AISLAMIENTO Y CONECTIVIDAD
Primeras conclusiones sobre aislamiento y conectividad en San Juan
La adopción de una nueva modalidad de aislamiento en la provincia denominada “administrada”, sumada a el alta médica para los dos únicos casos de Covid-19 registrados en la provincia, nos permiten pensar como algo más cercano las actividades posteriores a la pandemia. En ese sentido tenemos que ser conscientes que las formas en que vamos a vivir luego del aislamiento se están generando desde ahora. Sin dudas van a cambiar nuestras costumbres, y vamos a valorar de manera distinta los recursos con los que contamos para realizar nuestras actividades. Uno de estos aspectos es la relación con el acceso a las telecomunicaciones, en especial a internet, herramienta que a muchos nos permitió romper el aislamiento mientras estuvimos recluidos en nuestros hogares.
Dicen que de las experiencias, pero sobre todo vividas durante las crisis, se pueden obtener conclusiones útiles para el futuro. Con esto no debemos pensar que todo lo que pasó hasta ahora, en relación al aislamiento y la conectividad, fueron malas experiencias. En la provincia se pusieron a prueba las respuestas del sistema de conectividad y en muchos aspectos pasó la prueba, en otros se encendieron luces de alerta. En ambos casos hay que sacar conclusiones y este artículo es un aporte en ese camino. Las lecciones que hoy aprendimos son útiles en la perspectiva de replantear un proyecto de telecomunicaciones más eficiente, democrático y soberano.
1 – Las brechas
Brecha digital se llama al distanciamiento que existe entre grupos de la sociedad debido a sus capacidades materiales, prácticas y culturales para acceder y navegar en internet. El concepto no se limita a tener conexión, sino también la calidad de la misma y el conocimiento previo para usarla en toda su potencialidad.
Si observamos lo que pasó en la provincia durante el mes pasado, veremos que la brecha en el acceso a internet se hizo más evidente en relación a la posibilidad de seguir trabajando o estudiando en condiciones de aislamiento. En el caso del entretenimiento no se produjo una división marcada y critica porque la población todavía cuenta con muchas alternativas fuera de la red, sobre todo con la televisión y la radio analógica o digital.
La educación fue escenario de un sinceramiento importante. Desde el inicio del aislamiento quedó expuesta la comodidad analógica que predominaba en la relación enseñanza aprendizaje. Todas las miradas se posaron sobre los docentes y su capacidad de manejo de las herramientas necesarias para brindar clases virtuales. En este sentido el Ministerio de educación tomó la iniciativa y está logrando realizar luego de la catarsis inicial una interesante experiencia. Es que el recurso humano puso en funcionamiento en menos de un mes el sistema educativo y siguió funcionando en las nuevas condiciones.
El ministerio de educación todavía no da cifras, pero es muy probable que cuando lo haga muestre que casi el 100% de los docentes, de todos los niveles, se plegaron al trabajo de planificar y enviar tareas a las casas de sus estudiantes.
El salto a las clases digitales también generó problemas para los estudiantes y sus familias. Desde las primeras tareas enviadas a las “casas”, descubrimos que los nativos digitales no saben usar procesadores de textos ni están acostumbrados a los correos electrónicos. Pero al igual que los docentes, los estudiantes que cuentan con los medios necesarios hicieron un aprendizaje y lograron adaptarse a las nuevas modalidades de clases.
Respecto a los medios, en estos días se marcaron dos brechas importantes en relación al equipamiento, la calidad y precios de las conexiones.
Quedó atrás la época en que la PC era el principal dispositivo de acceso a internet. Hoy el precio de una computadora de escritorio promedio ronda los 50 mil pesos. Con ese dinero se pueden comprar al menos cuatro teléfonos celulares de buena calidad. Y si bien con los Smartphone se pueden realizar muchas actividades, no están pensados para quienes necesitan leer y producir textos, actividades básicas del estudio. Por estos días todos extrañamos el programa Conectar Igualdad, que distribuía netbooks.
Respecto a la conexión, según datos de ENACOM, en San Juan cada 100 hogares, 33 tienen conexión a internet fija, mientras que hay instaladas casi 50 antenas 4G cada 100 mil habitantes. Es mucho mayor la cantidad de personas que se conectan a internet vía datos móviles, que las que lo hacen por conexión en un domicilio. Esto tiene implicancias en el costo y en la calidad de conexión para los estudiantes y docentes.
Pagan muchos más caro el tiempo de navegación quienes usan internet móvil, y dentro de ese grupo, quienes tienen el sistema prepago. La navegación por internet fija tiene tarifas planas, por lo que las mayores diferencias se dan en cuanto a la velocidad de navegación, aspecto en el que tiene ventajas el reducido grupo de sanjuaninos que tiene acceso a internet por fibra óptica.
Una buena iniciativa fue el convenio entre las universidades nacionales y los operadores de redes móviles para hacer gratuito el tráfico entre los usuarios y los portales educativos. Pero como siempre se puede encontrar “un pelo al huevo”, debo decir que ese gesto nos recuerda que los operadores de redes pueden discriminar los paquetes de datos ¿Hasta qué punto esa medida positiva no vulnera la neutralidad de las redes? Tema que sin duda da para otro artículo.
