Video: Tras el suicidio del cura Lorenzo, habló una de sus víctimas
Julián Bartoli tiene 32 años y es uno de los denunciantes del excapellán del Servicio Penitenciario Bonaerense Eduardo Lorenzo, el cura que se mató al dispararse un tiro en el pecho el último lunes después de que la justicia ordenara su detención.
«Eduardo Lorenzo abusó de mí a los 13 años«, contó hace unos meses el joven platense al ventilar en conferencia de prensa su traumática experiencia junto al sacerdote, entre 1999 y 2001, cuando era un adolescente vinculado a la parroquia Nuestra Señora de Lourdes de la capital bonaerense.
«Tiene como modus operandi hacer fiestas en quintas que él mismo alquila. A la noche siempre hay alcohol, nunca hay mujeres y siempre hay varones mayores y menores de edad», detallaba.
«Yo habiendo sido invitado a una fiesta, él me manda a llamar a su habitación privada, y cuando entro, estaba semidesnudo exhibiendo su pene acostado en su cama, ¿Qué les parece que esto genera en la psiquis de un chico? Al día de hoy no puedo acordarme qué pasó y qué me hizo», expresó Bartoli en público, como parte de su búsqueda de Justicia.
A él le siguieron otros jóvenes, algunos de los cuales habían conocido a Lorenzo en la parroquia de Gonnet. En el expediente que tramita en la justicia platense son al menos cinco los casos de abuso que comprometían al cura, ocurridos entre 1993 y 2008.
«Hay muchos compañeros que hoy viven con las secuelas de lo que curas y monjas han hecho con ellos«, expreó este jueves Juan Bártoli, tras el suicidio del cura.
«Mi lucha no termina, este es un capítulo. Tucho Fernández -arzobispo de La Plata- y el ex arzobispo Héctor Aguer son encubridores, ellos facilitaron que Lorenzo siguiera abusando de chicos sabiendo todo lo que había pasado, por eso mi lucha va a ir contra ellos«, avisó el hombre en un video divulgado en las últimas horas.
«La Iglesia es una institución muy poderosa, con raíces en todos los estratos de la sociedad y lamentamente es una promotora de pedofilia muy grande y muy oscura».
«Al haberse matado esta basura nos garantiza que nunca más va a tocar a un chico, que la iglesia no lo va a poder encubrir. Me hubiera gustado que esta persona siguiera viva y tuviera la justicia, pero no sé si eso iba a llegar«, expresó luego.
«La justicia no entiende los tiempos de las víctimas, no está preparada para trabajar con víctimas de abusos», lamentó y pidió a otras personas con historias similares que no tengan mied. Les recomendó acercarse a la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico en Argentina.
Fuente: Filo.news