Espionaje ilegal: el secretario de Macri recusó al juez y los fiscales antes de su indagatoria
El secretario de Mauricio Macri, Darío Nieto, quiere patear el tablero antes de la indagatoria que tiene fijada para el martes próximo en la causa que se investiga si recibía informes con inteligencia ilegal producida por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Nieto, que busca que la investigación viaje a Comodoro Py, acaba de recusar al juez y los fiscales por supuesta falta de imparcialidad y objetividad.
Nieto presentó un escrito ante el juez federal de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé pidiendo que separe de la causa a Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide, los dos fiscales que pidieron su indagatoria. Dice que los guía un “ánimo persecutorio” que emprendieron ciegamente contra él y que han formulado una acusación ridícula. “Todo esto genera, indudablemente, un fundado temor de falta de objetividad que debe evitarse apartándose de la causa a los Doctores Incardona y Eyherabide, dado que eso es lo que garantiza la vigencia plena del debido proceso que se encuentra consagrado por la Constitución Nacional”, reclamó Nieto. Lo curioso es que también recusó al propio juez Augé, en lo que se percibe como un claro intento para postergar su indagatoria del próximo martes.
El foco sobre el posible rol de Nieto como articulador entre la información ilegal que recababa un sector de la AFI y las esferas más altas del gobierno de Mauricio Macri surgió cuando la causa estaba en manos del juez federal Federico Villena, quien ordenó que lo allanaran y que, entre otras cosas, secuestraran sus teléfonos. La apuesta de Nieto es decir que el teléfono fue manipulado o alterado mientras estuvo bajo custodia judicial para así impugnar toda la información que surja de él.
El nombre de Nieto apareció en las comunicaciones que mantenían Susana Martinengo, coordinadora de Documentación Presidencial de Macri, con Jorge Sáez, una especie de alma páter de los Súper Mario Bros, un grupo de agentes que el propio Sáez había reclutado para la AFI. Sáez y Martinengo se conocen desde que la mujer trabajaba en el gobierno de la Ciudad de la mano de Macri. Para los fiscales, fue ella quien le acercó a Nieto dos informes de temas sensibles para que se los hiciera llegar a Macri. En un caso, información sobre las comunidades mapuches y, en otro, datos sobre las organizaciones que se movilizarían contra la reforma previsional de diciembre de 2017.
Nieto busca por todos los medios anular las extracciones de datos que se hicieron de su teléfono, que muestran, por ejemplo, que él había confeccionado un guión para desvincular al gobierno de Macri de Martinengo, cuando se empezó a conocer la vinculación estrecha que la mujer tenía con los espías — tanto que los visitaba en la base que tenían en Mataderos y quería usar sus servicios para forjar una candidatura electoral. Algunos de los planteos de Nieto están en la Cámara Federal de La Plata para resolverse. Martinengo, por su parte, ya fue indagada en dos oportunidades. En la ampliación, la mujer presentó un escrito en línea con el objetivo de despegar a Macri y a Nieto. Dijo — palabras más, palabras menos — que ella se daba corte con sus amigos espías diciendo que tenía llegada a Nieto, pero que eso no era así. Sin embargo, en la causa, figuran los mensajes cariñosos que Nieto le mandó cuando dejaron la Casa Rosada.
El 26 de agosto, ocho días después de que los fiscales pidieran su indagatoria, Nieto se presentó en Comodoro Py para pedir que reclamen la causa. Contó con el aval del fiscal Carlos Stornelli, que dijo que la investigación era una concatenación de hechos que podían presentarse como una “bola de moco”. Por el contrario, la jueza María Eugenia Capuchetti rechazó el pedido, que deberá ser resuelto en breve por la desmembrada Cámara Federal porteña. Lo curioso es que tres víctimas del supuesto espionaje en el que Nieto es imputado se sumaron a su pedido para que la causa viaje a Py, un territorio siempre amigable para el macrismo. Así lo hicieron Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y Diego Santilli.
FUENTE: Página 12