Trump aviva el fuego de las protestas en un país al borde del caos
WASHINGTON.– Ni las medidas de toque de queda decretadas en más de 40 ciudades del país, ni las amenazas del presidente Donald Trump, logran detener la masiva ola de protestas que sacude a Estados Unidos por el asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd la semana pasada en manos de la policía blanca. Más bien al contrario: los incidentes y desmanes se multiplicaron el lunes en otra noche de furia donde se repitieron los enfrentamientos con la policía, incendios y saqueos en las principales ciudades del país.
La primera irrupción pública de Trump fue ayer una síntesis de la situación. Mientras el jefe de Estado se dirigía a la Nación redoblando la amenaza de intensificar la represión con el envío del Ejército a las calles del país, en las afueras de la Casa Blanca la Policía Militar reprimía a cientos de manifestantes congregados pacíficamente, ayudándose con gases lacrimógenos y protegidos por agentes a caballo, para abrir una vía en la plaza de Lafayette.
Minutos después, el Presidente pasaba con una pequeña comitiva caminando hasta la iglesia de Saint John, cuyo sótano ardió en las revueltas del domingo, para fotografiarse a las puertas del templo sujetando una Biblia en la mano. El resultado fue que anoche las protestas se habían intensificado en todo el país ante la indignación que generó la orden de Trump de reprimir una manifestación pacífica para poder fotografiarse en Saint John.
“Por favor, le pedimos al señor presidente de la Nación que si no tiene nada constructivo que decir… mantenga la boca cerrada”, le había reclamado horas antes el jefe de la policía de Houston, Art Acevedo, en un pronunciamiento de inusual dureza pero que refleja la gravedad de la situación que vive el país. La propia obispo de la diócesis de Washington, Mariann E. Budde, dijo sentirse “indignada” por el hecho de que Trump visitara la iglesia Saint John “después de amenazar básicamente con un diluvio de la fuerza militar”. “El presidente utilizó la Biblia, el más sagrado texto de la tradición judeocristiana, y una de las iglesias de mi diócesis, sin avisarnos siquiera, como telón de fondo de un mensaje antitético a las enseñanzas de Jesús y a todo lo que defiende nuestra iglesia”, se quejó Budde.
Efectivamente, Trump reiteró su amenaza de desplegar al Ejército en las calles debido a la resistencia de algunos gobernadores a recurrir a la Guardia Nacional, como él pregona. “(Washington) D.C. no tuvo problemas anoche (por el lunes). Muchos arrestos. Todos han hecho un gran trabajo. Fuerza abrumadora. Dominación. También Mineápolis estuvo genial”, había celebrado Trump por la mañana, en referencia a la dura represión que el lunes terminó con 300 detenidos en la capital del país. Luego, se dirigió directamente al gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, cuya ciudad fue la más sacudida en la noche del lunes, con saqueos en plena zona de Times Square de Manhattan. “Ayer fue un mal día para los Hermanos Cuomo. Nueva York fue perdida por los saqueadores, matones, la izquierda radical y otras formas de mala vida. El Gobernador rechazó aceptar mi oferta de una dominante Guardia Nacional. Nueva York fue hecha pedazos”, remarcó Trump.
Lo cierto es que anoche las protestas se habían multiplicado en diferentes partes el país pese a las amenazas de Trump y que la mayoría de las ciudades habían extendido las medidas de toque de queda, entre ellas Nueva York, que prorrogó esas medidas de excepción hasta el 7 de junio.
Condena internacional al “abuso de poder”
BRUSELAS.- La condena al asesinato de George Floyd se extendió ayer en el ámbito internacional, donde la Unión Europea (UE) denunció que se trató de un caso de “abuso de poder” y llamó a rebajar la tensión en Estados Unidos. “Todas las vidas cuentan, las vidas negras cuentan”, afirmó el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, quien consideró que “estamos en shock, es increíble la muerte de Floyd, todas las sociedades tienen que seguir prestando atención ante un uso excesivo de fuerza policial. Hay que abordar esto respetando los Derechos Humanos y el Estado de Derecho”, insistió.
“Este es el último de una larga serie de asesinatos de afroamericanos desarmados cometidos por policías estadounidenses y gente armada”, expresó a su vez la Alta Comisionada de la ONU para los DD.HH., Michelle Bachelet, quien reclamó que “las autoridades estadounidenses tomen medidas serias para poner fin a estos asesinatos y asegurarse de que se haga justicia cuando ocurran”.