ESTAMOS A TIEMPO DE CAMBIAR
A un año del triunfo popular
Este 27 de octubre se cumplió un año del triunfo electoral del Frente de Todos, en este primer aniversario conmemoramos la derrota del liberalismo, y la voluntad de unidad del pueblo para derrotar a la oligarquía.
Esta misma oligarquía que acusó, desde su aparato mediático, que la oposición al gobierno de Macri no lo dejaría terminar su mandato, cosa que no sucedió, el pueblo luchó contra las medidas de ajuste del macrismo y se organizó en el Frente de Todos para darle una verdadera paliza electoral.
Ahora bien, transcurrido ya casi un año del inicio del gobierno de Alberto Fernández, vemos como desde estos mismos sectores del poder: como las agroexportadoras, los terratenientes, los monopolios imperialistas, y sobre todo desde la derecha macrista etc. no se ha dejado de hostigar un solo día al gobierno para desestabilizarlo y que tome medidas en favor de los más poderosos.
Por otro lado, el pueblo no ha abandonado la lucha y pone en el centro de la discusión a aquellos que se han beneficiado con esta crisis del COVID 19, descargando el costo de la misma sobre las espaldas de los trabajadores y en nuestra provincia tenemos sobrados ejemplos, los trabajadores de Ansilta van al paro contra los despidos ilegales y por aumento de sueldo, los obreros de Vicunha, empresa “modelo” para el gobernador Uñac, para por aumento de salarios y exige mejores condiciones sanitarias debido a la alta cantidad de contagios dentro de la fábrica, los docentes y estatales exigen un bono de fin de año, el personal de la salud denuncia que el sistema sanitario está colapsado, los desocupados impulsan Tierra, Techo y Trabajo, etc.
Este ha sido un recordatorio popular con mucha discusión, hay un pueblo expectante.
Desalojo en Guernica y Casa Nueva
En forma contradictoria con esta celebración, la semana pasada precisamente el día jueves 29, acontecieron dos hechos sumamente dolorosos para el pueblo, uno fue el desalojo por parte de la policía bonaerense del predio de Guernica, una de las ‘tomas’ de tierras urbanas, baldías, más grandes que se han visto en nuestro país por parte de unas 2000 familias. El otro hecho fue, la orden de desalojo dictaminada por la jueza María Carolina Castagno, de la estancia “Casa Nueva” donde se encontraba una de las herederas y dueña de ese predio, Dolores Etchevehere, junto a militantes del MTE que impulsan el “Proyecto Artigas”, un modelo de desarrollo agroecológico en la provincia de Entre Ríos.
El presidente Alberto Fernández realizó declaraciones, luego de que se produjeran estos dos episodios, es decir espero el desenlace para recién emitir su opinión en relación al problema de la tierra. Ahora bien, si el presidente desconocía este problema previamente (el de la concentración de la tierra en nuestro país) algo anda mal. Pero, quizás el presidente no opino porque tuvo miedo de comprometer su opinión frente a los poderosos.
Desde que se inició el conflicto de Guernica, de Villa Mascardi, en Rio Negro (Mapuches) solo se produjeron alabanzas del presidente hacia el “militarismo” de Sergio Berni, hablando de las bondades militaristas de este personaje, incluso secundarizando a la Ministra de Seguridad de la Nación Sabina Frederic que proponía el dialogo y la perspectiva social para solucionar el problema de la toma de tierras y no la represión.
El día del desalojo en Guernica se vio un enorme operativo policial y las topadoras pasando por encima de las pequeñas casillas de los humildes, mientras Berni mostraba horondo la lección que se les daba a los desposeídos, a los periodistas de TN con los que recorría desde un helicóptero el predio y mostraba orgulloso el trabajo realizado.
Desde el inicio de esta toma el gobierno solo habló de infiltrados, de gente que lucra con las tomas, que puede ser incluso real que haya oportunistas, pero nunca quiso reconocer que existe un enorme problema, que es el latifundio en nuestro país, que existen tierras ociosas, y no propuso medidas para resolver este problema. Hasta puso en la mira a las agrupaciones de izquierda de ser los impulsores de la toma, lo que es un acto lamentable teniendo en cuenta los orígenes políticos del Gobernador Kicillof y, también son llamativas las declaraciones del presidente Fernández, quien se referencia con el progresismo y la socialdemocracia, una tendencia liberal de la izquierda. Tampoco es buena la falta de sensibilidad de muchas organizaciones que se consideran de izquierda y que solo hicieron foco en que había grupos que no habían negociado, y por eso seguía la toma y que solo hicieron escuetas menciones a la represión de Berni sin mencionar que esto es un problema nacional.
