Crece el autoritarismo
FRENAR LA OFENSIVA ANTIPOPULAR
La serie de ‘desesperadas’ medidas políticas que el gobierno nacional ha tomado en estos primeros días del mes de enero, indican que ha sentido el impacto de las movilizaciones populares durante diciembre contra las reformas laboral, fiscal y previsional. La primera, debió postergar su tratamiento en el Congreso para sesiones extraordinarias en febrero, las que al final no se realizarán por el sensible panorama político reinante. Además, la oposición popular a las reformas fiscal y previsional le hicieron pagar un costo político muy importante, causándole una caída en la imagen del gobierno superior al 14% y con perspectivas nada halagüeñas para su proyecto liberal de ajuste económico, para maximizar su vinculación al capital extranjero a través de las recetas de los organismos internacionales de créditos.
El triunfo electoral del macrismo del 22 de octubre de 2017, que consiguió sobre la base de la polarización con los errores del gobierno anterior y los hechos de corrupción que quedaron en evidencia con una serie de hechos, hicieron que sobredimensionara el crédito que el pueblo le entregó en las urnas, no fue un cheque en blanco, fue salvoconducto como diciendo “no tengo más opción”. Este triunfo le dio a Macri la posibilidad de subordinar a la dirigencia sindical de la CGT más permeable a la negociación, la cual había propuesto un paro con movilización para el 26 de octubre. Por otro lado la oposición política quedó momentáneamente paralizada en la acción inmediata y desarticulada en lo estratégico.
Con la alegría exultante por triunfo, los popes del gobierno pasaron a la ofensiva y fueron a fondo con aquellas medidas antipopulares, que previo a las elecciones los candidatos de cambiemos habían jurado y perjurado no pondrían en práctica. Recordemos que el movimiento popular tenía la imagen de la reforma laboral que se había instrumentado en Brasil y la rechazaban abiertamente.
El macrismo, sobre la base de algunos arreglos de la reforma laboral con el triunviro de la alicaída CGT, algunos pases de manga con H. Moyano por los entuertos y negociados Oca, pasaron a la ofensiva para discutir los pormenores de la reformas previsional en Congreso. Allí contaban con el favor del siempre eterno colaboracionista Miguel A. Pichetto, que representa al peronismo más conservador en el Senado. A este panorama agregaron el intento de no dejar asumir a la Senadora Cristina Fernández de Kirchner y la detención de un grupo numeroso de ex funcionarios del gobierno anterior. Era el montaje perfecto para hacer pasar el proyecto reformista.
El objetivo principal del gobierno con sus propuestas reformistas era hacer pasar las reformas previsional y fiscal y dejar para adelante la reforma laboral. El cálculo del gobierno se sustentaba en el hecho que los jubilados y las provincias son los factores de poder más débiles y con menor poder de movilización de la sociedad, unos por su estado pasivo y mínima organización, y las provincias por su heterogeneidad y contando con el desbande político que produjo la derrota electoral del Frente para la Victoria en el 2015, a lo que se agregó al accionar autoritario del gobierno nacional a través del manejo de los fondos de coparticipación federal de impuesto nacional y la actitud clientelista de la mayoría de los gobernadores de provincia.
La maniobra de pinzas del gobierno nacional sobre las provincias la comenzó a montar a partir del juicio que la gobernadora de la provincia de Bs. As. Eugenia Vidal orquestó contra el gobierno nacional por el Fondo del Cono Urbano Bonaerense y que la Suprema Corte de Justicia de la Nación estaba al dictaminar y con sentencia altamente favorable para la provincia. El posible dictamen favorable les venía como anillo al dedo a Macri y a Vidal, porque con los fondos de ese juicio- se calculaban en más de 65.000 millones de pesos anuales- se organizaría el PRO en el Conurbano Bonaerense y se desplazaría de ese bastión electoral al peronismo, legalizando el triunfo electoral del 2015 y neutralizando al kirchnerismo. Pero esto tenía un problema, de donde sacar los fondos para pagar este juicio sin quitárselos a las provincia y que éstas a su vez renunciaran a los juicios que tienen contra la Nación?. Esta última es, a su vez, una exigencia del Fondo Monetario Internacional para que el gobierno de M. Macri pueda seguir tomando créditos internacionales y enjugar el déficit fiscal que no consigue con el despegue de la economía nacional.
