Abusos sexuales: la carta de apoyo de Francisco a los curas
El Papa Francisco envió una carta de apoyo de 5.000 palabras a los sacerdotes de todo el mundo «culpados de crímenes que no cometieron» en medio del escándalo histórico de abuso sexual que azota a la iglesia católica con decenas de denuncias en todo el mundo. En el texto, Francisco reconoce el «dolor» de los sacerdotes que «se sienten atacados y culpados por crímenes que no cometieron» y reconoció que la Iglesia está «totalmente comprometida» con las reformas para garantizar «que la cultura del abuso no tenga tiempo para desarrollarse, y mucho menos continuar».
La misiva, titulada «A mis hermanos presbíteros», expresa aliento y cercanía a los religiosos, quienes «sin hacer ruido» dejan todo para comprometerse en la vida cotidiana de las comunidades; trabajan en la «trinchera» y cada día ponen la cara sin darse demasiada importancia «para que el pueblo de Dios sea cuidado y acompañado». «Me dirijo a cada uno de ustedes quienes, en muchas ocasiones, de modo inadvertido y sacrificado, en el cansancio, en la enfermedad y en la desolación, asumen la misión como un servicio a Dios y a su pueblo y aún con todas las dificultades del camino, escriben las páginas más bellas de la vida sacerdotal», escribe el Papa citado por Ansa.
«En los últimos tiempos hemos podido escuchar más claramente el grito, a menudo silencioso y obligado al silencio, de nuestros hermanos, víctimas de abusos de poder, de conciencia y sexuales por parte de ministros ordenados», observa el pontífice argentino, quien detalló además que la Iglesia está «fuertemente comprometida en la realización de las reformas necesarias para impulsar, desde la raíz, una cultura basada en el cuidado pastoral de manera que la cultura del abuso no logre hallar espacio para desarrollarse y, menos aún, perpetuarse».
Francisco aseguró que la Iglesia necesita “conversión, la transparencia, la sinceridad y la solidaridad con las víctimas” y explicó que, «sin ignorar el daño causado», sería «injusto no reconocer que muchos sacerdotes de manera constante e íntegra ofrecen todo aquello que son y lo que tienen por el bien de los demás». Se refiere a ellos como religiosos «que hacen de su vida una obra de misericordia en regiones o situaciones a menudo inhóspitas, lejanas o abandonadas, aún a riesgo de su propia vida». La misiva invita a no desalentarse porque «el Señor nos está convirtiendo a todos hacia él. Nos está haciendo experimentar la prueba para que comprendamos que sin él somos polvo».
(Fuente: Perfil)