¿Pueden separarse las suertes electorales de Macri y Vidal?
En el peor momento de la economía, la imagen de Mauricio Macri estaba muy caída, principalmente en el GBA. En ese momento arreció la ofensiva de La Plata para desdoblar las elecciones. Se buscaba que, en su caída, Macri no arrastre a María Eugenia Vidal y que al menos uno de los dos se salve.
En 2015, Macri obtuvo 430.000 votos menos que Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires y el mismo día María Eugenia Vidal ganó la gobernación sacándole una ventaja de 380.000 votos a Aníbal Fernández. En el territorio bonaerense a Vidal la votaron 3.609.000 personas y a Macri 3.134.000. Un escenario similar en 2019 no puede descartarse y eso obligaría nuevamente a Macri a triunfar en otros distritos para compensar la diferencia.
¿Y si eso no ocurre con la misma magnitud que en 2015 cuando los aportes de la CABA y Córdoba fueron fundamentales? Podría ocurrir que, a partir del 10 de diciembre, Alberto Fernández sea presidente y Vidal gobernadora y, si bien no es el escenario más probable, lo es más que uno que combine a Macri con Axel Kicillof. Casi siempre, presidentes y gobernadores pertenecieron a la misma fuerza política, y la excepción fue el período en el que coexistieron Fernando De la Rúa y Carlos Ruckauf, y los recuerdos no son los mejores. En 2015, cuando el mismo día de la primera vuelta el peronismo perdió el gobierno de Buenos Aires, que había ejercido durante los últimos veintiocho años, recibió un golpe político muy fuerte y la suerte de Scioli para el balotaje quedó echada en ese momento.
Una sola excepción de dos años en 36 de democracia explica porque se asocia tanto a los gobiernos de la Nación y de Buenos Aires. Y la experiencia muestra que la falta de sintonía entre la Casa Rosada y La Plata la sufren los bonaerenses como ocurrió en los tiempos de los Kirchner y Scioli. Pero puede ser distinto.
Las tradiciones políticas parecen incompatibles con un escenario que tenga a Fernández como presidente y a Vidal como gobernadora, pero, por ahora, las encuestas sobre intención de voto no descartan esa posibilidad.
Macri y Vidal afirmaron recientemente que no se conciben gobernando uno sin el otro, pero más allá de los deseos de los actores, manda la decisión de los votantes.
(Fuente: El Economista)