En ese marco en el mes de diciembre el macrismo fue a fondo con la reformas previsional y laboral, las cuales creía poder aprobar con relativa tranquilidad debido al pacto fiscal con el que subordinó a los gobernadores (excepto a la provincia de San Luis) y con los acuerdos con el triunvirato de la CGT y un sector de la dirigencia sindical a la cual le hizo concesiones. Pero lo que no tuvieron en cuenta las cabezas políticas de CAMBIEMOS fue que el pueblo argentino tiene memoria, y este tipo de reformas le recuerdan años en los que la clase trabajadora y los jubilados fueron golpeados duramente durante los años 90 con el menemismo y el delaruismo. Así fue que los días 14 y 18 de diciembre se vivieron en el país días de enormes movilizaciones populares con el objetivo de presionar a los congresista para que no se apruebe el proyecto de ley de reforma previsional en la cámara de diputados. Estas movilizaciones lograron entre otras cosas hacer que los sectores sindicales más colaboracionistas con el gobierno tuvieran que salir a la calle, manifestarse en contra de estas reformas debido a la fuerte presión de sus bases y rompieran momentáneamente acuerdos con el macrismo. Esta discusión también dividió a los gobernadores donde algunos de manera oportunista y vergonzante ante las enormes movilizaciones rompieron acuerdos con el macrismo y le retiraron su apoyo en diputados. Es el caso del gobernador Uñac que primero hizo sentar en su banca al diputado nacional por la provincia Walberto Allende para que diera quorum y luego retirarse y no votar a favor de la reforma como había pactado el 16 de noviembre con el gobierno nacional.
Estas movilizaciones fueron impulsadas y trabajadas durante todo un mes por organizaciones clasistas como la CCC, que conformó multisectoriales en todo el país con lo más combativo del movimiento obrero como la CTA y la Corriente federal de la CGT, que incluso se movilizaron el día en que la reforma se aprobó de manera exprés en el Senado. A su vez fueron un duro golpe a los planes de Macri el hundimiento del ARA San Juan con la desaparición de sus 44 tripulantes, hecho aún no esclarecido y por el cual los familiares de las víctimas se han movilizado en reiteradas oportunidades exigiendo el esclarecimiento del caso que conmovió a la sociedad argentina, así como también las declaraciones del Papa Francisco quien en las semanas que se trataba el proyecto de reforma previsional declaro “me duelen los jubilados”, en un claro mensaje contra las políticas de cualquier mandatario que perjudiquen a nuestros adultos mayores.
Al proceso anterior se ha agregado la resistencia del movimiento obrero y popular por los despidos de ya miles de trabajadores del Estado nacional y de empresas privadas que cierran sus puertas, dejando no sólo trabajadores en la calle sino familias y pueblos en el desamparo, como son los casos de Fanazul de Fabricaciones Militares, Hospital Posadas, Molinos Rio La Plata en la provincia de Bs. As., ITEC, en San Juan.
Todo esto debilitó al macrismo que, herido grave políticamente, tuvo que recurrir a su gurú Jaime Durán Barba para fijar una nueva estrategia de marketing político destinada a pasar factura a los dirigentes que en diciembre le soltaron la mano. Es así que asistimos durante todo el mes de enero a un nuevo escenario de polarización “Gobierno transparente contra sindicalistas corruptos”. Así las cosas nos encontramos con una arremetida feroz contra el movimiento sindical durante todo este mes de enero con un sindicalista preso cada 10 días. En esta cruzada feroz contra el sindicalismo cabe preguntarse ¿Quiénes son los responsables de tal corrupción? Históricamente muchos sindicalistas crecieron de la mano de los distintos gobiernos y empresarios que les garantizaron una posición privilegiada al frente de importantes direcciones sindicales a partir de diferentes acuerdos y negocios, en este sentido el macrismo ha demostrado que es tan corrupto como los que dice combatir y ha utilizado al SOMU (Sindicato Obreros Marítimos Unidos) como su botín de guerra y hoy, está en la mira una de las figuras de mayor envergadura de CAMBIEMOS el ministro de trabajo Jorge Triaca, que ha acomodado a más de 250 de los suyos en la intervención del sindicato y tenía como empleados en su quinta a quienes los había contratados como delegados interventores del SOMU, sindicato intervenido por irregularidades, y en vez de cumplir las funciones que corresponden como interventores de una entidad gremial, trabajaban realizando tareas domésticas en la quinta del Ministro.
