López Obrador cierra filas con los empresarios tras la crisis de los aranceles
Tras una semana de tensiones con Estados Unidos, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se ha reunido este jueves con los empresarios para agradecer su respaldo durante la crisis de los aranceles. El encuentro ha servido, una vez más, para que el político garantice a la iniciativa privada que respetará sus inversiones. El acercamiento ha logrado que las empresas hayan prometido que durante 2019 invertirán en México unos 32.000 millones de dólares: la energía suficiente para impulsar el crecimiento de un país cuyas previsiones económicas no son halagüeñas para los próximos meses.
López Obrador se ha acercado al Consejo Mexicano de Negocios —las 60 empresas más grandes de México— y a las cámaras de empresarios más nutridas de todo el país para garantizarles que sus inversiones serán prósperas y que con su ayuda el empleo en México crecerá. “Vamos a facilitar las inversiones para que no haya obstáculos. Que se lleve a la práctica lo que se conoce como Estado de derecho, que no se permita la impunidad. Ofrezco hacerme cargo personalmente de promover la inversión”, prometió el presidente que ha insistido en que conseguirá que su Gobierno logre un crecimiento promedio anual del Producto Interno Bruto (PIB) del 4%, cuando todos los cálculos apuntan a que en su primer año apenas podría rebasar el 1%.
La ofrenda de paz de López Obrador llega apenas seis meses después de que el mandatario cancelara la construcción del aeropuerto de Ciudad de México en Texcoco y a unas semanas de que anunciara la construcción de la refinería de Dos Bocas (Tabasco) a cuenta de Petróleos Mexicanos (Pemex). Los empresarios manifestaron, en ambos casos, que al relegar las aportaciones del sector privado a los proyectos más importantes del Gobierno mexicano, la economía mexicana corre el riesgo de tambalearse. Los analistas económicos han apuntado a que la Administración de López Obrador necesita fundamentalmente de la inversión privada para impulsar el crecimiento, mientras el Estado no pueda elevar la inversión pública por sí misma.
Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, ha desplegado las principales preocupaciones de los empresarios: más inversión en el sector energético, en infraestructuras y en las cadenas productivas. “Necesitamos un Estado fuerte que respete y haga respetar sus leyes”, dijo. También pidió al presidente que en los proyectos colaborativos entre Gobierno y la iniciativa privada existan “reglas y mensajes claros”. En un escenario de estabilidad las empresas se han comprometido a elevar la inversión del 17,5% al 20% del PIB, mientras que el Estado garantizaría elevar su parte de un 2,8% al 5%.
Los guiños hacia la iniciativa privada se materializaron desde el pasado martes cuando el jefe de la oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, expresó en la reunión anual de consejeros del BBVA que respaldará los esfuerzos para echar a andar los proyectos energéticos que se han congelado desde el comienzo del Gobierno de López Obrador. “Me comprometo a reconsiderar abrir las rondas petroleras”, dijo. Una promesa que llega después de que los empresarios se movilizaron ante la amenaza arancelaria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para agitar a Washington y a los Estados con mayor intercambio económico con México. “Nos ayudaron mucho en las negociaciones”, reconoció López Obrador y luego firmó el acuerdo de nuevas inversiones con ellos.
(Fuente: Infobae)