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Irán exhibe un amasijo de restos del dron para confrontar la versión de EEUU

«El hecho de que Irán posea secciones de los escombros del dron demuestra que este había violado el espacio aéreo iraní», proclama un comandante de la fuerza que derribó la aeronave estadounidense»

Teherán ha sostenido hoy su versión del incidente del dron aportando lo que, ha asegurado, eran los restos de la nave siniestrada mientras volaba cerca del estrecho de Ormuz. Los Guardianes de la Revolución, la fuerza que se ha atribuido el derribo del aparato, con un misil antiaéreo 3 de Jordad, en la madrugada del jueves, han presentado ante los medios locales una serie de fragmentos metálicos cuya forma puede asemejarse con la del dron de 115 millones de euros que EEUU perdió en el sur de Irán.


«El hecho de que Irán posea secciones de los escombros del dron demuestra que este había violado el espacio aéreo iraní y que había estado realizando actos de espionaje», ha proclamado Sardar Hayizade, comandante de la Fuerza Aeroespacial de los Guardianes. Los fragmentos, ha explicado, habían sido recogidos en aguas territoriales iraníes mientras estaban a flote, y trasladados de Teherán. EEUU, que contradice a Irán asegurando que no penetró en sus cielos, también dice que posee chatarra del dron.
Hayizade ha relatado varios detalles inquietantes de la madrugada de los hechos cuando, siempre de acuerdo con la versión iraní, la sofisticada nave de observación despegó desde Emiratos Árabes Unidos y recorrió el Golfo Pérsico, el estrecho de Ormuz y el mar de Omán resiguiendo la costa sur iraní. Alcanzó la ciudad portuaria suroriental de Chabahar y regresó. «Alertamos sobre el dron estadounidense en dos fases pero, desafortunadamente, no hubo respuesta», ha dicho el militar.


Citado por la agencia semioficial Fars, próxima a su cuerpo castrense, Sardar Hayizadé ha asegurado que aquel episodio podría haber sido más catastrófico. «En las inmediaciones [del vuelo del dron derribado] encontramos otro avión de espionaje tipo P-8», ha relatado, «volaba con cerca de 35 pasajeros. Podríamos haberlo derribado, pero no optamos por no hacerlo», ha matizado, en unas palabras que recordaron el tuit de Trump de hoy en el que, ha explicado, se retractó de atacar para evitar bajas humanas.
En ambos casos, los protagonistas de esta escalada de tensión al límite han expresado su voluntad de medir sus acciones al milímetro. Sin embargo, la diplomacia sigue brillando por su ausencia. Hoy por la tarde, funcionarios iraníes han asegurado a EL MUNDO que una noticia anterior de Reuters, según la cual Trump canceló el ataque tras mandar un mensaje a Irán a través de mediadores omaníes, era una mentira fruto de una «guerra psicológica» para «influir» en la toma de decisiones.


Este escenario, sumado a los ataques contra seis petroleros en el último mes -Washington responsabiliza de todos ellos a Irán, que lo niega- hace prever que el mundo seguirá conteniendo la respiración. La posición expresada por Teherán es que su línea roja bélica es una vulneración territorial. Aunque, para Irán, la llamada «guerra económica» empezó hace un año, cuando EEUU se retiró del acuerdo nuclear y reimpuso un régimen de sanciones que ha perjudicado severamente a la población media. Algunas medicinas importantes son hoy un lujo y los precios se disparan.

Por lo tanto, advierten observadores, las reacciones de Irán sólo pueden leerse apropiadamente con la perspectiva del último año; no del último mes, en el que Trump, fiel a su política agresiva de palo y zanahoria, ha brindado a Irán tantos paquetes de sanciones como ofertas de diálogo. «La guerra y las sanciones son dos caras de la misma moneda; si Trump no quiere una guerra, lo que debe hacer es aliviar las sanciones», ha sugerido, en un tuit, Hesameddin Ashena, asesor presidencial de Hasan Rohani.


La reacción diplomática iraní a la estrategia estadounidense combina las denuncias con el acceso a negociar, bajo la premisa básica de que Trump regrese al cauce del pacto atómico. En Irán, las formas importan. El ministro de Exteriores iraní, Mohamed Yavad Zarif, ha prometido llevar ante la ONU su denuncia del incidente del dron. Su embajador en Naciones Unidas, Mayid Tajt Ravanchi, ha resumido así la situación ahora mismo: «No puedes negociar con alguien que te está colocando un cuchillo bajo tu garganta».

(Fuente: El Mundo)