Tras el velo de la pandemia
El tema de deuda
Esta semana el gobierno de Alberto Fernández llegó a un acuerdo con los bonistas por el tema de la deuda externa. Encabezadas al ministro de economía Martin Guzmán, esta negociación le tomó 7 meses de intensas discusiones al Gobierno Nacional, con los acreedores internacionales. La renegociación implicó poner en juego una masa de 68 mil millones de dólares en bonos, que fueron refinanciados con los principales acreedores privados como Black Rock, Templeton, Fidelity, etc. Estos grupos, para llegar a un arreglo sin demasiada quita de intereses y de capital sobre el valor de los bonos, han ejercido una fuerte presión a través de sus operadores locales como la AEA (Asociación Empresaria Argentina, que históricamente ha estado integrada por los grupos económicos más concentrados como Techint, Grupo Macri, Acindar, Pescarmona, Fortabat, Bunge & Born, Garovaglio y Zorraquín (Banco Comercial del Norte), Bulgheroni, Arcor, Astra, Celulosa, Aluar, Soldati, Gotelli, Fate, Perez Companc Family Group, los diarios Clarín, La Nación, etc.) y las poderosa cerealeras que controlan el comercio exterior argentino, cuyas ventas son la fuente de divisas principa-les del país.
Para llegar a este acuerdo Alberto Fernández buscó apoyo en el FMI, quien se lo dio públicamente quizás teniendo en cuenta que la Argentina necesita arreglar con los bonistas, para luego cobrar él también. Argentina necesita negociar con el mismo FMI una deuda de 44 mil millones de dólares, contraídos durante el gobierno de Macri, durante la corrida cambiaría de 2018.
En principio hay que decir que la posición de arreglar con los acreedores sin investigar la deuda, para determinar que parte es ilegítima y cual no, es un error, ya que luego de la negociación con los bonistas se debe ingresar a la negociación con el Fondo, lo que implica destinar sólo en intereses de deuda 3% del PBI argentino anual, lo que significan más de 15 mil millones de dólares por año.
La pandemia
Frente a la pandemia, el gobierno nacional tomó medidas acertadas con la cuarentena y el aislamiento para que no se sature el sistema de salud. Esta ha demostrado ser una medida efectiva, que se muestra como ejemplo en el mundo frente a una enfermedad que hasta el momento no tiene vacuna ni tratamiento para curarse.
El gobierno nacional, frente a la cuarentena, implementó una serie de políticas para que el impacto del párate en la producción y la caída de la actividad económica no se sintiera tanto en los bolsillos de los sectores populares, tanto trabajadores como de los empresarios. Medidas que van desde el IFE, el ATP y los bonos al programa Potenciar Tra-bajo. Estas medidas son un paliativo importante para los sectores más golpeados por la crisis económica. Pero para sostener este tipo de medidas e incluso mejorarlas hace falta dinero y ese dinero debe salir de algún lado
En ese sentido, la marcha atrás del gobierno con la medida de expropiación de la cerealera Vicentín ha sido un bal-dazo de agua fría sobre las fuerzas del campo popular, que apoyaron esta medida pensando en la posibilidad de que el país pueda tener una empresa de la alimentación testigo, y comenzar a participar en la producción en un rubro clave para Argentina, como lo es la producción de alimentos para que no falte el pan en la mesa de los argentinos y los dólares que genera con el comercio exterior; pues, Vicentín es la sexta empresa exportadora de granos. Hay que decir que sobre esta marcha atrás no han pesado demasiado las movilizaciones de minorías defensoras de la propiedad privada y el mercado, sino, más bien, que se presenta como un elemento de negociación en el acuerdo con los fondos buitres y el FMI.
Las tres principales cerealeras que están el mercado exportador en la disputa por quedarse con la porción del negocio de Vicentín, son Cargill (EEUU) Dreyfus (Francia) y Cofco (China) han estado también detrás de la marcha atrás de la expropiación. Esta marcha atrás ¿Puede haber sido a cambio de que los países centrales que son origen de estas empresas apoyen a la Argentina en la renegociación de la deuda? De ser así, va a ser muy difícil romper con el rumbo de la dependencia que arrastra a nuestro país a una posición de sumisión y que no la deja manejar las palancas estratégicas de la producción. Parte de esto se ve claramente con el posible acuerdo para producir carne porcina en nuestro país por parte de China. Aquí, la necesidad de dólares externos nos lleva a ceder nuevamente frente a un recurso alimenticio estratégico y que lo podría producir el pueblo argentino. Este potencial acuerdo se publicita bajo la excusa que necesitamos inversiones. Inversiones que al final resultan en mayor dependencia.
