Otro golpe a la memoria y los derechos humanos: buscan paralizar la ex ESMA

La estrategia de Javier Milei para desmantelar las políticas de memoria, verdad y justicia avanza con fuerza. Ahora, el Ministerio de Justicia ha decidido congelar los fondos destinados a la ex ESMA, poniendo en riesgo su funcionamiento.
El gobierno de Javier Milei ha dado un nuevo paso en su cruzada contra las políticas de derechos humanos en Argentina. Apenas dos días después de la multitudinaria movilización del 24 de marzo, el Ministerio de Justicia anunció la realización de una auditoría sobre el funcionamiento de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el emblemático espacio de memoria que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2023. Pero la medida no es una simple revisión de documentos: también implica la suspensión de las transferencias de fondos por 60 días, lo que paralizaría sus actividades y dejaría a los trabajadores sin salario.
Esta decisión, que lleva la firma del subsecretario de Gestión Administrativa del Ministerio de Justicia, Juan Cruz Montero, representa un golpe directo a la memoria colectiva. La ex ESMA no solo es un sitio de recuerdo, sino un espacio donde se construye el presente desde la memoria y la justicia. Pero para el gobierno libertario, los derechos humanos son un «curro» que debe ser desmontado.
Un golpe anunciado: la estrategia de Milei contra la memoria
El vaciamiento de la ex ESMA no es un hecho aislado, sino parte de una ofensiva más amplia. La administración de Javier Milei ha dejado en claro desde el inicio su desprecio por las políticas de memoria. La decisión de Mariano Cúneo Libarona, ministro de Justicia, de auditar la ex ESMA y suspender los fondos replica la estrategia ya utilizada para frenar las reparaciones económicas a las víctimas del terrorismo de Estado. En ese caso, el gobierno instaló mediáticamente la narrativa de una «estafa al Estado» por parte de quienes reclaman justicia, cuando en realidad la supuesta «banda» fraudulenta había sido denunciada por las mismas víctimas.
El mismo día que se anunció la auditoría en la ex ESMA, el gobierno libertario lanzó otras iniciativas con el claro objetivo de disputar la agenda del 24 de marzo. Primero, difundió un video con el politólogo Agustín Laje relativizando los crímenes de la dictadura. Luego, el vocero Manuel Adorni anunció la desclasificación de archivos de la ex Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE), sin precisar detalles, lo que genera sospechas sobre un posible intento de intervenir el Archivo Nacional de la Memoria. Además, el gobierno firmó un acuerdo para equiparar un crimen de la década del ’70 con delitos de lesa humanidad, en un claro intento de validar la teoría de los dos demonios.
Sin fondos, sin salarios y sin memoria
La ex ESMA es administrada por un ente tripartito compuesto por el Estado Nacional, la Ciudad de Buenos Aires y organismos de derechos humanos. Este ente es responsable del mantenimiento del predio, la seguridad, las visitas guiadas y las actividades de memoria. Sin embargo, la decisión del gobierno de Milei de congelar los fondos lo pone en una situación crítica.
El directorio del ente ya informó a los trabajadores que en sus cuentas solo quedaban 267.603 pesos, una cifra insuficiente para cubrir siquiera una porción mínima de los salarios. Ante esta situación, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) declaró un cese de tareas durante el fin de semana y convocó a una asamblea para evaluar los pasos a seguir.
La posibilidad de una judicialización del conflicto es alta. En enero, el juez federal Ariel Lijo advirtió que el secretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, tenía la obligación de garantizar el funcionamiento de los espacios de memoria. Sin embargo, Baños ha demostrado ser un ejecutor fiel de la política de vaciamiento de Milei. En febrero, suspendió un recital de Milo J en la ex ESMA utilizando una cautelar y ordenó el retiro de una gigantografía de Néstor Kirchner descolgando los cuadros de los dictadores Videla y Bignone. Actos de censura y negacionismo que forman parte del mismo libreto.