Los Maradonas olvidados, los ancestros del 10
¿Quiénes son estos? Son los que estaban faltando
Del apellido Maradona se ha hablado durante estos últimos días luego de la muerte “del Diego”, aun se sigue hablando y me aventuro a decir se hablará por siempre. Cada día con más condimentos y conjeturas, unos para bien y otros para mal, pero con la trascendencia que merece un protagonista de la historia argentina, amado y odiado con la misma intensidad.
Han aparecido personajes de toda índole opinando y emitiendo juicio sobre sus elecciones de vida y su privacidad, como si supieran o tuvieran el derecho de hacerlo,
Los portales de noticias de todo el mundo se han llenado con panegíricos de toda naturaleza, la Argentina fue otra vez protagonista y paradójicamente inmortalizada gracias a nuestro Diego, nuestro porque es del pueblo, con defectos y virtudes es nuestro Diego y es inmortal.
Pero este Maradona no fue el único argentino ilustre y con marcado sentido de la justicia social y como patriota me veo en la necesidad de hablar de ellos, los olvidados.
¿De dónde proviene este mítico apellido?
El origen del apellido Maradona es gallego: Maradona, apócope de Mar da Dona (Mar de la Virgen). Principalmente en Lugo, durante los siglos XVIII y XIX, hubo grandes flujos migratorios hacia América Latina. En los pueblos del sur de los municipios de Ribadeo y Barreiros aún hoy existen familias con el apellido Maradona.
Tal es así que, Diego dijo que quería visitar Ribadeo y Barreiros, su posible tierra de origen: «Si lo ven mis viejos se caen de culo… Quiero visitarlos con mis hijas, me encantaría mostrarles el lugar», agregó.
Cronológicamente, iremos hablando de los Maradonas referentes y protagonistas de la historia argentina, porque desde el revolucionario sanmartiniano de 1810, hasta el Diego (el más grande futbolista de todos los tiempos), hay varios Maradonas significativos para nuestra patria.
José Ignacio Fernández de Maradona
Nació en San Juan, Argentina, en 1750, fue jesuita, político y funcionario rioplatense, formó parte de la Junta Grande y apoyó la liberación del yugo español. Fue gobernador de San Juan en 1820.
En el año 1810 José Ignacio, da apoyo a la Revolución Patria y es elegido diputado de la Junta Grande, ganándole en la votación a José Ignacio de la Rosa (prócer sanjuanino).
Después de la Revolución de Mayo y la creación de la Primera Junta, el 18 de diciembre las Provincias Unidas del Río de la Plata conformaron la Junta Grande, y ahí fue sumado al gobierno el diputado de la provincia de San Juan, José Ignacio Fernández de Maradona, primer Maradona revolucionario, antes de Diego. Maradona, un comerciante próspero de la aristocracia local, firmó, entre otros, los decretos de la abolición de los títulos de nobleza y, en contra de la esclavitud, la libertad del indígena.
Fernández de Maradona era Jesuita, en 1767, en el año de la expulsión de la orden jesuítica partió a España.
A su regreso de Europa participo con los revolucionarios de mayo. Colaboró con San Martin en la formación del Ejercito de los Andes, donando dinero de su patrimonio, ya que era un rico comerciante en San Juan de la Frontera, que en esa época pertenecía a la Capitanía General de Chile.
«Desprendido y dispendioso (aunque no interesado) donó gran parte de sus bienes para la formación del Ejército de los Andes. Tal vez por ese motivo, una vez retirado de la gobernación fue ascendido a coronel de milicias. Un cargo atípico para alguien que nunca estuvo en el campo de batalla».
Se unió al partido se Cornelio Saavedra, y se opuso al gobernador sanjuanino Saturnino Sarassa, siendo gobernador sanjuanino en el año 1820.
Sarmiento evoca a Maradona, que murió a los 72 años en 1828, en su libro Recuerdo de Provincia, publicado en 1850.
Timoteo Fernández Maradona:
Nació en San Juan en el año 1793 y murió en Mendoza en el año 1863. Era hijo del comerciante José Ignacio Fernández Maradona, que fue diputado a la Junta Grande en 1810. Cursó estudios eclesiásticos, pero no se ordenó sacerdote por ser demasiado joven; vocación que retomaría luego de la muerte de su esposa.
Formó parte de la Junta que proclamó la autonomía de la provincia de San Juan en 1820. En 1825 apoyó la revolución contra el gobernador Salvador María del Carril, que llevó a la gobernación a su tío Plácido Fernández Maradona. Mientras que los demás revolucionarios fueron expulsados de su provincia, a Timoteo Maradona se le permitió seguir residiendo en San Juan.
