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Dólar ahorro: récord de 3,9 millones de personas compró USD753 M en julio

La cantidad de gente que accedió a dólar oficial para atesoramiento trepó 20% durante julio: fueron 3.900.000 personas, que compraron un promedio de USD192 y que dejaron, en el neto, una fuga de USD452 millones. La principal explicación de la salida de divisas en pandemia sigue siendo la brecha cambiaria y su efecto en la liquidación de exportaciones y los pagos de importaciones. Entre marzo y julio, por esa vía salió casi el doble de lo que se fugó. En total, por transacciones, el BCRA vendió USD581 millones de sus reservas.

Si se suma la diferencia generada entre marzo y julio entre las exportaciones e importaciones registradas en Aduana y los cobros y pagos efectivamente ingresados en el MULC, se observa una salida de divisas de USD3.081 millones. La fuga, en cambio, sacó “apenas” USD1.651 millones en ese mismo período. En julio los pagos por importaciones se normalizaron pero la liquidación de exportaciones siguió en un carril aparte. En total, la diferencia entre ambos fue de USD420 millones.

En el Gobierno hay preocupación por la fuga. En lo que va del año totalizó «apenas» USD1.826 millones, equivalente a menos de la mitad de los USD2.200 millones que se fugaron en promedio mensual durante el 2019. Pero en los últimos meses trepó hasta USD500 millones, es decir la mitad del superávit que dejaron los bienes en julio. El debate interno acerca de la posibilidad de endurecer el cepo se hizo público.

Desde el BCRA no piensan ajustar esa tuerca aun, pero hay intenciones de que Afip controle quiénes pueden acceder y quiénes no, a partir de la capacidad de compra. Desde Afip hay reticencias por las dificultades para instrumentarlo. Esa es una parte del debate. Si bien el canal de la fuga para atesoramiento de los residentes es una canilla relativamente accesible para cerrar, entre las contras se destaca la presión que esa demanda pasaría a ejercer sobre los dólares paralelos, ensanchando más aun la brecha y con un potencial de fuga de depósitos. Y, además, habría un efecto fiscal por lo recaudado a través del impuesto PAIS: $67.000 millones en lo que va del año.

El gran problema es que, tal lo señalado, el ensanchamiento de la brecha explicó buena parte de la salida de reservas a lo largo de la pandemia, por la vía de las exportaciones e importaciones realmente cobradas y pagadas. El fenómeno es histórico y se observa siempre que se aplica un cepo. El principal traslado del incremento en el precio del dólar financiero hacia el oficial se da por la suba de la expectativa de devaluación y a través de la escasa liquidación de exportaciones o del adelantamiento de pagos de las importaciones.

En julio, en total, se pagaron importaciones por USD3.467 millones. Los cobros por exportaciones mantuvieron el desempeño del mes previo y dejaron USD4.524. Un resultado neto, por bienes, de USD1.057 millones (había sido USD1.955 millones en junio, cuando el cepo hard tuvo efecto).

Como por la vía de la balanza de servicios se fueron USD134 millones y por los intereses de la deuda otros USD404 millones, la cuenta corriente dejó un superávit de USD555 millones. Un tercio de lo que había dejado en junio.

Así, los mayores pagos por importaciones, producto de la brecha, hicieron que esta vez la cuenta corriente no lograra compensar al drenaje de divisas de USD1.137 millones que ocurrió en la cuenta financiera. Hacia dentro de ese número, la principal explicación de la salida de dólares fue por el lado de los préstamos y deuda. Mientras que los ingresos de fondos son casi nulos, siguen los vencimientos, lo que generó una negativo neto de USD678 millones. El resto lo hizo la fuga de los residentes.

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FUENTE: BAE NEGOCIOS