Los adolescentes preguntan más
Ahora, los adolescentes preguntan más sobre educación sexual en las escuelas
Ellos mismos llevan los planteos a los docentes en el aula. Piden más talleres 8 de cada 10 alumnos.
Ahora, los adolescentes preguntan más sobre educación sexual en las escuelas. En general, los chicos de la secundaria demandan profesionales específicos en temas de sexualidad. Gentileza
Por Verónica de Vita – vdevita@losandes.com.ar
El contexto social genera cada vez más inquietudes sobre sexualidad a los jóvenes. Los púberes y adolescentes están demandando más información sobre educación sexual en las escuelas y los rápidos cambios sociales les producen más dudas y la búsqueda de respuestas confiables.
Así lo expresan cuando se les consulta y lo perciben los mismos docentes cuando en las clases de cualquier materia aparecen las preguntas.
Si hace 12 años, cuando se aprobó la ley de Educación Sexual Integral se consideraba necesaria, con el tiempo en particular las redes sociales dieron el gran batacazo. Ellas han favorecido el acceso a más caudal de información y la posibilidad de encontrar diversos puntos de vista.
Pero además hay una ampliación descomunal de los consumos a través de otros soportes, muchos de los cuales a veces no tienen herramientas para procesar, son poco confiables y les generan inquietudes.
“Ha cambiado la sexualidad, se maneja con la cultura donde está inserta, entonces se va modificando el contexto y van cambiando las demandas”, explicó la licenciada María del Cármen Giraud Billoud, psicopedagoga y educadora sexual desde hace 22 años.
Esta profesional -que trabaja desde el nivel Inicial hasta el secundario- aprecia que tan sólo en el último año las redes sociales han generado una explosión en las consultas de los chicos.
Además, “te das cuenta que ven pornografía por las preguntas que hacen (incluso en los últimos años de primaria)”, acotó.
Especialistas explican que muchas veces los jóvenes quieren saber cosas por fuera de su familia.
Mientras que por otra parte agregó: “Usamos la técnica del buzón pero igual ellos no tienen drama en preguntar sobre cualquier cosa en el curso y dan gracias de que les des ese taller”.
En el último operativo Aprender (2017), las respuestas de los alumnos mendocinos posicionaron la educación sexual en primer lugar entre los temas que la escuela debería tratar y no hace.
De los alumnos de quinto año de nivel secundario, 78% consideró que este aspecto debería tener más presencia.
En segundo lugar, con 74%, mencionaron la violencia de género y otros tipos de violencia, algo que también puede abordarse desde una perspectiva de educación sexual integral tal cual plantea la norma con aplicación dispar y pobre hasta el momento.
Poco y básico
En primario los temas de educación sexual deberían estar incluidos de manera transversal en los contenidos curriculares mientras que en secundario, estar a cargo de educadores capacitados específicamente.
Lo que sucede en la práctica es que las conversaciones se plantean en el aula con los docentes con los que sienten con más confianza y son los mismos alumnos los que las disparan.
Vicky (15) va a tercer año del secundario de un colegio religioso y destacó que faltan talleres. “En primer año no tuvimos nada, en segundo dos talleres y en lo que va de este año todavía nada, creí que íbamos a seguir pero no”. Agregó que en segundo lo que vieron es cómo es el aparato reproductor femenino y el masculino.
“Con las que hemos hablado es con las profesoras de Matemática y de Inglés porque surgió el tema, es porque son piolas y los varones y mujeres les preguntan, son las más accesibles (…) a la de Inglés justamente le decíamos que hacen falta talleres, surgió el tema de los anticonceptivos y todos coincidíamos en que no nos han explicado nada de eso”, comentó.
Nacho (17) va a quinto pero de un colegio estatal y la realidad no es muy distinta. “Tenemos talleres una vez por año, en general a mitad de año, dos módulos dedicados a eso, todo muy abierto, nos hacen razonar un poco, podemos hacer todas las preguntas que queramos”, contó.
Y agregó que los talleres “tendrían que ser al menos una vez por trimestre, siempre hay temas nuevos, por los medios y las redes donde hay instalados mitos urbanos o temas sobre los no hay certezas”.
Más herramientas
Laura Fernández Peláez es educadora sexual y reconoció que los alumnos preguntan especialmente sobre los temas que se instalan en agenda en cada momento. Incluso algunos hacen preguntas individuales a profesores y preceptores en función de la confianza que les generan.
Giraud Billoud dijo que los chicos están ávidos de información. La especialista explicó que muchas veces quieren saber cosas por fuera de su familia y que es común que estos temas no se hablen en el marco de ésta. Han cambiado las dinámicas familiares y a veces “los padres no saben qué les pasa pero los dejan hacer”, subrayó.
“Hay que preparar la autoestima del púber y el adolescente porque si yo me quiero me cuido; eso vale para el adulto también”. Mencionó que en secundaria ya quieren que vengan profesionales específicos, alguien que esté en el campo sobre lo que quieren saber.
Por otra parte dijo que las capacitaciones que han recibido muchos docentes desde Nación son muy pobres y que la sexología es un ámbito multidisciplinario que requiere saberes diversos, además de despojarse de la sexosofía, las concepciones individuales a partir de las propias vivencias.
Y remarcó: “tenemos instalados mitos de otro siglo y la escuela es muy sexista entonces también hay que trabajar con los docentes (a la nena la contienen y al nene le dicen que no llore); desde chicos estamos alimentando la inequidad de género”.
Consumos y prácticas
Los adolescentes y púberes reciben una inundación de datos y planteos desde internet, las redes, la televisión, la publicidad y la música.
La licenciada María del Carmen Giraud Billoud explicó que la sociedad está muy erotizada y que los adultos a veces lo replican sin más como es el caso del reggaetón, un género musical con mucha carga sexual, muy difundido a esta edad y que escuchan con los padres e incluso en la escuela y las fiestas escolares.
«En cuarto grado son pre-púberes, en quinto grado las preguntas son propias de la pubertad, en sexto es el destape, ya tienen otro tipo de información, te das cuenta que están consumiendo otras cosas», detalló.
«Veo algunos lineamientos que indican que las relaciones ya no son de dos personas, eso se saca de la pornografía o de las novelas, eso incluso en la primaria», agregó.
Por otra parte dijo que hay que estar atentos a los tipos de juegos en los que participan. Contó un caso en primaria en que se tapaban con camperas y debajo jugaban algo del estilo del clásico «Verdad- Consecuencia» y tenían categorías de besos de distintos tipos.
Los cambios culturales son lentos, pero hay avances
Miguel Conocente, titular de la Dirección de Orientación y Apoyo Interdisciplinario a las Trayectorias Escolares (Doaite) de la Dirección General de Escuelas aceptó: «falta trabajar en Educación Sexual Integral pero el Estado está tratando de llegar como puede».
Asimismo consideró que «en 12 años se ha avanzado mucho» y “que va a demorar porque este tipo de ley intenta generar cambios culturales».
Por otra parte subrayó que las escuelas funcionan en tanto los directores estén informados.
Fuente: Los Andes