Aníbal Fernández consolida su poder y suena para ocupar la secretaría de Energía de la Nación
Aníbal Fernández es uno de los cuadros más consolidados del universo político argentino, generando simpatías y rencores por igual. En los últimos veinte años no ha dejado de ocupar lugares relevantes dentro del gobierno y las instituciones nacionales
Su exclusión de las listas del Frente de Todos, en las que apenas apareció como candidato a concejal de un distrito del Partido de la Costa, llamó poderosamente la atención. Sin embargo, cuando los cuestionamientos e inmovilidad aparecieron muy rápidamente en un área estratégica para el gobierno, nada menos que la de Energía, Aníbal Fernández fue convocado de apuro para hacerse cargo de la intervención del Yacimiento Carbonífero Río Turbio.
Al lado del yacimiento se encuentra la usina térmica, una obra inconclusa en trámite judicial dentro de la cuestionada causa de los cuadernos, por una denuncia sobre desvío de fondos por 176 millones antes de 2015.
El macrismo resignó su continuidad, argumentando que los beneficios esperables eran inferiores a la inversión que demandaba la obra. Sin embargo, Aníbal rápidamente movió las fichas, relanzó la actividad minera y, a solicitud suya, fue puesta bajo su órbita la usina térmica de la discordia, que estaba avanzada en un 80 por cinto al momento de su abandono por decisión del gobierno de Cambiemos.
El decreto respectivo, firmado por el presidente Alberto Fernández y por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, dispone: “Transfiérase la obra pública de la Central Térmica Río Turbio a la órbita de Yacimiento Carbonífero de Río Turbio y de los Servicios Ferroportuarios con Terminales en Punta Loyola y Río Gallegos”.
Entre los objetivos se destaca que “la venta de la energía producida a partir del carbón mineral, lo que determina que la Central Térmica y el Yacimiento referidos constituyen una unidad de explotación inescindible, de lo que deviene la conveniencia de transferir la obra de la citada Central Térmica Río Turbio” para “posibilitar una gestión ágil y eficiente”.
Sin embargo, en los círculos oficiales son pocos los que afirmarían que este será el destino final de Aníbal Fernández. Incluso desde el entorno presidencial se ha dejado trascender que la designación del dirigente quilmeño en YCRT fue sólo el paso inicial para su inserción dentro del gabinete nacional, para potenciar sus acciones luego de la dolorosa derrota electoral frente a María Eugenia Vidal en 2015.
“Nadie puede prescindir de un cuadro como Aníbal, y menos en una situación como esta. Con Alberto tienen una excelente relación de años y lo quiere a su lado”, confió un viejo dirigente del peronismo porteño.
La designación de Aníbal Fernández como secretario de Energía es considerada conveniente por diversos motivos. Por un lado, porque el actual titular, Sergio Lanziani, nunca consiguió a hacer pié en ese área, jaqueado desde un principio por conflictos internos y por su mala relación con algunos gobernadores. Tampoco Matías Kulfas le permitió tomar decisiones, ya que desde un principio aspiró a quedarse con el control de la estratégica secretaría. Sólo lo sostuvo la mano de Cristina Fernández, hasta que terminó soltándosela en el marco de confusos operativos policiales y denuncias nunca aclaradas.
En estos días en los que el gobierno analiza la mejor manera de relanzar la economía a la salida de la cuarentena, en un contexto de gravísimo deterioro de todas las variables y el malhumor social se incrementa, queda claro que Energía será una de las áreas determinantes para lo que vendrá. Por esta razón, las disputas palaciegas deberán hacerse a un lado.
Semanas atrás, Sergio Affronti -un experto próximo a La Cámpora y a Galluccio– fue designado como CEO de YPF, lo que en la práctica confirmó la licuación de lo poco que quedaba del poder de Guillermo Nielsen en la empresa. Ahora los rumores aseguran que Aníbal se hará cargo de Energía. Queda claro que Kulfas no se animará a someterlo a un destrato similar al que le propinó a Lanziani y que cuenta con la aprobación de Cristina y de Alberto Fernández. Adicionalmente, la figura del ex jefe de Gabinete proveerá de mayor autoridad a un gabinete que no se destaca por las trayectorias ni las cualidades de muchos de sus miembros.
En el entorno presidencial dan este recambio casi por hecho y anticipan que no será el único ni el último. La Argentina de la salida de cuarentena seguramente tendrá poco que ver con la que ingresó a ella.
FUENTE: REALPOLITIK