AGOSTINA, EL REFLEJO DE TODO TRABAJADOR DOCENTE
Agostina, fue una docente como tantos otros docentes que estamos en actividad, comprometidos con los alumnos de manera presencial y “virtual”, para garantizar el derecho a la educación.
Ella falleció el 23 de mayo a la edad de 32 años, a causa del Covid – 19. Luego de semanas de estar luchando y pocos días antes de su muerte, compartió algunos mensajes con conocidos, palabras que ahora muestran su verdadero significado, o al menos yo puedo entenderlos y eso me llevan a escribir estas palabras.
El derecho a la educación no se puede sostener con la voluntad de los docentes ya que debe ser acompañado por políticas educativas acordes a la realidad en que vivimos y de las instituciones donde trabajamos.
A grandes rasgos, trabajamos en edificios deteriorados por el tiempo y la desidia de los gobiernos de turno, sin calefacción en invierno ni agua en el verano, sin mantenimiento escolar. Estas situaciones, por demás conocidas en el sector docente, se naturalizaron y el docente, al ver que no se solucionaba desde los organismos correspondientes, optó por solucionarlo de manera autónoma, transformándose en plomero, electricista, programador, reparador de PC y cualquier otro oficio que necesita el director para mejorar la condición edilicia y los recursos materiales. Situación avalada por directivos, cansados de gestionar expedientes en el Ministerio que transitan de oficina en oficina, o terminan cajoneados por falta de voluntad administrativa del área correspondiente.
En este contexto se naturalizó el trabajo docente, pero llegó la pandemia y sumó una variante más: la virtualidad.
Los docentes, como Agostina, debimos reinventar la manera de generar y garantizar vínculos con los alumnos por medio de la virtualidad; la mejor propuesta en la práctica para garantizar la educación fue a través de los teléfonos personales. La propuesta ministerial (plataforma ticmas) de hecho, no funcionó puesto que solo sirvió para acumular guías que los alumnos debían bajar y no entendían cómo o no tenían los medios para hacerlo.
Este nuevo escenario surgido por la pandemia llevó a nuevas exigencias en el trabajo docente, no solo cumplir de manera presencial en las escuelas, sino también de manera virtual. Que, si bien desde las normativas ministeriales nada expresa que el docente debe estar 24hs conectado, en los hechos pasa. El docente debe estar disponible para responder las inquietudes de los alumnos, padres y directivos que, según ellos, son presionados constantemente por exigencias ministeriales, o resoluciones sin sentidos que son modificadas a las 24hs.
Acordemos una cosa, es cierto que estamos en tiempo de pandemia y que estamos todos aprendiendo de esta situación y que debemos tener flexibilidad bajo ciertas circunstancias, sin embargo, eso no significa que debemos justificar la flexibilización laboral, consciente o inconscientemente.
Sr director/a de la escuela, hoy tocó hablar de un caso, Saturnino Sarassa, pero el mensaje es para todos: Ustedes son docentes comprometidos con la educación, pero se deben al personal de las instituciones, no se deshumanicen. Hecho que se ve reflejado en uno de los últimos WhatsApp recibido por nuestra querida compañera, a quien estando de licencia presiona para que cumpla ciertas incoherencias ministeriales o, mejor dicho, ciertas normativas que en tiempo de incertidumbre no se pueden cumplir.
Directores pongan presión donde corresponde y no en su personal, recuerden somos todos colegas y queremos lo mejor para el hecho educativo, pero no debemos convalidar políticas que no se ajustan a la realidad institucional. Eleven propuestas hacia sus supervisores, confíen en su personal docente que, como ustedes, conocen la realidad de la institución. No solo acaten órdenes, tal vez las autoridades correspondientes escuchen y entre todos podamos mejorar el hecho educativo en tiempos de incertidumbre.
Para quienes conocimos a Agostina, sabemos que con todo lo expresado estaría de acuerdo, lo único que hubiera sido más sintética, directa y hubiera utilizado otras palabras que socialmente son reprimidas.
Un abrazo a la distancia Agostina, espero haber podido expresar parte de lo que sentías.
Prof. Mario Videla