El plan y las medidas
Tras la negociación de la deuda sin investigar su legitimidad, también se esconde que el gobierno nacional no haya expuesto ante el pueblo argentino un verdadero plan económico reactivador, poniendo el eje en el mercado in-terno, el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas y poner en funcionamiento miles de chacras y talleres que movilicen a los miles de desocupados que tiene el país, empezando con la reactivación de las provincias que tienen un estatus sanitario que así lo permitan como San Juan y, de esta manera, solidarizarnos con las que se encuentras más atacadas por Cov-19
La situación en la provincial
El buen estatus sanitario en nuestra provincia ha permitido que la mayoría de las actividades vuelvan a funcionar. Sin embargo, San Juan no es una isla y se ve afectado por la crisis económica nacional y mundial y, en un escenario donde no hay todavía vacuna para el coronavirus, todo indica que vamos a tener que continuar con el cierre de nuestras fronteras por varios meses más si queremos mantener este buen estatus sanitario. Esto no lleva a pregun-tarnos ¿de que vivimos los sanjuaninos?, los fondos que ha enviado el gobierno nacional en conceptos de IFE, ATP y otros subsidios están siendo tomados como una especie de coparticipación encubierta debido a la caída de la acti-vidad económica y la recaudación. Frente a esta situación sin las ayudas nacionales sería muy difícil para los sanjua-ninos poder pasar medianamente bien esta crisis. Distinto seria si el estado provincial fuese dueño de empresas pro-ductivas, como por ejemplo que fuese dueño del oro que se extrae de San Juan y se exporta, de empresas industriales que manejen la producción y distribución de la energía, de un banco provincial que destinara sus activos financieros hacia la producción, lo que eso nos permitiría generar y aumentar recursos propios.
El Acuerdo de San Juan
El gobierno provincial movilizó al pueblo de la provincia alrededor de la discusión del Acuerdo San Juan, que luego de muchas reuniones se han elaborado cerca de 370 propuestas de distintos sectores. En estas jornadas de debate se invitó a los partidos, organizaciones sociales, sindicales, empresariales, de la educación, la cultura, la salud, etc. a discutir el diagnóstico de cómo está la situación de la provincial y cómo afrontar la poscuarentena, es decir el qué, pero no se invitó a discutir las soluciones a esos problemas, el gobierno se reserva el derecho del cómo. Es decir, no es la conformación de un Comité de Emergencia Provincial para abordar la crisis. Debemos decir que el gobierno ha realizado un testeo de la opinión de los sanjuaninos, pero no hay espacio para discusión de soluciones frente a la emergencia
De todas formas. en las exposiciones se han expresado posiciones interesantes en las mesas de debate, y es necesario generar la discusión para que las propuestas que se hicieron en ellas sean tomadas en cuenta por el gobierno de la provincia a la hora de encarar soluciones. De todas maneras, sino es así, al pueblo le queda el arma de la movilización popular para que la crisis no la pague él y sí los que más tienen y se siguen enriqueciendo con la pandemia.
Los “Cayetanos”, un arma de los desocupados.
Este 7 de agosto se cumplen 4 años de la primera movilización de los Cayetanos, que impulsó nuestro partido y que fue tomada por la CCC (organización política sindical con un importante trabajo social), junto con otras fuerzas del campo popular como la CTEP y Somos Barrios de Pie.
Esta movilización fue muy importante ya que logró arrancarle al gobierno de Macri la ley de Emergencia Social, que posibilitó la creación del Salario Social Complementario y las Unidades Productivas de trabajo, las que ahora se han transformado en Potenciar Trabajo.
Esta unidad de los Cayetanos y su lucha generó una respuesta para los miles de trabajadores que perdieron su trabajo durante los años neoliberales del macrismo y que hoy dan la pelea por que estas Unidades Productivas crezcan y por tener trabajo digno.
Esta herramienta, también, en manos de los desocupados se transformó en una importante posibilidad de trabajo de manera colectiva, creando cientos de pequeños emprendimientos de distintos rubros, como metalúrgicas, carpinte-rías, alimentos, etc. Pero que en el marco de las disputas empresariales y la “pereza” del gobierno al no comprarles su producción no logran despegar del ámbito artesanal. Desde el PTP-PCR seguimos luchando por el cumplimiento de las promesas de trabajo genuino y estable para todos los argentinos que quieran trabajar, en una Argentina que tiene el 50% de fuerza laboral no registrada.
Este 7 de agosto vamos a una jornada nacional por trabajo, techo, pan, salud etc. Por el impuesto a las grandes fortunas y porque la crisis no la pague el pueblo sino los que se enriquecieron con la timba macrista.
Entendemos que las propuestas de creación de 1 millón de chacras y de 1 millón de emprendimientos productivos que plantea el PTP-PCR cobran más fuerza en estos días, en los que se debate el camino de la dependencia extranjera o la producción nacional y que estas propuestas pueden solucionar dos problemas graves en nuestro país que son el empleo y el hambre.
FUENTE: Comisión Política PTP-PCR