Vinos orgánicos, veganos y aptos para celíacos
Aunque pocos lo sepan, el vino es un alimento, y los consumidores tienen derecho a saber lo que están ingiriendo, más allá de lo que dicen las etiquetas o las estrategias publicitarias. Para ese fin existen las certificaciones, que siguen protocolos internacionales para identificar a los productos que pueden ser consumidos por las personas que optan por una alimentación vegana, orgánica o bien quienes presentan celiaquía.
Las bodegas con triple certificación que verifiquen que sus productos son “orgánicos” “sin T.A.C.C” y “apto vegano” son una rareza en el mundo. Pero una de ella está en Argentina y es la única en el territorio nacional. Se trata del establecimiento Viñas de Alto Salvador, ubicado en el departamento General San Martín dentro del oasis vitivinícola de Tierras del Este, en la provincia de Mendoza. Su portfolio incluye los varietales malbec, cabernet sauvignon, sangiovese, tempranillo y también un rosado blend de malbec y sangiovese, que se consiguen en hipermercados a un precio aproximado de $200.
Gabriel Elías, gerente de la bodega Viñas de Alto Salvador, explicó a Ámbito que “la gran mayoría de los vinos no son apto veganos porque utilizan albúmina de huevo o caseinato para su clarificación”. A la vez pueden no ser apto celíacos al tener contaminación cruzada en cualquier etapa: “Durante la producción en el viñedo se pueden usar semillas de trigo, avena, cebada o centeno para enriquecer la tierra, o bien personas que estuvieron en contacto con estos cereales podrían tocar las uvas”.
A la vez, por el auge de los vinos orgánicos, ecológicos, biodinámicos, naturales y demás denominaciones similares, se hace imperioso recordar que, para la legislación argentina, «ecológico», «biológico» u «orgánico» son sinónimos y solo se pueden usar cuando la producción de la uva empleada y la elaboración del vino cumplieron con determinadas normas, que deben estar verificadas por alguna de las organizaciones encargadas de certificar y otorgar la calidad de «orgánico» a un alimento.
El uso del calificativo “natural” en múltiples etiquetas puede referirse al origen de las materias primas o a la carencia de conservantes artificiales, pero “en algunos casos se puede emplear para hacerle creer al consumidor que se trata de un vino orgánico, cuando en realidad no reúne los requisitos para ser encuadrado como tal”, señalaron desde el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, una entidad gremial empresaria que agrupa a pequeñas bodegas y productores.
Y agregaron que las certificaciones «sin T.A.C.C.» y «apto» recientemente habilitadas, son exclusivamente otorgadas por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) o por instituciones internacionalmente reconocidas, únicas entidades que pueden dar fe sobre la veracidad de las cualidades del producto.
Atributos del vino
Elías comentó que “General San Martín es una zona árida de Mendoza en la que se producen vinos con buena intensidad de color, estructura y graduación alcohólica” y la zona aporta a los productos “una característica muy particular, diferente a otras zonas de mayor amplitud térmica”.
Por su parte Mauro Sosa, director ejecutivo del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, explicó que General San Martín es un departamento de los cinco que componen las Tierras del Este (los otros son Rivadavia, Junín, Santa Rosa y La Paz). “Este es uno de los tres oasis vitivinícolas de la provincia, y es justamente el que posee la mayor producción con distintos destinos, que van desde pasas hasta vinos y mostos”, señaló.
“Colaboramos con difundir buenas noticias de las empresas que nos integran, como el de la triple certificación, ya que como entidad gremial empresaria representamos a todo el quehacer vitivinícola, como la parte comercial, institucional y laboral”, concluyó Sosa.
(Fuente: Diario Uno)