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El 15% de los niños y niñas carecen de una comida por día

Se suman las luchas contra el hambre con la apertura de muchísimos comedores y merenderos en muchos barrios de Buenos Aires, y es que según un estudio realizado por la UCA , el 14,9% de los chicos de entre 2 y 17 años -1,6 millones- no realiza al menos una de las cuatro comidas diarias y la última alimentación del día es la más frecuentemente salteada, dado que el 7 por ciento no la ingiere.

El informe «Infancias. Progresos y retrocesos en clave de desigualdad» elaborado por el Observatorio de la Deuda Social reveló además que el 37 por ciento de los chicos (4,1 millones) recibió una alimentación con déficit de al menos un nutriente esencial en 2018, lo que representa un aumento de 6,6 puntos porcentuales respecto al año anterior, cuando esta problemática afectaba a sólo el 30,4% de los chicos.

«De 2017 a 2018, casi 900 mil chicos más tienen déficit de al menos un nutriente», dice el texto. En cuanto al tipo de nutriente faltante en la estadística correspondiente al último año, el 14,5% de los chicos registró carencias de carne, pollo y pescado; el 22,6 de fruta; el 20.7 de verduras y el 9,9 de lácteos.

Por otra parte, tanto la falta de nutrientes como de alguna comida diaria es más frecuente en niños de 10 a 17 años, de familias extensas, que viven en hogares monoparentales, que pertenecen al estrato «trabajador marginal» y al nivel socioeconómico «muy bajo».

Al analizar la inseguridad alimentaria, es decir, población infantil que redujo su dieta o pasó hambre por problemas económicos en el último año, el informe muestra que los chicos que pertenecen al estrato socio-económico «muy bajo» tienen 13 veces más chances de no cubrir sus necesidades alimentarias que los que pertenecen al sector «medio alto» y esa brecha sufrió un incremento respecto a 2017, cuando era de 11,4 veces.

La incidencia de la inseguridad alimentaria total o extrema -experiencia de hambre- es mayor entre los niños de 0 a 12 años, los que viven en hogares extensos y monoparentales, los que se sostienen con fuentes de trabajo marginales u obrero y los que viven en el Conurbano bonaerense. Por ello no es de extrañarse que muchos chicos sufren descompensaciones en las escuelas, o se llevan el sobrante de las meriendas para poder aumentar su cuota alimenticia; así como también acuden a los abrazos de los comedores que se mantienen a duras por culpa del bajo presupuesto y la poca ayuda que reciben. No obstante, los ciudadanos se unen brindándose el apoyo necesario para continuar con un mes más, junto al apoyo de organizaciones sociales como la CCC que acompaña con los alimentos de los ya mencionados comedores y merenderos. Cuando Mauricio Macri prometió pobreza cero nunca dijo que se lograría mediante la creciente muerte de hambre de miles de ciudadanos.

(Fuente: Noticias Populares)