Gases y palos contra el hambre
La Ciudad de Buenos Aires tuvo un 9 de Julio con ollas populares. Gremios y organizaciones sociales sirvieron almuerzos en la calle para el creciente número de personas que están pasando las semanas más frías del año a la intemperie. El sindicato de Camioneros distribuyó 700 viandas de comida caliente, con una protesta en la plaza del Congreso, donde desde las once de la mañana distribuyeron guiso y críticas al Gobierno. Las organizaciones de la CTEP hicieron lo mismo en el Obelisco. Allí, con un fuerte operativo que incluyó gases y detenciones, la policía evitó que los manifestantes instalaran colchones para los sin techo. “En la ciudad más rica de la Argentina hay más de siete mil personas en situación de calle y no lo pueden resolver. No sé qué están haciendo”, cruzó a la administración porteña Horacio Avila, el coordinador del Proyecto 7.
Los movimientos -y en especial los que, como Proyecto 7, impulsaron el censo de personas en situación de calle- están en medio de una fuerte discusión con el Gobierno sobre el aumento de las familias sin techo. El censo encontró a 7251 personas viviendo en las calles de la CABA, pero el gobierno porteño –aún en medio de la multiplicación de acciones solidarias para asistir a la gente ante la ola de frío– salió a minimizar la situación, rechazando ese número. La versión oficial es que las personas en situación de calle en CABA son 1146.
Otros de los argumentos esgrimidos son que “no se trata de personas de la CABA”, sino del conurbano que vienen a buscar recursos a la Capital. En el caso de Sergio Zacarías, un indigente que murió de frío a cuatro cuadras de la Casa Rosada, la reacción fue afirmar que su problema fue que se negaba a recibir ayuda.
“Hay un ninguneo del Gobierno, que salió a decir que los números del censo eran mentira. Pero River abrió su cancha y se desbordó a las dos horas”, señaló en el Obelisco Anahí Benítez, del Frente Popular Darío Santillán. “A todos nos gusta que en la ciudad se inauguren obras de infraestructura y se destinen fondos a ponerla linda. Sin embargo, hay una realidad de falta de trabajo, de vivienda y de imposibilidad de pagar un alquiler a la que tienen que dar una respuesta integral”.
La olla fue armada en la plaza de la República. Desde temprano la Policía de la Ciudad desplegó en el lugar un operativo que puso a la vista a uniformados pertrechados con escudos antimotines.
Vanesa Escobar, del MP La Dignidad, participante del censo, remarcó que el 50 por ciento de los sin techo son personas que quedaron en la calle durante la gestión de Mauricio Macri. “Vemos como nuevo fenómeno el de familias enteras sin vivienda, cuando antes el problema era sobre todo de hombres solos. Es consecuencia del aumento de los desalojos y de que las redes de la familia ampliada ya no tienen cómo contener el avance de la pobreza. También encontramos gente que, aún sin estar en la calle, busca comida en los contenedores”.
Los movimientos tienen un paquete de reclamos, entre los que está que les den la posibilidad y los recursos para abrir paradores. En el Movimiento de Trabajadores Excluidos, que agrupa las más numerosas cooperativas de cartoneros, empezaron a abrir su planta de separación de residuos para que los sin techo puedan almorzar y tomar una merienda con los trabajadores. “Estamos pensando incluso en que puedan quedarse a dormir, aunque un depósito no sea un lugar habilitado para el alojamiento”, contó Sergio Sánchez. Responsable de los comedores del MTE, agregó que en el local de Constitución están dando de comer a 700 personas todos los días.
Durante la jornada en el Obelisco se recibieron donaciones de frazadas, ropa de abrigo y alimentos no perecederos. Las organizaciones armaron una carpa para visibilizar el reclamo y ofrecer talleres, actividades culturales y asistencia para la tramitación de documentos y de pensiones. Por la tarde hubo momentos de tensión cuando el cordón policial rodeó a los manifestantes para evitar que bajaran colchones e intentar desalojarlos: los agentes forcejearon, lanzaron gases y al menos dos personas fueron detenidas.
En el Congreso, el gremio de Camioneros repartió 700 viandas de comida caliente. Los acompañaron delegados municipales, del gremio del Peaje, de la Anses, el Frente Milagro Sala y docentes. “El Presidente no ve la realidad del país. Me gustaría que recorra las calles para que viera el desastre que está generando su modelo económico”, dijo Pablo Moyano.
El secretario general de los docentes de UTE, Eduardo López, fue uno de los dirigentes gremiales que estuvo en la plaza. “En estos días abrieron sus puertas clubes, organizaciones sindicales y sociales. El gran ausente es el Estado, que es quien debe garantizar el trabajo y el techo. ¿Cómo puede ser que los gobernantes digan que el problema es que la gente no quiere ir a los paradores, cuando vimos cómo van a una cancha?”, planteó. “Los gobernantes no pueden mantener paradores en que la gente no pueda llevar sus cosas y sea echada a las 7 de la mañana. Está claro por qué no quieren parar en un parador: nosotros recibimos en las escuelas alumnos que a veces duermen en paradores. Sabemos que no les dejan entrar sus carros, llevar sus libros y cuadernos, y lo poco que tienen es eso. Estamos en una etapa casi medieval, donde la gente en situación de calle queda a merced de la solidaridad”.
(Fuente: Página 12)