Por último, la velocidad de transmisión de datos tampoco es un tema resuelto para la provincia. El informe de ENACOM de diciembre de 2019 arrojó que el promedio de San Juan es un poquito más de 6mbps. Somos la anteúltima provincia del país, por arriba de Santa Cruz. En relación al proceso educativo virtual, esta realidad tiene consecuencias. Es más cara la educación virtual, internet móvil y la menor velocidad de transmisión de datos dificultan obtener experiencias de clases en vivo por video llamadas o las plataformas de reuniones virtuales.
2 Sistemas estatales de interconexión.
Al inicio de cuarentena para combatir la pandemia, ENACOM y ARSAT (el estado) celebraron un convenio de colaboración mutua con las grandes empresas telefónicas para asegurar la interconexión de las redes en caso de colapsos.
La base de esa medida, positiva y necesaria, fue el gran acierto del Plan Argentina Conectada que desde el 2010 al 2015 desarrolló la Red Federal de Fibra Óptica (REFEFO) que administra ARSAT. Esa red estatal interconecta 1300 poblaciones con 30 mil kilómetros de cables en todo el país. Imaginemos cómo funcionaría el transporte de datos durante la pandemia si estuviera sólo en manos de Telefónica o Telecom. Posiblemente la conexión a internet hubiese sido más cara que el alcohol en gel y sería patrimonio de los habitantes de las cuatro principales ciudades del país.
Desde que comenzó el aislamiento los proveedores de internet (ISP) han aumentado su tráfico al límite de sus capacidades. Los ISP que trabajan con Arsat mantuvieron el precio y la capacidad de ancho de banda, y si bien la empresa no les permitió aumentar, mantuvo la conexión adecuadamente.
Las demandas de nuevas conexiones a internet fijas aumentaron en estos últimos 30 días. Algunos titulares de ISP locales cuentan que pudieron hacer frente a menos de la mitad de los pedidos, una de las razones fue no llevar al limite su capacidad de ancho de banda y perder calidad; y la otra la falta de insumos. Los equipos de conexión inalámbricos y los cables de fibra óptica son artículos importados en nuestro país. Los problemas de abastecimiento de estos días fueron un problema imposible de sortear que impidió abastecerse a los ISP y brindar más servicios.
3 Almacenamiento de los datos.
Otro aspecto del que se comenzó a tener más conciencia en estos días es sobre el almacenamiento de los datos, la propiedad de los mismos y los puntos de intercambio del tráfico por la red.
Si un docente elabora una clase y para compartirlo con sus estudiantes la sube a la nube de Google, Telefónica o Microsoft, ¿hasta qué punto, además del Ministerio de Educación, no está trabajando para una empresa que ganan mucho dinero con la recolección de información?
Acertadamente el Ministerio de Educación de la provincia pidió a los docentes que las guías se carguen en su página, que presumo estará alojada en el centro de datos de la provincia. De esa manera protege el trabajo de sus docentes y acorta el viaje de los datos por la red. La UNSJ también cuenta con su plataforma para almacenar las clases virtuales.
Son aspectos que la mayoría de los usuarios no registra todavía como importantes, pero hacen a la soberanía del conocimiento e implican un tema económico también. Imaginemos que si alojamos datos en un servidor que está en EE.UU., no solamente asumimos que el FBI va a tener acceso a nuestros datos, sino que las personas que quieran descargarlo van a realizar un traslado de información mucho más largo y costoso, que si el paquete estuviera alojado en un servidor en nuestra provincia.
4 La presencia del estado garantiza equidad
En el análisis de los tres puntos anteriores queda claro que cuando participan las políticas públicas se logran avances en el camino de sortear la brecha digital y la democratización del acceso a internet. Las políticas públicas, en las que el Estado se hace cargo de solucionar los problemas de acceso, pueden no ser perfectas, pero siempre son mejores que las respuestas del mercado.
La iniciativa del ministerio de educación para digitalizar las clases, equiparó a las escuelas públicas con las de gestión privada. Es cierto que todavía quedan muchos estudiantes fuera de las clases, por falta de equipos de computación y mejores condiciones de conexión a internet. Y no es menos cierto que hoy un plan como “conectar Igualdad”, otra política pública, disminuiría esta brecha.
La ReFeFO no compite directamente con las grandes empresas privadas de telecomunicación; se auto limita a brindar servicios de internet en donde estas no llegan. Pero en San Juan le ha dado la posibilidad de competir a ISP locales que usan su red como alternativa a la de Telefónica (Movistar)
Y en cuanto al almacenamiento de datos, ha dado buenos resultados el esfuerzo del gobierno provincial por ampliar su centro de datos y el trabajo de la universidad que utiliza el IXP/NAP de CABASE.
San Juan tiene problemas de conectividad y son precedentes a la pandemia, pero si algo debemos agradecerle al Covid-19, es que derribó los mitos del liberalismo y el libre mercado. En el caso de las telecomunicaciones, en cada terreno en que participó el Estado con sus políticas, aunque fuera en forma limitada, siempre dejo semillas que hoy dieron frutos.
El punto débil sigue siendo la dependencia en el acceso a las tecnologías. La falta de desarrollo propio y la ausencia de industria nacional en el rubro, que hoy se pagan a un costo muy caro.
Con estas enseñanzas se puede pensar en el corto plazo en un nuevo plan de conectividad para la provincia. El mismo debería integrar, bajo la dirección estatal, con la coordinación de operarios y usuarios locales, lo recursos que hoy tiene la provincia. Por ejemplo, el trazado de red de fibra óptica del sistema de cámaras de la policía, la fibra óptica que acompaña a las líneas de alta tensión, la experiencia de CABASE en el trabajo asociativo, la capacitación y recurso humano que tienen los proveedores locales.