Se cae una denuncia floja de papeles de Carrió contra Scioli
La Cámara de Casación bonaerense le dio ayer un durísimo golpe a la jueza Marcela Garmendia, una especie de sucursal de Comodoro Py en La Plata. La magistrada fue apartada de la causa en la que se investigan, entre otros, al ex jefe de Gabinete bonaerense Alberto Pérez y al ex gobernador Daniel Scioli, por una denuncia de Elisa Carrió. La Casación afirmó que Garmendia actuó con parcialidad, que en forma permanente le sugería al fiscal Alvaro Garganta pedir la detención de los imputados, que ordenó allanamientos sin ninguna necesidad e incluso citó a declarar como testigo a Gisella Berger, que en aquel momento era pareja de Scioli, algo que está vedado por la ley. Garmendia es una jueza claramente alineada con el macrismo y su hijo, Juan Manuel, que es funcionario del intendente PRO de La Plata, Julio Garro, fue salvado por el mismo fiscal Garganta al haber autorizado una fiesta ilegal en la que murió una joven.
El fallo, de 43 páginas, tiene la firma de los camaristas Mario Kohan y Carlos Natiello. El texto es lapidario con Garmendia porque va señalando todos los elementos que prueban su animosidad respecto de los imputados en la denuncia de Carrió. El origen del expediente, en sí mismo, es lo que en derecho se conoce como una «excursión de pesca» y así lo señalan los abogados defensores: afirman que los delitos son indeterminados, generales y abarcan a numerosos ministerios del gobierno de Scioli, por lo que el fiscal salió a ver lo que encontraba. Es más, los defensores siempre sostuvieron que hubo forum shopping, una elección ilegal del fiscal Garganta para que quedara a cargo de la instrucción. El funcionario es recordado por gravísimas irregularidades en la causa conocida como el cuádruple crimen de La Plata, en la que Garganta persiguió y encarceló a Osvaldo «El Karateka» Martínez quien terminó absuelto.
Concentrándose en la jueza, los camaristas mencionan, por ejemplo, que Garmendia lanzó allanamientos cuando el mismo objetivo se podría haber conseguido con simples pedidos de informes. Un empresario, que realizó trabajos para la Provincia de Buenos Aires en tiempos de Scioli señaló que de su casa y su empresa se llevaron innumerable cantidad de documentos que no tenían nada que ver con la causa judicial, pero que el objetivo fue hacer un gran show en su contra. Kohan y Natiello cuestionaron «la cantidad inusitada de órdenes de registro y secuestro dictadas por la magistrada».
En sus fallos, Garmendia le sugería a Garganta que pida la detención de Scioli, Alberto Pérez y los demás imputados por un supuesto peligro de fuga y en todo momento deslizó comentarios críticos contra los acusados. Por ejemplo, señaló que «podrían quedar impunes», o sea ya los dio como culpables. También expresó la jueza, por escrito, en una de sus resoluciones, que su deseo era que «se imponga, por encima de todo, el reclamo social que procura el esclarecimiento de presuntos hechos de corrupción», un comentario que no tiene relación alguna con la existencia o inexistencia de pruebas en la causa.
Finalmente, a pedido de Carrió, en la causa se citó a declarar como testigo a Gisella Berger, lo que violaría el precepto de que nadie puede declarar contra su cónyuge ni su padre ni su hijo. Es público y notorio que Berger convivía entonces con Scioli. Los camaristas anularon el llamado a Berger y ordenaron que se trate la apelación del ex gobernador a esa convocatoria.
En concreto, Garmendia fue apartada de la causa, pero el fallo golpea en la trama judicial armada en La Plata con el mismo objetivo que se persiguió en Comodoro Py: utilizar la justicia contra el gobierno anterior.
En el Frente de Todos dicen que la trama tuvo la venia de María Eugenia Vidal que, además, en los últimos tiempos presionó para designar una enorme cantidad de jueces. También las miradas de la actual oposición, que será oficialismo a partir del 10 de diciembre, apuntan al procurador Julio Conte Grand, que jugó un papel determinante en la estructura judicial vinculada a Cambiemos.
(Fuente: Página12)