La discusión mediática de la toma Guernica y del desarrollo productivo agro-ecológico en ‘Casa Nueva’- Proyecto Artigas- se centralizó en torno a la inmaculada propiedad privada, incluso el presidente entró en ese juego cuando dijo que “la propiedad privada nunca ha estado en discusión en la Argentina” pero qué propiedad privada término defendiendo el gobierno nacional, la propiedad privada de la oligarquía, que no es otra que la que se apropió a sangre y fuego a lo largo de la historia de la Argentina de la pampa húmeda
En el caso de “casa nueva” la legítima heredera de esas tierras- Dolores Etchevehere- las puso a disposición de la comunidad, para que un grupo de productores realice tareas de producción agroecológica, y también son desalojados. Aquí la justicia entrerriana decidió en favor de los poderosos, de los hermanos Etchevehere, los manda más en Entre Ríos. Es decir, que lo que se discute de fondo es sí un grupo de 100 familias de la oligarquía, que son dueños de millones y millones de hectáreas de tierras en el país, a través de la justicia que manipulan, van a condicionar las decisiones de las mayorías populares y al gobierno que estas han elegido. Condicionando política y económicamente, con lo de Guernica empujan al gobierno a aleccionar al pueblo con la represión.
No se pueden separar Guernica de Casa Nueva, no es un problema de Bordet o de Kicilollof solamente, es un problema nacional y tienen que ver con uno de los principales lastres que arrastra a nuestro país a la dependencia, el latifundio terrateniente, eso es lo que el presidente Fernández debe dimensionar y como dijo el dirigente Juan Grabois debe dejar de ceder ante los poderes facticos.
Frente a esta situación y en estas condiciones cabe preguntarse cómo va a poder ejecutar el proyecto de Tierra Techo y Trabajo que ha presentado en el Congreso el diputado del PTP Juan Carlos Alderete, hay que definir en manos de quien está la tierra y ponerla a disposición para que este proyecto que es un gran plan para solucionar el problema de la vivienda en nuestro país se pueda realizar, ¿Alberto Fernández está dispuesto a hacerlo?
Los verdaderos condicionantes
¿Podríamos pensar que en la actitud del gobierno nacional frente a estos dos hechos lamentables existe malicia o alejamiento de los intereses populares?
Intereses que tienen que ver con un proyecto industrializador, que abra la perspectiva de la reactivación productiva, industrial, agrícola, de servicios, etc. con la presencia directa del Estado con empresas estatales que dirijan la producción. Un remedo de lo que el primer gobierno de Perón con la nacionalización de los ferrocarriles, fabricaciones militares, SOMISA, Altos Hornos etc., que fueron tirados por la borda definitivamente por un entenado de la oligarquía, el justicialista Carlos Menem.
La ausencia de estos elementos nos hace pensar que el gobierno nacional no contaba desde el inicio con un plan de gobierno popular, que contemplara la industrialización, el control del comercio exterior, poner fin a la concentración de la tierra, recuperar la soberanía energética, el control del sistema financiero para direccionar el crédito entre otras cosas.
Este es un mal de origen del gobierno de Alberto Fernández, porque su plan inicial consistía en arreglar o negociar primero la deuda con los acreedores externos y el FMI, para que luego el mercado con algunas medidas keynesianas que reactivaran la demanda (IFE, ATP, etc.) hicieran la reactivación. Para eso necesitaba el acuerdo con un sector de empresarios, las exportadoras, y los acreedores externos. Pero nada de esto resultó, los acreedores-inversores externos, en vez de traer dólares los están fugando; incluso el gobierno les ha facilitado esa fuga con la emisión de bonos con fondos del ANSES; a los productores les bajo las retenciones y la mesa de enlace les respondió con mayor presión devaluatoria, no venden la producción, a tal punto que este año la liquidación de divisas van a ser menores que el año pasado.
El FMI exige ajuste y el Ministro de economía le ha enviado claras señales, una de ellas tiene que ver con el reciente anuncio de que en lo que queda del año el BCRA no va a financiar al tesoro nacional, producto de que la recaudación levemente ha aumentado. Con estas medidas de austeridad fiscal qué quieren insinuar, que no va a haber cuarto IFE; tiene que ver con el magro aumento a las jubilaciones; tiene que ver con el pobre aumento del Salario Mínimo Vital y Móvil, tiene que ver con la decisión de no aumentar a los docentes. El pueblo no está en condiciones de soportar más ajuste y pagar ajustes. Ha votado el 27 de octubre del 2019 para ajustar a los ajustadores, no para cargar sobre sus espaldas la consecuencia de la crisis económica y de la pandemia.
Estas políticas del gobierno nacional que se alejan de las necesidades populares deben desandarse, retomar el camino popular, para el cual se debe convocar al pueblo a ejecutar un proyecto que tenga en cuenta esas necesidades, enfrentando a los verdaderos enemigos de la patria, que están entre los que se reunieron hace algunos días con el Ministro de economía (Magneto, Rocca, Braum entre otros) para exigirle devaluación y ajuste fiscal. Estos son los personajes que a lo largo de la historia han estado detrás de las crisis y los golpes de Estado que ha sufrido nuestro país.
Estamos a tiempo de cambiar, el pueblo así lo exige
Un 27 de octubre sacamos a los oligarcas del gobierno, el pueblo exige que Alberto Fernández tome medidas y enfrente a la derecha, la gente no quiere volver a caer en la dictadura de los mercados y está dispuesta a luchar, porque si no se cambia el pueblo perderá la paciencia, y cuando la pierde, como decía el general Perón, hace tronar el escarmiento.
Comisión Política PTP-PCR
San Juan