Lo siento, no hay encuestas disponibles en este momento.

«Genocidio planificado»: la denuncia del Garrahan que golpea de lleno al gobierno de Milei

Jornada de lucha en el Día Mundial de la Salud: concentración frente al Ministerio y anuncio de paro en el Hospital Garrahan

En un acto cargado de indignación y compromiso, trabajadores y trabajadoras del Hospital Garrahan denunciaron al gobierno de Javier Milei por llevar adelante un «genocidio planificado». Frente al Ministerio de Salud, reclamaron que la salud pública no sea un privilegio, sino un derecho humano garantizado por el Estado.

El Día Mundial de la Salud encontró a la Argentina sumergida en una crisis sanitaria profundizada por el ajuste brutal del gobierno de Javier Milei. En este contexto, la Asociación de Profesionales y Técnicos del Hospital Garrahan (APyT), junto con otras organizaciones sociales, sindicales y del Frente en Defensa de la Salud y la Vida, realizaron una concentración frente al Ministerio de Salud de la Nación bajo una consigna que suena a grito de resistencia: «Que la salud sea un derecho y no un privilegio».

En un encendido discurso, la licenciada Norma Lezana, secretaria general de la APyT, no dudó en calificar al actual plan de gobierno como un “genocidio planificado”. Apuntó directamente contra Milei y su ministro de Salud, Mario Lugones, a quien despreció abiertamente: «si se le puede llamar ministro».

“Hoy queremos decir que la salud es un derecho, está dentro de los derechos internacionales, por lo cual el Estado tiene que garantizar el acceso a la salud de toda la población”, expresó Lezana ante la multitud. “Y el gobierno de Milei con Lugones está haciendo exactamente lo contrario: violan sistemáticamente los derechos humanos de toda nuestra población”, denunció.

La concentración de este 7 de abril fue, para Lezana y sus compañeros, apenas un primer paso de una escalada de acciones que se profundizarán en los próximos días. Anunciaron un paro en el Hospital Garrahan que comenzará el 9 de abril a las 12 del mediodía, con un abrazo simbólico al hospital, y continuará durante todo el 10 de abril, en adhesión al paro general convocado por las centrales obreras.

El mensaje de Lezana no dejó lugar a ambigüedades. Hizo un llamado urgente a la unidad de todos los sectores sociales: “Sabemos que la respuesta es unidad en todas las diferencias en la calle, como fue el 24 de marzo pasado”, recordó, en referencia a la multitudinaria movilización por el Día de la Memoria. Y trazó un paralelismo contundente con la situación en Estados Unidos, donde la resistencia popular logró frenar parte del plan de ajuste impulsado por Donald Trump: “A este Gobierno de ultraderecha no se le gana en las urnas, se le gana en las calles”.

La gravedad de las denuncias fue en aumento a medida que avanzaba su discurso. “Nos gobiernan personas que no están en sus cabales”, advirtió Lezana, y convocó a repensar el futuro: “¿Cuándo será la hora en que los que sabemos cómo funcionan los hospitales, los que sabemos cómo funcionan los medios de producción, seamos quienes estemos en el Gobierno?”.

El acto frente al Ministerio de Salud fue una postal dolorosa de un sistema de salud pública que se derrumba mientras el oficialismo se aferra a su dogmatismo libertario. “Estamos hoy acá plantando una bandera de lucha, una vez más, en defensa de la salud pública y la vida, sabiendo que el plan de Milei, el ultraderechista Milei, es un plan global que ataca todo el sistema público de salud”, insistió Lezana.

La situación no se limita al Garrahan. Lezana enumeró una serie de hospitales atacados por las políticas de ajuste: el Hospital Posadas, el Hospital Bonaparte, y otros centros de referencia en salud mental y pediatría que padecen el desfinanciamiento “por goteo”.

Mientras el desmantelamiento avanza y la precarización de la salud pública se vuelve política de Estado, ni el presidente Milei ni el ministro Lugones emitieron palabra ante las denuncias. El silencio oficial resulta ensordecedor y confirma, para quienes resisten, que la ofensiva contra los derechos básicos no conoce límites.

El conflicto en el Garrahan se da en el marco de una creciente ola de reclamos sociales. A la movilización del 7 de abril se sumará el paro general del 10 de abril, al que la APyT adhiere decididamente. No será una jornada aislada: ya anunciaron que el 9 de abril realizarán un abrazo simbólico al Garrahan, para luego marchar junto a jubilados y jubiladas al Congreso, en apoyo a su lucha por medicamentos y una vida digna, lucha que viene siendo ferozmente reprimida por las fuerzas de seguridad bajo el mando de Patricia Bullrich, Javier Milei y Jorge Macri.

La resistencia crece en las calles, allí donde la memoria histórica enseña que los derechos no se negocian, se conquistan. Frente a un gobierno decidido a arrasar con todo, las y los trabajadores de la salud plantan cara. Porque no hay democracia posible sin derecho a la salud. Y porque, como gritó Lezana, no es exagerado decirlo: lo que está en marcha es un genocidio planificado.