«El ajuste es un error»
El diputado salteño del Bloque Justicialista, Javier David, votó en contra de la reforma provisional y de los deseos de su gobernador Juan Manuel Urtubey –a quien aspira a suceder–, quien jugó fuerte y presionó a sus legisladores para aprobar el proyecto como parte del pacto al que arribaron los mandatarios provinciales con el Gobierno. “Es un error aplicar la vieja receta de ajustar a los jubilados” y que el déficit fiscal se debe achicar con el aporte de los sectores económicos que “han ganado mucha plata en estos años”, dijo David a PáginaI12. Sostiene que los diputados tienen un rol que no se puede reducir a “levanta manos” de la voluntad de otros. David afirma que “el Justicialismo tiene la responsabilidad de marcar los errores del Gobierno porque representamos cosas distintas”.
–¿Por qué votó en contra de la reforma provisional sin alinearse con la postura del gobernador de su provincia?
–Desde que se presentó el proyecto sostuve que era un error aplicar la vieja receta que ya falló en la Argentina, de ajustar a través de los jubilados. La fórmula que propone el Gobierno le va a quitar dinero a los jubilados, con esa actualización se va a ver menguado el ingreso de los que cobran menos que una canasta básica. No es esa la manera de achicar el déficit fiscal, hay sectores que han ganado mucha plata en los últimos años y que pueden hacer un esfuerzo mayor. Por lo que mas allá que se haya incluido en el pacto fiscal y se haya firmado junto con los gobernadores había que dejar claro que uno no está de acuerdo con ese tipo de reforma.
–¿Cómo se dirimió esto dentro del bloque y con los propios diputados salteños?
–No fue fácil. Nos han puesto en esa situación: entre votar a favor de los jubilados o en contra, con una pistola en la cabeza, que no van a mandar fondos a las provincias. Estoy tranquilo con lo que voté, con hacer lo que uno siente y dejar claro que a nosotros nos corresponde marcarle al Gobierno cuando creemos que está equivocando el camino. Así lo sintieron muchos diputados del bloque. Otros se vieron más presionados por los gobernadores, votaron a favor pensando más en el pacto fiscal que en el tema de los jubilados.
–Parece que Urtubey no lo entiende de la misma forma y lo marginó de un encuentro de su gabinete con intendentes de la provincia.
–La información ha sido tergiversada. Yo jamás participé de una reunión de gabinete de Urtubey. La reunión con los intendentes fue para tratar el presupuesto y los fondos que van a mandar a los municipios. Urtubey había jugado muy fuerte a favor del pacto fiscal pero uno entiende también cual es su rol como gobernador y buscar los fondos para la provincia y administrarlos. Pero nuestro rol responsable como legisladores es ver que las leyes sean las mejores. Para mí la ley no era buena y voté en contra. Si no volvemos a la vieja historia de que los legisladores levantan la mano a favor o en contra de lo que le digan y que en el pasado nos ha llevado por mal camino.
–¿Cómo quedó su relación con Urtubey?
–La verdad es que no hablé en el fin de año pero siempre ha sido una relación muy buena más allá de los que puedan ser las discusiones políticas. No creo que deba cambiar por esta votación. Cada uno hace lo que tiene que ver con sus convicciones y responsabilidades.
–¿Usted aspira a sucederlo en la gobernación?
–Lo he dicho muchas veces, voy a ser candidato a gobernador en 2019. Aspiro a presentarle a la sociedad salteña un proyecto superador. Se termina un ciclo político en Salta tras 12 años de Urtubey y hay que ver las cosas que faltan y lo necesario para el futuro, con un proyecto muy participativo. Me parece que va a haber dos grandes sectores: uno liderado por Cambiemos y el gobierno nacional y otro que tiene que ver principalmente con el justicialismo, con la defensa de los derechos de los trabajadores, de los jubilados, de la gente que menos tiene y del progreso que necesitamos en el norte.
–Usted habla de dos grandes frentes en la provincia y se ubica claramente de un lado. Sin embargo usted fue funcionario del gobierno de Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cómo fue esa experiencia y por qué la abandonó?
–Fue en 2008, después de haber dejado en 2007 el ministerio de Economía de Salta con la llegada de Urtubey a la gobernación, y cuando recién había asumido Macri como jefe de Gobierno, como parte de un montón de peronistas que se sumaron a la idea de un proyecto. Luego Macri eligió estratégicamente otro camino y yo me volví a mi provincia. Me parece que la construcción futura del Justicialismo requiere ser muy amplio, dejar atrás divisiones sin peleas ni enojos, porque dividido facilitamos las aspiraciones del Gobierno nacional que no representa a los sectores sociales que si representamos en el justicialismo.
–¿Cómo imagina el voto del bloque Justicialista en la reforma laboral que el Gobierno insiste en aplicar?
–No nos negamos a discutir todos los temas en los que está estancado el país. Pero si la reforma pasa por quitar derechos y recortar haberes, nos tiene que encontrar a nosotros defendiendo a los trabajadores. No nos negamos a discutir un sistema para regularizar trabajadores que están en negro ni incentivos para mejorar el mercado laboral, pero con la premisa siempre de proteger al trabajador. Hay sectores del Gobierno que sienten que los problemas de la competitividad argentina pasa por reducir salarios o echar trabajadores. Hay muchos otros temas por resolver que no son responsabilidades de los trabajadores ni la culpa de los jubilados.
–¿Usted piensa, como afirman algunos de sus compañeros de bancada, que el Bloque Justicialista tiene que ser el garante de la gobernabilidad acompañando al Gobierno?
–Hay que ser una oposición razonable y clara, pero siempre sabiendo que el sistema requiere que quienes representamos cosas distintas podamos discutir las cosa como para llegar a un justo medio. Si dejamos de lado las cosas distintas que representamos llevamos al sistema a que uno solo tenga la razón o haga lo que quiera. El Justicialismo tiene la responsabilidad de marcar los errores del Gobierno para llegar a ese justo medio, porque si nosotros no lo defendemos van a pasar por encima a trabajadores, jubilados y un montón de cosas que no le sirven al país. Hay que hacerlo con moderación, con calma, sabiendo perfectamente cuales son los límites de un gobierno que tiene toda la legitimidad para gobernar dada por la gente y por el voto pero que tiene que tener un límite razonable que tenemos que poner nosotros.