Los jubilados siguen perdiendo
La Anses confirmó ayer que las jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares y AUH aumentarán 6,68 por ciento en septiembre. La tercera actualización de las prestaciones del sistema de seguridad social bajo el nuevo índice de movilidad aprobado en diciembre arrojará un alza del 19,19 por ciento en los primeros nueve meses del año. Con ese ajuste el haber mínimo alcanzará los 8637,13 pesos mientras que la Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM) pasará a 6909,70 pesos. La AUH llegará, por su parte, hasta los 1684 pesos. La capacidad de compra de las prestaciones canalizadas a través del organismo que conduce Emilio Basavilbaso arrastra un profundo retroceso en lo que va del año. La continuidad de esa dinámica y la caída en los niveles de empleo representan una limitación para cualquier posibilidad de reactivación económica.
“Este es el tercer incremento del año, el cuarto y último será en diciembre. Con la nueva fórmula, estamos garantizando que los sectores más vulnerables no pierdan poder adquisitivo”, afirmó ayer el titular de la Anses. A pesar del optimismo expresado por el funcionario las mediciones oficiales dan cuenta de un retroceso en la capacidad de compra de las jubilaciones, pensiones y asignaciones.
De acuerdo a las estimaciones realizadas por el Cifra que depende de la CTA, las actualizaciones bajo la nueva fórmula implicaron una pérdida de poder adquisitivo que promedia el 2,6 por ciento en los primeros 7 meses del año y que alcanzó al 4,2 por ciento interanual en julio. “Como se evidencia, la fórmula no garantiza ni siquiera el mantenimiento del poder de compra de las jubilaciones”, advierten los investigadores para señalar que “dado que el haber mínimo ya había sufrido una importante retracción en 2016, la comparación entre julio de 2015 y el mismo mes de 2018 arroja una pérdida real que llega al 10,4 por ciento”. Para la AUH estiman que la pérdida acumulada a lo largo de los últimos tres años alcanza al 20,3 por ciento.
La nueva formula quedó definida por un 70 por ciento de la variación del IPC nacional y el 30 por ciento de la variación del salario registrado promedio (RIPTE). El primer incremento bajo la nueva fórmula fue en marzo. Las jubilaciones y asignaciones aumentaron 5,71 por ciento. El segundo paso llegó en junio cuando la suba llegó a 5,69 por ciento. De esa manera las prestaciones acumularon una recomposición de 11,73 por ciento que no solo está por debajo de los aumentos de precios acumulados sino que es inferior al aumento que hubieran percibido los jubilados y pensionados con la antigua fórmula de movilidad.
En sólo seis meses, la medición oficial de precios subió un 16 por ciento. Las consultoras privadas y universidades que realizan sus propias estimaciones esperan que los aumentos superen el 30 por ciento en el año. El lunes el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) informó que la inflación de julio marcó un 3 por ciento. Así en los primeros siete meses del año suma 19,4 por ciento mientras que en la comparación interanual acumula un 30,8 por ciento.
Aunque el Ministerio de Trabajo anunció que suspendía por un mes la eliminación de las zonas diferenciales para el pago de asignaciones familiares, la Anses informó los nuevos valores para el sistema con las modificaciones. La medida fue la primera ofrenda del sistema de la seguridad social al programa de austeridad asumido por el gobierno para garantizar los desembolsos del FMI. Un decreto eliminó los pagos diferenciales para algunas zonas del país en las asignaciones por hijo, prenatal y en la ayuda escolar anual. Por ahora esa quita quedó en suspenso por la queja de los propios gobernadores e intendentes de provincias administradas por Cambiemos.