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La política exterior de Fernández, entre la ideología y las necesidades

Según pudo saber Los Andes, el presidente electo ya definió a su equipo completo de la Cancillería, que estará encabezado por Felipe Solá, como ministro de Relaciones Exteriores, y Guillermo Oliveri, como secretario de Culto, cargo en el que ya se desempeñó durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.

Aún no fueron revelados los nombres para los otros dos puestos de relevancia de la Cancillería: secretario de Coordinación y secretario de Relaciones Exteriores.

Un importante colaborador de Fernández en política exterior afirmó que la gestión diplomática priorizará el provecho económico y comercial para el país, por encima de la amistad.

Sostuvo que es, justamente, un enfoque que esperaban que fuera desarrollado por Susana Malcorra y, después, por Jorge Faurie, pero que entienden que fue “totalmente desaprovechado”, sencillamente porque la mentada lluvia de inversiones finalmente nunca llegó, más allá de algunos logros, como por ejemplo, las visitas de Barack Obama y Donald Trump, y la organización del G20 en Buenos Aires en 2018. 

En la futura gestión de la Cancillería, según afirman, también se abocarán a revisar la gestión de Faurie, con quien están molestos por la catarata de designaciones realizadas tras la derrota de Macri en las PASO.

De hecho, el propio Solá salió hace unas semanas a cuestionar que el canciller haya nombrado por decreto al diplomático Guillermo Raimondi como representante ante la Organización de Estados Americanos (OEA), en reemplazo de Paula Bertol. “Bertol renunció a la OEA y Faurie nombró a un diplomático de carrera diez días antes de la elecciones. Es el organismo que define las sanciones a Venezuela”, dijo el actual diputado de Red por Argentina, quien está estudiando asuntos de política exterior con el excanciller Jorge Taiana (2005-2010), quien asumirá como senador nacional en reemplazo de Cristina Kirchner, electa vicepresidenta de la Nación.

Viejo conocido

En este esquema la incógnita es saber qué destino tendrá un albertista de la primera hora, Jorge Argüello, un diplomático que se desempeñó como embajador ante las Naciones Unidas durante la primera presidencia de Cristina Kirchner, y luego fue embajador en Estados Unidos entre 2011 y 2013, tras lo cual fue embajador en Portugal hasta 2015.

Cristina Kirchner no tiene un buen recuerdo del embajador Argüello, a quien -según cuentan en el peronismo- le atribuye haberla “entregado” luego de que en septiembre de 2012 le organizó una conferencia de prensa con alumnos de la Universidad de Harvard en la que le preguntaron por asuntos incómodos, como el cepo cambiario, su crecimiento patrimonial, el Indec y la libertad de expresión.

Otro golpe a la relación con Brasil

El sábado pasado hubo un hito más en el posicionamiento internacional del mandatario electo argentino cuando encabezó la reunión del Grupo de Puebla, en una mesa académica en la que Fernández estuvo sentado al lado de Dilma Roussef.  El encuentro fue otro hito de distanciamiento con el Gobierno brasileño y de un posicionamiento ideológico que parece contradecir las versiones ventiladas desde el entorno de Fernández, cuando aseguran que las relaciones internacionales serán pragmáticas. Un dato: el encuentro del Grupo de Puebla se desarrolló sin la presencia de ningún presidente en ejercicio.

FUENTE

(Fuente: Los Andes)