Asunción de Trump: invitó a los principales líderes de la derecha global
Donald Trump todavía no asumió y su toma de posesión ya está haciendo ruido. En una ceremonia que no suele tener presidentes invitados, el líder republicano decidió poner en primera línea a los que pareciera que serán sus principales aliados.
Rompió el protocolo enfocado en un acto estadounidense para estadounidenses y decidió poner en primera línea a Javier Milei, Giorgia Meloni, Viktor Orbán y Nayib Bukele que, a primera vista, cristalizan la intención de Trump de liderar la internacional anti-globalista.
Además, estos nombres apuntan a una estrategia a dos bandas: América Latina y Europa. En el caso latinoamericano, Milei apunta a ser el interlocutor en una región que tiene al resto de los presidentes aliados a Lula que se encamina a tener una relación mínima con Washington para priorizar a los BRICS.
Esto confirma lo que el líder brasileño avisora y un sector del progresismo regional lo cuestiona que es la necesidad de aliarse con la derecha moderada para evitar que se suban al tren del extremismo de Milei, Trump y Bolsonaro.
El mundo que quiere Trump
Con Milei como nexo de la Casa Blanca, las acciones del libertario suben y se convierte en un nuevo liderazgo para los países sudamericano que quieren relacionase con Trump.
Por el lado de Centroamérica, la cercanía con Bukele es lógica por la narrativa pero también es por descarte, ya que, Nicaragua, Guatemala y Honduras son gobiernos de izquierda y Panamá entró en una inesperada tensión por la pretensión estadounidense de apoderarse el Canal de Panamá.
Sin embargo, esto es política y tiene sus claroscuros. En relación a Milei, Trump tiene en él un verdadero admirador que tratará de estar bajo su ala de manera incondicional pero no queda claro si eso será usado por el magnate neyorquino como trofeo o eso se verá traducido en apoyo económico a través del FMI o algún tipo de beneficio material para que el gobierno sostenga su plan económico.
Estos nombres apuntan a una estrategia a dos bandas: América Latina y Europa. En el caso latinoamericano, Milei apunta a ser el interlocutor en una región que tiene al resto de los presidentes aliados a Lula que se encamina a tener una relación mínima con Washington para priorizar a los BRICS.
Con Bukele es más complejo. El salvadoreño tiene juego propio y tiene sobre la mesa de diálogo con Trump dos temas vidriosos: la migración irregular y el vínculo con China que Bukele defiende a capa y espada. No hay que descartar tensiones por estos dos asuntos.
De todas formas, invitar a Milei y al ex presidente de Brasil Jair Bolsonaro es una provocación para Lula y Sheinbaum y una declaración de principios respecto de para donde quiere que vaya su vínculo con la región. La cumbre de los BRICS de mitad de año en Río Janeiro pede ser un desafío a la conducción norteamericana.
Otro mensaje fue la invitación al líder opositor, Edmundo González, luego de la fraudulenta asunción de Nicolás Maduro que le permitió aferrarse al poder hasta 2031. Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos no revocó las licencias petroleras de Chevron en territorio venezolano y nada hace pensar que Trump haga lo contrario en medio de la presión del sector para seguir haciendo negocios con el régimen.
De lado europeo, Meloni y Orbán son las piezas fundamentales para la ofensiva trumpista contra Europa que ubica a la Unión Europea como socio menor y a la OTAN en el riesgo de no recibir más recursos para sostener la guerra en Ucrania que el republicano quiere terminar.
De lado europeo, Meloni y Orbán son las piezas fundamentales para la ofensiva trumpista contra Europa que ubica a la Unión Europea como socio menor y a la OTAN en el riesgo de no recibir más recursos para sostener la guerra en Ucrania que el republicano quiere terminar.
Giorgia Meloni juega a ser el nexo entre los dos universos en tensión y el húngaro es el principal interesado en terminar con la guerra y relanzar la relación con Rusia.
Un halcón a la diplomacia
Es evidente que Trump quiere hacer de la política exterior una medalla de fortaleza que exponga lo errático de los Democratas que dejan el poder con dos guerras en curso. La de Gaza llegó a un acuerdo antes de su llegada al poder pero fuerte presión del propio Trump y la de Ucrania está por verse. Para esto será importante ver el margen de acción de Marco Rubio a quien no se le garantizó la centralidad en las decisiones importantes y en el caso de América Latina se decidió parcelar el poder con Maurice Claver Carone.
En efecto, los elegidos de Trump para formar parte de su ceremonia de asunción tiene un carácter simbólico potente que habrá que ver como se desarrolla en términos materiales para resolver cual es la dirección estratégica que tendrá Estados Unidos en medio de la disputa con China.