Horror en Media Agua: asesinó a su ex de 15 puñaladas y después se quitó la vida
Un sujeto asesinó violentamente a su ex pareja y tras el femicidio se quitó la vida. El hecho ocurrió durante la madrugada de este viernes en el interior de una vivienda del Barrio Patiño, en Media Agua. El fiscal que comanda la investigación informó que el cuerpo de la víctima recibió entre 13 y 15 puñaladas, según indicaron los peritos.
Acorde señalaron fuentes allegadas a la investigación, los fallecidos estaban separados y, por razones que se desconocen, se reunieron en el domicilio que antes compartían, ya que la mujer estaba viviendo en Los Berros con su padre y sus hijos. En ese lugar se produjo el terrible ataque con arma blanca que terminó con la vida de la mujer y donde luego el femicida se ahorcó.
Lo terrible del violento episodio es que la hija de 3 años que la víctima y el femicida tenían en común habría sido testigo de todo. Incluso fue la menor la que alertó al resto de los sucedido.
«Mamá y papá no se mueven» habrían sido las palabras de la chiquita que se encontraba con sus padres en la vivienda ubicada en el Barrio Patiño. Según contó la cuñada de la mujer asesinada, Brenda Flores, y hermana del asesino, Marcelo Vilchez, en horas de la noche escucharon llorar a la chiquita aunque no sospecharon nada raro.
s que la familiar vive en una construcción al fondo de la casa de los protagonistas de la masacre. Fue por ello que este viernes por la mañana, la menor apareció llamando a la puerta de su casa. Cuando le abrió, la niña le comentó con su acotado lenguaje que algo le había sucedido a sus padres.
De inmediato, la hermana del femicida se dirigió al lugar y se encontró con la sangrienta escena. Lamentablemente, confirmó lo que la criatura manifestaba. Estaban muertos. La imagen que observó la nena fue escalofriante: la madre en el suelo, tendida sobre un charco de sangre, y el padre pendiendo de una cuerda.
La beba estuvo con sus padres en el interior de la casa, aunque se desconoce si fue testigo ocular del tremendo ataque. Aunque el fiscal Adrián Riveros sostuvo que fueron 15 puntazos, fuentes cercanas precisaron que llegaron a ser 17 en total. Lo cierto es que la agresión resultó con una violencia demencial.
Lo extraño es que a pesar de la cercanía de los parientes, no escucharon ningún grito ni ruidos que hicieran sospechar que algo ocurría. Sólo oyeron el llanto de la nena, al que le restaron importancia.
Tras la intervención de las autoridades, la pequeña quedó bajo la custodia de sus tías y se estima que será sometida a la asistencia psicológica después de lo vivido. Aunque tiene pocos años, su testimonio podría ser clave para comprender qué fue lo que pasó.