugares donde no se controla las medidas de distanciamiento social.
Estas medidas son coherentes con la negociación que lleva adelante el gobierno nacional con el Fondo Monetario internacional. El FMI exige más ajuste para el 2022. Con lo que se hizo durante el 2021 no le alcanza. El presidente y los gobernadores lo aceptan. Sergio Uñac por supuesto que calla, no opina nada al respecto, pero el vice gobernador, Roberto Gattoni, participó en la reunión del 5 de enero con el presidente y Martín Guzmán. La misma reunión en donde Alberto Rodríguez Saa explicó porque seguir el camino del acuerdo con el FMI es un error, y nuestro vicegobernador expresó que el acuerdo es bueno “para que vengas las inversiones”.
No hay mucho más para analizar. Solo se puede agregar que ningún sector liberal libertario se está quejando de las medidas sanitarias actuales. Dos más dos es cuatro. La pandemia se ha transformado en una excusa para ahorrar en presupuesto con medidas de ajuste encubierto y desatención por parte del estado de la salud, alimentación y recreación de los sectores populares.