EL PUEBLO CASTIGÓ MUY FUERTE EL 27 DE OCTUBRE
La victoria del frente de todos fue un triunfo del movimiento popular. El 27 de octubre se confirmó la victoria del 11 de agosto en la PASO, donde la mayoría de los argentinos dijeron basta a la política de ajuste y endeudamiento de Macri. Así, la Argentina se encamina a dejar atrás un momento de su historia en la que padeció de un gobierno que fue muy controvertido para el pueblo, que no cumplió ninguna de las promesas que realizó, por el contrario, profundizó problemas estructurales que la condicionan y que son la base de sus grandes problemas, como son la miseria, la pobreza, la desocupación, la paralización y desaparición constante del aparato productivo y su ubicación en el contexto mundial. Un gobierno liberal que representa los intereses de los grandes terratenientes, de los exportadores de cereales, de los sectores financieros y de los monopolios de los servicios públicos.
El Triunfo del 27 llenó de alegría y esperanza a millones de personas que quieren avanzar en un país con producción, trabajo, alimento, educación y salud para todos. La inmensa mayoría de los argentinos dijeron “Chao Macri”, hasta nunca.
El protagonismo del Pueblo
En el camino que llevó a la derrota del macrismo, sin duda, fue fundamental el protagonismo del pueblo que resistió desde el inicio del mandato del macrismo en el 2015, las políticas de ajuste del gobierno que se evapora.
La lucha de los desocupados y precarizados, los estatales, las mujeres, los jóvenes, los inquilinos, los campesinos pobres, los estafados con el crédito UVA, etc. fueron las que allanaron el camino para lograr la unidad en el Frente de Todos, en junio pasado y el triunfo popular el ‘27.
Durante la campaña el Partido del Trabajo y del Pueblo y el Partido Comunista Revolucionario, realizaron una gran tarea. Fue una marea roja que se desplegó en los 19 departamentos de la provincia, protagonizando cada caminata, acto y encuentro. El resultado fue un gran crecimiento en cantidad de militancia, un salto en calidad política e ideológica de muchos cuadros. A nivel de propaganda el PTP y sus dirigentes se afianzaron como referentes del campo popular en San Juan. Además, que se reforzaron las relaciones con nuestros aliados históricos y se ampliaron a nuevos sectores peronistas y progresistas.
Esto gran avance se vio plasmados en la inauguración del Local Comité Provincial que fue a la vez el cierre de campaña, el jueves 25 de octubre. Delegaciones de todos los comités departamentales participaron en forma entusiasta del brindis celebratorio (ver nota aparte).
El huevo empollado
La derrota de Macri fue contundente pero no fue aplastante. Él, y la derecha argentina, tuvieron la capacidad de recomponerse luego de la derrota del 11 de agosto, y del desastre que causó el día después. Las clases dominantes opresivas, sabiéndose perdidos, igualmente decidieron dar batalla y jugarse a no desaparecer. ‘Juntos por el Cambio’ realizó una recorrida por el país y un gran acto el 19 de octubre que inexplicablemente no tuvo respuesta por parte del campo popular. Lograron dar vuelta la elección en cuatro provincias y sumaron 2 millones de votantes.
El macrismo logró armar un grupo de gobernadores, senadores y diputados con los que intentarán condicionar al frente popular. Son el huevo del que puede nacer la nueva serpiente, son una amenaza y una tentativa para volver al poder. Y más allá de los números que arroje el escrutinio definitivo, no podemos decir categóricamente ¡chau Macri! Porque sin importar lo que haga el próximo ex presidente, la reacción mantiene una importante porción de poder y puede generar nuevas figuras. Ya no van a estar en el Estado, pero siguen manejando las palancas más importantes de la economía argentina: son los dueños de las tierras, el petróleo, los bancos y los servicios. La derecha es como la ‘Hidra de Lerna’, el monstruo marino de forma de víbora a la que le vuelve a crecer la cabeza, una y otra vez. Nunca el pueblo debe subestimar a la derecha oligárquica. El pueblo permanentemente movilizado es la única garantía, el ‘hércules’ popular, para evitar retroceder en lo conquistado con mucho esfuerzo y unidad.
Por otro lado, debemos agregar que la situación Latinoamericana irrumpió en medio de la campaña electoral argentina, especialmente las grandes luchas que protagonizan el pueblo ecuatoriano y chileno contra las políticas liberales. Este protagonismo fue celebrado por la más amplia mayoría de los pueblos latino americanos y en especial por las fuerza antiimperialistas y democráticas. No obstante, la alegría que causó esta rebeldía de los chilenos y ecuatorianos, también tuvo otra lectura por parte de otros sectores integrantes del campo del pueblo.
Los medios masivos que al principio ocultaron el estallido en Chile, luego mostraron imágenes del caos, con represión y saqueos, que causaron miedo en las capas medias que no quiere “volver al 2001”. El macrismo supo interpretar esa situación e hizo un discurso en consecuencia que le permitió captar a su favor esa debilidad captándolos como votos a su favor. Desde la intelectualidad política del campo popular deberíamos haber acompañado a esas masas con una lectura más positiva y no se pasarán para el campo del enemigo del pueblo.
La esperanza
Los sectores populares más castigados por la crisis económica y la política de ajuste macrista tienen esperanza en conseguir mejoras con el próximo gobierno. Aumentos en las jubilaciones, creación de empleos y medidas contra el hambre y la inflación, es lo que se siente por ‘abajo’ cuando se interpela a las masas. Para logar las reivindicaciones populares siempre fue necesario conquistarlas. Es una verdad que se hace visible ahora más que nunca, porque hay que enfrentar la voracidad de los monopolios exportadores de granos, los sectores financieros y la intromisión del FMI. Sería un gran error desperdiciar esas ansias de protagonismo, y no encaminarlas hacia las batallas políticas contra los enemigos de la patria.
Las luchas en Calingasta e Iglesias donde trabajadores desocupados se movilizan para conseguir empleo en las mineras, son un ejemplo de que las luchas puntuales, fundamentalmente por alimentos y trabajo, van a seguir, independientemente de los deseos de los gobernantes.
Es el momento de reagrupar fuerzas, hacer balances sobre el triunfo y planificar las futuras luchas para apoyar el gobierno popular y hacer realidad las respuestas a las necesidades urgentes del pueblo, en camino hacia la liberación de la patria.