Durante el segundo gobierno de José Antonio Sánchez fue uno de los líderes de la oposición y fue elegido diputado provincial. Fue considerado un aliado del caudillo Facundo Quiroga.
En 1828, la legislatura lo eligió gobernador. Pero el estallido de la segunda guerra entre unitarios y federales lo obligó a ceder casi todas sus fuerzas a Quiroga, para las batallas de La Tablada y Oncativo; cuando el general José María Paz derrotó a los federales, Maradona se encontró sin fuerzas militares que oponer al avance de los oficiales unitarios, de modo que bastó que Santiago Albarracín se presentara en la capital para que Maradona le entregara el gobierno. Pasó los siguientes meses entre la cárcel y los sucesivos escondites en que se asiló.
Después de la recuperación de la provincia para el Partido Federal, Maradona fue juez supremo de la provincia. El gobernador Nazario Benavídez lo nombró su Ministro de Gobierno, cargo que alternó con el de diputado provincial. No tuvo actuación alguna durante las invasiones unitarias de Mariano Acha y Gregorio Aráoz de Lamadrid en 1841, y siguió como Ministro de Gobierno. Por su iniciativa se creó el Liceo Federal, el único colegio secundario de su época en San Juan.
En 1844 al morir su esposa, que le había dado nueve hijos, retomo los hábitos, que había iniciado en su juventud, y que no había podido concretar y se ordenó sacerdote al año siguiente. Más adelante asumió como obispo de la provincia.
Después de la batalla de Pavón, la provincia fue invadida por tropas porteñas entre las que iba Domingo Faustino Sarmiento, que se hizo elegir gobernador. Maradona se opuso enérgicamente a su gobierno, y nuevamente ocurrieron roces entre el gobierno y la diócesis. Por su parte, Sarmiento no le perdonaba una deuda de vieja data de 26 pesos, cuyo origen nunca se pudo determinar.
Falleció en San Juan en agosto de 1863. Sus restos descansan en la cripta de la Catedral de San Juan.
Esteban Laureano Maradona
Nació en la ciudad de Esperanza, provincia de Santa Fe en el año 1895. Falleciendo en la ciudad de Rosario a los 99 años.
Nacido el 4 de julio de 1895 en la provincia de Santa Fe, en un pueblo llamado Esperanza. Originario de una tierra fundada por Juan de Garay, en cuya región se esparcían hacia todos sus puntos cardinales los tobas, timbúes, pilagás y guaraníes. A principios del siglo XX eran miles los aborígenes que aún habitaban la zona, muchos de ellos desamparados, enfermos o heridos en la guerra, pero que marcarían la existencia del doctor Maradona a fuego.
Estaba emparentado con el otro Maradona de San Juan, pero a diferencia de su pariente, él si era amigo de Sarmiento.
Estudio Medicina y como tal fue nombrado para ejercer su profesión, en el pueblo de Guaycurri, provincia de Formosa. Posteriormente denominada Estanislao del Campo.
Ejerció su profesión durante cincuenta años desde 1926, año que recibió el título de médico en la Universidad de Buenos Aires. Escribió varios libros, fue autor de obras científicas sobre antropología, flora y fauna.
Renunció a todo tipo de honorario y premio material viviendo en la humildad y colaborando con su dinero y tiempo con los más menesterosos, a pesar de que pudo haber tenido una cómoda vida ciudadana, gracias a sus estudios y a la clase social a la que pertenecía.
Un par de frases por él dichas sintetizan su pensamiento sobre su profesión y modo de vida:
Se lo distinguió con la Estrella de Medicina de la Paz por las Naciones Unidas. Varias veces se lo propuso al premio Nobel de la Paz.
Por Ley Nacional, se instituyó en su honor, el día del Médico Rural, la fecha de su nacimiento.
Fue un destacado altruista, no cobraba consulta y , ayudaba a los lugareños con sus propios recursos.
En unos de sus publicaciones escribió esto:
Vuelvo con las manos vacías,
todo lo he dado.
Luz de las estrellas para alumbrar
el camino,
Mi corazón humilde se lo ofrecí
al destino.
Regreso pobre de amor, de sueños y esperanzas
una carga de lágrimas, solo he traído.
Un dolor puro y santo,
como un niño dormido.
Un poeta de su ciudad natal, Esperanza, le dedicó en vida unas estrofas que, como reconocimiento popular, recorrieron la región:
Sea quichua, toba u ona,
la tribu no importa mucho:
la caridad llegó al indio
por manos de Maradona.