Queda claro que a partir de este vergonzoso hecho y otras medidas posteriores que, lo que le interesa a CAMBIEMOS no es sanear la corrupción sindical sino más bien aleccionar y descabezar al movimiento obrero argentino que demostró su alto nivel de organización y su capacidad de movilización, lo que representa un hueso duro de roer para los proyectos de ley, afines a su proyecto liberal que quiere hacer pasar el macrismo como la reforma laboral desdoblada.
Los sindicatos en nuestro país, a diferencia de los demás países de la región, son un ejemplo de la organización de los trabajadores y cumplen incluso una función social en áreas en las que el estado se ha retirado o abandonado, como la salud pública, el deporte e incluso la formación profesional. Este tipo de organización le molesta a Macri, a la oligarquía y molestó a las dictaduras, a los cual le parece inadmisible que el obrero y el patrón se “sienten en la misma mesa” a discutir aumentos salariales y condiciones de trabajo, en esa gran conquista de la clase trabajadora argentina que son las paritarias.
A su vez, el gobierno eligió a partir de la experiencia de diciembre un camino peligroso y autoritario a la hora de gobernar, buscando que el Congreso tenga un funcionamiento mínimo y aprobar y derogar leyes mediante la aplicación de decretos (DNU) mostrando la esencia autoritaria de Cambiemos que está lejos del diálogo que tanto pregonó durante las campañas electorales.
Es por eso que modificó por decreto la ley de financiamiento educativo en la cual no sólo eliminó la paritaria nacional docente, sino que también buscó debilitar al sindicato más representativo entre los trabajadores de la educación CTERA, a quien le quitó 4 representantes de la mesa de negociación paritaria dejándolo al nivel de los gremios con menos representación, quienes tienden a firmar acuerdo paritarios sin tanta conflictividad, con las claras intenciones de bajar los salarios con el objetivo de cumplir con una de las exigencias del FMI para acceder al crédito internacional. Claras son, por lo tanto, las intenciones de Mauricio Macri y los funcionarios al hacer anuncios de topes paritarios del 15% (cuando el mismo Banco Central reconoce que la inflación de este año rondará arriba del 20%) Las paritarias van a ser una durísima batalla en la cual el movimiento sindical representa una traba que se debe eliminar y para eso la estrategia fijada por CAMBIEMOS es la persecución y el desprestigio de la dirigencia del movimiento obrero. Dirigencia que todo el mundo conoce que tiene corruptos, pero “no podemos tirar el agua de la bañera con el niño”. La democracia en el seno de cada gremio debe ser responsabilidad y tarea de los afiliados del mismo.
A su vez el gobierno busca eliminar una serie de programas sociales con el objetivo de reducir el gasto público y achicar el déficit fiscal (otra de las exigencias del FMI), lo que constituye un golpe para muchos trabajadores precarizados, dejando a muchas familias sin el sostén mínimo de los programas de entrenamiento laboral, a través de los cuales la gente se capacita para aprender un oficio y además reciben contención por parte de las organizaciones sociales, que también cumplen un rol fundamental en la promoción de las actividades deportivas, culturales, de género y de lucha contra el flagelo de la droga en los barrios.
El movimiento obrero, el movimiento popular y la oposición política deben tomar el camino de la más firme unidad frente a la prepotencia del gobierno, exigir paritarias sin topes, sumar al reclamo de la anulación de la reciente ley de reforma previsional que es una escarnio a los jubilados, pensionados, beneficiarios de las Asignaciones Universales por Hijo y combatientes de Malvinas, resistir la medidas antipopulares juntando las firmas necesarias para que la trate el Congreso Nacional y preparar las condiciones para un paro nacional que inicie el camino de la derrota de estas política liberales antipopulares.
Redacción de Protagonismo Popular