Polémica por las retenciones a las exportaciones agropecuarias
La polémica por las retenciones a las exportaciones agropecuarias se metió de lleno en la campaña electoral y ahora se suma el debate sobre un eventual regreso de la Junta Nacional de Granos, propuesta por el diputado Felipe Solá.
«El Gobierno se reserva una cantidad de granos y se la vende a los molineros, pactando así el precio del pan, que no puede estar atado ni al tipo de cambio ni al precio internacional del trigo», sostuvo el ex gobernador bonaerense durante una entrevista en TN. Y consultado sobre un eventual retorno de la Junta Nacional de Granos, el diputado respondió: «Creo que hay que volver a eso».
Solá también planteó la necesidad de aumentar las retenciones a las exportaciones de soja y las reacciones ante esos dichos no se hicieron esperar.
En diálogo con Filo.News, el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Jorge Chemes, dijo estar sorprendido por el momento en el que se propone la medida -en plena campaña electoral- aunque no por el alcance de la misma, porque «el intervencionismo fue la mejor herramienta que tuvo el kirchnerismo durante su gestión».
Desde Entre Ríos, el productor recordó el intenso debate por las retenciones móviles, a partir de la Resolución 125, y arriesgó que en realidad desde el peronismo lanzaron esta propuesta para «sondear las reacciones».
«Las recetas del pasado, como las mencionadas, solo generaron trabas y una burocracia que obstaculizó el desarrollo del sector agropecuario, lo que se tradujo en una merma de la producción y la destrucción de empleo y de inversiones que afectaron a todos los argentinos generando grietas estériles», advirtió CRA.
«Nosotros la rechazamos categóricamente», sostuvo Chemes. «La Junta Nacional de Granos había sido creada en teoría para beneficiar a los pequeños productores, pero en la práctica no funcionó. Quienes conducían ese organismo terminaron beneficiando a algunas entidades en perjuicio de otras, manejando precios a su criterio», indicó.
El dirigente de CRA también se opuso a la idea de aumentar las retenciones a la exportación de soja, ya que «aumenta la carga impositiva y atenta contra la rentabilidad de los productores».
En esa línea se expresó el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, quien a través de sus redes sociales salió al cruce de la propuesta de Solá y habló de «entes retrógrados» e «ideas perimidas».
Los dirigentes de las entidades rurales que integran la Mesa de Enlace esperan ser recibidas por el candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, encuentro que por ahora no tiene fecha agendada. Pretenden escuchar las propuestas del PJ para el campo y dejarle un documento con las suyas, algo que ya recibieron en mano el presidente Mauricio Macri y el postulante de Consenso Federal, Roberto Lavagna.
Fernández no ha sido contundente aún al explicar su postura ante las retenciones. El jueves, de hecho, a la mañana descartó un incremento al ser consultado en un seminario organizado por Clarín, pero a la tarde, durante una visita a Mendoza, al hablar sobre las economías regionales planteó que las «retenciones deben ser revisadas».
Desde la política, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luis Etchevehere, pidió cuidar al campo y advirtió que la iniciativa de Solá «desalienta la inversión y el empleo».
Su par bonaerense, Leonardo Sarquís, dijo no estar de acuerdo «con ningún tipo de intervencionismo del Estado», y destacó la necesidad de continuar con «políticas de acompañamiento» al sector agroindustrial.
«El Estado debe acompañar y no entorpecer el mercado», sostuvo el funcionario de María Eugenia Vidal.
Qué fue la Junta Nacional de Granos
La Junta Reguladora de Granos funcionó en el país entre 1933 y 1991 –con diferentes nombres y formas de funcionamiento-, hasta que fue disuelta como parte de la política de desregulación de mercados del menemismo, ejecutada por el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo.
La Junta cobró gran relevancia durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón, cuando cambió su nombre por el de Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI), con el rol de sostenedor los precios para el productor ante la baja del valor internacional.
Siempre fue un organismo que brindó divisas al Estado, aunque desde sectores políticos y rurales se cuestionó el manejo de los fondos y el organismo no estuvo exento de denuncias por corrupción.
En otras etapas, los altos valores del mercado internacional hicieron innecesario esa mediación y la Junta fue solo un administrador -garante- de los negocios privados y las divisas resultantes de la exportación.
(Fuente: Filo.News)