El anuncio de Alberto Fernández no cambió el malhumor de los mercados
El dólar, siempre estuvo contenido por la venta de los bancos oficiales. La tendencia sigue siendo compradora. El Banco Central comenzó a investigar a los compradores de más USD 10 mil dólares mensuales, pese al límite impuesto por la Comunicación «A» 6770, y a los “coleros”, como se llama a la gente que se contrata para que compre el cupo autorizado con fondos fuera del circuito legal.
Al Gobierno se le despertó un amor desmedido por los controles como si solucionaran algunos de los problemas de fondo de la economía. El ejemplo más grande lo tiene en el mercado cambiario, donde limitó y puso un control y comenzó a tomar como referencia el precio de la divisa en la plaza de contado con liquidación.
Este resurgimiento de los nuevos tipos de cambio tuvo un efecto adverso al principio porque llevó a cotizar a estos nuevos dólares a cerca de $70. Pero cuando el mercado armó la mecánica para que las operaciones sean más fluidas, retrocedió porque comenzaron a hacerse pases entre los distintos dólares. De hecho, entraron divisas del exterior que se vendieron al precio del dólar contado con liquidación -el de valor más alto- para comprar dólar MEP, el de la Bolsa que es $3 más barato.
Desde el control de cambios el mercado comenzó a tomar como referencia el precio de la divisa en la plaza de contado con liquidación
Esto explica que los plazos fijos estén estabilizados lo que equivale a que soportan una pérdida mensual de 5% en su volumen porque no crecen al ritmo de la tasa de interés. Desde hace una semana están estacionadas en 1,5 billones de pesos.
En cambio, sigue la baja de los depósitos en dólares. El Banco Central informó que el último lunes se fueron del sistema USD 91 millones, una cifra baja si se la compara con los poco más de USD 300 millones que se fueron el jueves. La salida de dólares incide en una constante baja de las reservas. Esta vez se perdieron USD 82 millones y quedaron en USD 49.228 millones.
El dólar en la plaza mayorista con negocios escasos por USD 312 millones subió 14 centavos a $57,21 pero con la ayuda de los bancos oficiales porque amagaba con cerrar en niveles más elevados. En bancos y casas de cambio, la divisa creció 17 centavos a $59,51 y acá necesito más esfuerzo de los bancos oficiales porque sino podría haber llegado a cerca de $60. El “blue” se mantuvo en $61,75. Al tiempo que subió el contado con liquidez a $64,10, mientras el dólar Bolsa o MEP bajó a 61,53 pesos.
El índice de Riesgo País aumentó a 2.234 puntos básicos (15 unidades) por la suba del Bono del Tesoro de los Estados Unidos y la caída del Bonar 2020 (3,66%) y el Bonar 2024, el título de referencia de la deuda, que perdió 0,54 por ciento.
Los anuncios de Alberto Fernández de que si es presidente buscará que la Argentina salga de esta situación de asfixia de la deuda sin default, aplicando la receta de Uruguay en 2003, es decir respetar el monto y tasas, pero alargar los plazos, no cambió el humor de los mercados.
El plan uruguayo tuvo 98% de aceptación entre los acreedores. Se hizo con un sacrificio que difícilmente acepten los argentinos: hubo un impuesto de 10% a todos los sueldos en el sector público lo que le permitió bajar el gasto público e incrementar la recaudación fiscal por los ingresos de los trabajadores del sector privado. Además, el tipo de cambio se duplicó respecto al dólar para cortar la corrida cambiaria.
Los que manejan mal las matemáticas hablan del proceso como que la moneda uruguaya se devaluó 100%. La deuda de USD 5.236 millones estiró sus plazos 5 años y el Uruguay no aceptó la intervención del FMI que le pidió que hiciera una quita. El rol del FMI lo ocupó la Reserva Federal de Estados Unidos que le prestó USD 1.500 millones para que pague a los ahorristas más pequeños y muestre respaldo ante los acreedores más grandes.
La deuda de USD 5.236 millones estiró sus plazos 5 años y el Uruguay no aceptó la intervención del FMI que le pidió que hiciera una quita. El rol del FMI lo ocupó la Reserva Federal de Estados Unidos
El caso argentino es muy diferente
¿Alguien cree que una situación similar será posible para la Argentina? El Gobierno ni siquiera escuchó a Roberto Lavagna o a Martín Redrado, que le aconsejaron recomprar con USD 5.000 millones que le permitía el FMI el Bonar 2020 y otros títulos que estaban a precios de liquidación.
Redrado ya había hecho esa experiencia y fue exitosa, en el gobierno anterior con los Bonar 2015 que tenían una paridad de 48%. La operación le permitió bajar el riego país. Hoy en el caso del bonar 2020, le hubiera facilitado al país la renovación del resto de la deuda que vencía este año sin alterar las condiciones de pago y pateaba el fantasma del default hacia adelante.
En tanto, el Gobierno sigue manteniendo su política monetaria a pesar del fracaso en la lucha anti inflacionaria y cambiaria. En la licitación de Letras de Liquidez (Leliq) colocó $212.543 millones con una importante baja de las tasas de 0,83 puntos a 79,99% anual. Perforó el piso de 80% anual, aunque es solo un dato de color porque sigue siendo exageradamente alta. Lo captado no cubre los vencimientos y liberó para el viernes $4.000 millones.
La Bolsa, en tanto, confirmó que la suba del día anterior fue el “rebote del gato muerto”” y volvió a bajar. Si bien la caída del S&P Merval, el índice de las acciones líderes, fue leve, apenas 0,16%, los negocios se mantuvieron en un volumen bajo y habitual de alrededor de $600 millones. La acción más destacad fue la de Ternium con 3,41%. Esta acción de Techint equivale a tener dólares en el exterior porque la empresa está radicada en Texas y se dedica al petróleo. Banco Supervielle con un aumento de 3% tuvo una segunda rueda positiva, igual que la cementera HARG – Holcim, ganó 2,38 por ciento.
En Wall Street los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones- tuvieron un día neutro donde se mezclaron alzas y bajas. IRSA Propiedades Comerciales que el día anterior había aumentado más de 25% esta vez soportó una toma de ganancias y perdió 8,36%. El alza más destacada fue la de la cementera Loma Negra con 3,86 por ciento.
El clima de negocios sigue siendo negativo. Las elecciones son un obstáculo grande porque le resta poder al Gobierno y hace que las medidas que tome no generen confianza. De hecho, la mayoría de los males que padece la economía, aumento del riesgo país, salida de depósitos en dólares, baja de los bonos, suba de la inflación y dolarización de las carteras, son situaciones que nacen de este ambiente de debilidad del poder.
(Fuente: Infobae)