Erdogan sigue adelante con el ataque contra las milicias kurdas
Ante las críticas a su Manantial de Paz, Erdogan amenaza a Europa con abrir las compuertas. Si la UE insiste en calificar de “invasión” a su tercera operación armada en Siria, el presidente turco dice que dejará proseguir viaje a los 3,6 millones de refugiados sirios que acoge desde hace años dentro de sus fronteras.
Recep Tayyip Erdogan dijo a los miembros de su partido en Ankara que 109 rebeldes han sido “neutralizados”, aunque la milicia kurda sólo reconoce tres muertos –además de varios civiles– y asegura que está resistiendo. Según otro cómputo, al menos veintitrés combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias –bajo liderazgo kurdo– y ocho civiles, dos de ellos administradores de la milicia, perecieron. Son datos de OSDH, entidad en el exilio inglés que también asegura que las aldeas de Ras al-Ain y Darbasiya, unos 60 kilómetros al este, han quedado casi desiertas.
El giro no del todo inesperado es la muerte de civiles en el lado turco de la frontera. Seis habrían sido alcanzados por obuses kurdos, tres en Nusaybin y otros tres entre Akçakale y Ceylanpinar, entre ellos un bebé y tres niñas. En estas ciudades, la población permanecía encerrada y daba la razón, retrospectivamente, a los recelos de Ankara manifestados desde hace años, ante una organización armada hasta los dientes, en guerra con el estado turco desde hace treinta y cinco años, a quinientos metros de sus urbes.
La incursión nocturna de las tropas turcas en el nordeste de Siria desde cuatro puntos, con apoyo de milicianos islamistas suníes –árabes en su gran mayoría, aunque también algunos turcomanos y kurdos– se estabilizó de madrugada, según las Fuerzas Democráticas Sirias –el nombre para consumo internacional de las milicias dominadas por la filial siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK)–.
Muy distinto era el punto de vista turco, que daba por tomadas –“liberadas” según el parte militar– nueve aldeas alrededor de Tel Abiad y otras dos cerca de Ras Ain, donde habrían encontrado mayor resistencia. El portavoz de la milicia kurda, en cambio, negaba cualquier pérdida.
AVANCE TERRESTRE
La ofensiva terrestre en el nordeste de Siria parece haberse estabilizado
Muchas familias, mientras tanto, votaban con los pies –o con los neumáticos, para ser exactos– alejándose lo más posible del radio de acción de las bombas.
Un alto funcionario de seguridad turco dijo que las fuerzas armadas atacaron depósitos de armas, posiciones de artillería y francotiradores, túneles y bases militares. Los cazas realizaron operaciones hasta 30 kilómetros dentro de Siria, mientras que las fuerzas terrestres se habrían adentrado hasta ocho kilómetros.
Votar no es, precisamente, algo que hayan hecho en demasía en la autodenominada Royava –neologismo detestado por las minorías no kurdas, nativas de la zona– donde el único partido tolerado es el que porta las armas.
Royava –el Oeste, en kurdo– el estado ficticio inicialmente tolerado por Bashar el Asad como mal menor durante el embate yihadista y luego decididamente apoyado con armamento estadounidense y dinero –según Ankara– de Emiratos y Arabia Saudí, sufre de este modo su tercer mazazo. El primero fue la operación turca del 2016 para impedir la continuidad territorial de los tres cantones kurdos de mayoría kurda. En el 2018, el tercero, Afrin –donde la hegemonía del PKK era más incontestada– cayó bajo dominio turco e islamista árabe con el permiso de Moscú.
El actual golpe podría terminar de disolver como un azucarillo el sueño nacionalista kurdo, en el que también hay un norte –en Turquía– un sur, en Irak –el único institucionalizado y reconocido por el Gobierno central, que aun así ignoró, sin consecuencias penales. su referéndum de independencia de septiembre del 2017– y un este, en Irán.
Por otro lado, dos editores de diarios opositores, Diken y Birgün, fueron citados a declarar por sus críticas a la ofensiva. Asimismo, el control llega a las redes sociales, hasta el punto de que comentarios a favor de la resistencia de Royava habrían llevado a más de veinte arrestos. Entre ellos, miembros del partido prokurdo HDP. Veinticinco de ellos fueron arrestados en una manifestación con otra excusa convocada en Diyarbakir y en la que se emplearon cañones de agua.
EE.UU. también aseguraba ayer que mandará a Irak a una cincuentena de prisioneros de Estado Islámico (EI). Mientras que Ankara negaba que fuera a hacerse cargo de ningún centro de detención de prisioneros de EI fuera de su zona de seguridad.
(Fuente: LaVanguardia)