Un año y tres meses de caída en la producción
La producción industrial registró en julio una caída del 1,9 por ciento en relación al mismo mes del año pasado y acumula en siete meses una merma del 8,4 por ciento. Un dato positivo de julio fue la mejora del 3 por ciento en la comparación mensual, que se logró gracias a la estabilidad cambiaria y al impacto positivo de las paritarias en el consumo de determinados rubros. Sin embargo, el descalabro económico de agosto resultó en una paralización industrial que derivará en una profundización de la recesión para los próximos meses, luego de la nueva aceleración inflacionaria y suba de tasas de interés. Los sectores que tuvieron desempeño positivo en julio fueron alimentos, bebidas y tabaco y otros equipos, aparatos e instrumentos.
Como mostró un reciente informe de la consultora Radar, la destrucción del empleo industrial durante la gestión Cambiemos es similar al de la última etapa de la convertibilidad, un período de fuerte desindustrialización: entre el cuarto trimestre de 2015 y el segundo de 2019 se perdieron más de 200 mil puestos de trabajo registrados manufactureros, lo que implicó una caída del 15,4 por ciento de la plantilla. Por su parte, entre el segundo trimestre de 1998 y el cuarto de 2002, se destruyeron 230 mil empleos registrados, una baja del 24 por ciento.
El informe del Indec publicado este jueves muestra que la producción manufacturera acumula caídas interanuales ininterrumpidas desde mayo del año pasado. Son 15 bajas consecutivas. La merma interanual de julio fue la más moderada desde el comienzo de la serie negativa, en mayo de 2018. Esa mejora relativa se explica por el empeoramiento de la crisis durante el año pasado (que reduce el punto de comparación) pero además por un muy tenue proceso de estabilidad hasta ese momento, como muestra el alza del 3 por ciento frente a junio.
Sin embargo, la bomba de tiempo construida por el Gobierno para llegar con chances a las PASO explotó apenas se conoció el resultado electoral. Con la fuerte devaluación del peso de los días posteriores a las elecciones primarias, la nueva suba de las tasas de interés y el default selectivo, las empresas industriales se acercaron más al abismo.
En julio, antes de la hecatombe, la industria siderúrgica tuvo una caída del 4,4 por ciento frente al mismo período del año pasado y acumuló una baja del 10,6 por ciento en siete meses. En la metalurgia, la merma interanual fue del 7,7 por ciento, similar al deterioro acumulado desde enero. El rubro de peor desempeño fue vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes, con una caída en julio del 26,1 por ciento a raíz del derrape del 40,7 por ciento de la producción de autos, afectados por el achicamiento del mercado interno. De forma similar, en las motos, la caída de la producción fue del 19 por ciento.
En rubros en donde predominan pymes mercadointernistas, los números de julio no fueron buenos, pero tampoco tan malos como en meses previos. El sector de muebles y colchones quedó sin cambios frente al mismo mes del año pasado, aunque acumuló en siete meses una baja del 15,2 por ciento. En caucho y plástico, el resultado de julio mostró una baja del 1 por ciento y retrocedió 10,1 por ciento desde enero. En productos textiles se produjo una mejora anual del 1,7 por ciento en julio, aunque en el acumulado registró una caída del 15,7 por ciento. En tanto, la producción de prendas de vestir cayó 7,2 por ciento en julio y el sector de papel, madera, edición e impresión, un 3 por ciento.
El sector de alimentos y bebidas tuvo una mejora interanual del 4,2 por ciento en julio, impulsada por la suba del 28,2 por ciento en la molienda de soja. En cambio, cayó 9,9 por ciento la producción de bebidas no alcohólicas y del 5,3 por ciento en productos lácteos. En el sector químico se produjo una caída del 5 por ciento en julio.
(Fuente: Pagina 12)