“Nunca nos hemos rendido”, afirma el presidente iraní en la ONU
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se creó hace 74 años para buscar la paz. Muchas veces, sin embargo, se asemeja más a un cuadrilátero de pugilismo verbal –el físico lo dejan para Siria o Yemén, menos glamurosos que Nueva York–, en el que unos y otros se zurran a gusto.
“Vengo de un país que ha resistido el más despiadado terrorismo económico”, acusó ayer el presidente iraní Hasan Rohani a Estados Unidos desde el estrado de la Asamblea General.
Así se arrancó después de cumplir con el ritual de darle las gracias a Dios. Es más que un lugar común invocar al Todopoderoso para sacar el fuego del infierno.
El líder iraní sostiene que el golfo Pérsico sólo se pacificará si se van a casa las tropas estadounidenses
“Nuestra región está al borde del colapso, una simple chispa puede desencadenar un gran incendio. No toleraremos la provocativa intervención de extranjeros”, prosiguió Rohani, quien descartó acercamiento alguno a Washington en las circunstancias que se dan en este momento.
“Quiero anunciarles que nuestra respuesta a cualquier negociación bajo sanciones es negativa”, subrayó.
“El Gobierno y el pueblo de Irán se han mantenido firmes contra las más duras sanciones a lo largo del último año y medio y nunca negociaremos con un enemigo que persigue la rendición de Irán con el arma de la pobreza, la presión y las sanciones”, insistió.
Según el mandatario de la república islámica, este castigo sólo pretende privar a su país de las ventajas de participar en la economía global. Por esto, la Casa Blanca “ha recurrido a la piratería internacional mediante el mal uso del sistema bancario”.
El presidente Donald Trump había mostrado su disposición a conversar. Pero sólo 24 horas antes, y después de acusar en ese mismo estrado a los dirigentes iraníes de tener “lujuria en la sangre” y de ser los promotores del terrorismo internacional, declaró que aún no existían los elementos para ese encuentro.
Rohani le replicó que si quería una salida diplomática, EE.UU. debe volver al acuerdo nuclear rubricado en el 2015. “Es difícil negociar con alguien que huye de los tratados y los pactos”, indicó. En su lugar, reiteró que el Gobierno estadounidense ha optado “por el asesinato silencioso de una gran nación y presionar con la vida de 83 millones de iraníes”.
Avisó que su paciencia se agota y advirtió que “nunca nos hemos rendido ante la agresión ni las imposiciones extranjeras”. Así, la “única vía será la de la dignidad, el orgullo y la fuerza nacional”.
No sólo reprochó a los estadounidenses que conviertan en papel mojado los acuerdos. También descalificó a los europeos por su incapacidad para llevarlo a fin.
Abogó por pacificar Oriente Medio y asegurar la navegación en el estrecho de Ormuz y en el golfo Pérsico mediante una labor entre vecinos, que denominó “la coalición de la esperanza”.
La seguridad de Arabia Saudí, recientemente azotada por un ataque a su producción petrolífera y cuya sospecha cae sobre Teherán, sólo se garantizará si se acaba la agresión a Yemen y no con las interferencias de otras naciones, reiteró.
“La seguridad de la región que proveen las tropas estadounidense debe cesar”, recalcó. “La seguridad no se puede conseguir con armas y la intervención de América. Estados Unidos, tras 18 años, ha fracasado en su labor de reducir los actos terroristas”, insistió.
(Fuente:LaVanguardia)