El préstamo del FMI es para la timba financiera y no para la producción

Por Lic. Emilio Furlán
El gobierno de Javier Milei busca concretar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que permita el ingreso de dolares americanos en las cuentas públicas. La idea original del Palacio de Hacienda es continuar con el programa aprobado en la gestión de Macri y conseguir un desembolso de 11.000 y hasta 20.000 millones de dólares. Hay varios aspectos a discutir sobre esta polémica medida.
En primer lugar y de acuerdo a los diversos analistas de política económica, hay que decir que este nuevo préstamo tiene como finalidad mantener una estabilidad cambiaria que permita llegar a octubre, fecha de los comicios parlamentarios, con cierto control de la inflación. El principal activo político del gobierno libertario es haber domando la escalada desmedida de precios al consumidor. Esto fue posible entre otras cosas gracias a la brutal devaluación operada en diciembre del 2023 que licuó gran parte del poder adquisitivo de los sectores de ingresos fijos y redujo significativamente los niveles de consumo, sobre todo de alimentos y bienes esenciales. Al mismo tiempo para contraer la oferta del dinero utilizaron herramientas que alientan la especulación en vez de la producción, emitieron una batería de bonos y letras del tesoro que pusieron a andar la bicicleta financiera.
En segundo lugar, hay que decir que estas medidas promueven la renta financiera y ya las utilizaron antes entre otros, el ministro de economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz y el propio Caputo en el gobierno de Mauricio Macri. Para hacer rentables la toma de deuda pública, los bonos y letras del tesoro deben pagar interese que les permitan a sus tenedores destinar el capital y la ganancia obtenida en comprar mayor cantidad de dolares que la inversión inicial, y repetir este ciclo las veces que sea posible. Como se puede apreciar este sistema requiere cada vez mayor cantidad de dolares y que el tipo de cambio fluctué por debajo del tipo de interés, en este caso atado a los índices de precio minorista. Esto demanda que el Banco central permanentemente esté interviniendo en los mercados de dólar oficial y dólar financiero vendiendo sus reservas, que se consiguen por saldos favorables en la balanza comercial del país (exportaciones menos importaciones).
Las consecuencias de un programa económico basado en un tipo de cambio artificialmente bajo, produce una apreciación de la moneda local y un encarecimiento de la producción en el contexto mundial, es decir nuestros productos en dolares se vuelven caros para el resto del mundo, como así tambien se estimula la importación de bienes y el turismo en el extranjero. En el corto plazo un dólar barato pone en riesgo la balanza comercial y se encienden las luces de alarma por caída de las reservas de dolares una vez más. Es por eso que este gobierno insiste en bajar el costo del trabajo para recuperar la rentabilidad de los exportadores, con obvias consecuencias como son la caída del mercado interno lo que explica la pérdida de 250.000 puestos de trabajo registrado en estos 15 meses de Milei como presidente. Este tipo de estabilidad de precios trae aparejado una fuerte desindustrialización y primarización de la economía.
Algunos actores de la política y de la economía sostiene que una salida a esta crisis seria devaluar la moneda y volver competitiva nuestra producción por reducción de costos medidos en dolares. Sin estar acompañado de una suba salarial, esta medida depreciaría el valor del trabajo produciendo un fuerte hachazo al poder adquisitivo de los trabajadores. Nuevamente el esfuerzo principal recae en los sectores de menores ingresos en beneficio de los sectores concentrados. De todas maneras, una devaluación no garantiza un aumente de la inversión ni un crecimiento de la actividad económica, para eso se requiere otra serie de medidas.
Lo primero que hay que cuestionar es la necesidad de tomar deuda pública en las condiciones que sea, y en los plazos que sea. A quedado demostrado en la historia reciente de nuestro país que el nivel creciente de deuda pública nunca es seguido de crecimiento del producto bruto interno o de caída de la desocupación involuntaria. Por el contrario, los ciclos de endeudamiento son seguidos por procesos de ajuste fiscal que afecta el gasto de la seguridad social, la educación y la salud, entre otros, extranjerización de los activos y mayor penetración de fondos buitres. Justamente los momentos de mayor crecimiento de la economía son aquellos en los que la usura internacional no tiene injerencias en el rumbo económico. Sucedió durante el gobierno de los Kirchner en épocas recientes y en los gobiernos de Juan Domingo Perón.
Esto último nos lleva a considerar que una salida acorde a las necesidades del pueblo con desarrollo y soberanía política económica, depende de la capacidad de industrializar las materias primas del país, lo que obliga a tomar medidas de protección arancelarias y estímulo al mercado interno. Para esto no hace falta tomar créditos en el mercado internacional de capitales, se puede orientar el ahorro interno hacia la producción con bancos estatales que fondeen proyectos productivos con centro en la industria metal mecánica, la marina mercante, la producción de energías y la tecnificación del campo. Inclusive utilizar la tecnología blokchain y las inteligencias artificiales para darle solidez al mercado financiero y controlar la emisión para financiar el gasto público.
El salario lejos de ser el problema para volvernos competitivos, es la respuesta. Una pujante clase trabajadora con buenos salarios es la locomotora de la demanda de bienes y servicios que con un estricto control de precios vuelve virtuoso la circulación de las mercancías. Fortalecer la moneda nacional mediante el control de las divisas que ingresan al país por venta de bienes y servicios, erradicando el fraude y el contrabando de los grupos monopólicos que hoy tienen el poder de aduanas. En definitiva, recuperar para el estado las herramientas de promoción de las exportaciones y control de las importaciones.
Esto está en las antípodas del programa económico del gobierno actual y requiere para llevarlo a cabo la conquista del poder del estado y avanzar en un camino verdaderamente liberador de nuestra patria.