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Matrimonio diplomático desafía a Javier Milei y participa de la cumbre de cambio climático

Dos altos funcionarios del ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto han ignorado la estricta bajada de línea del presidente Javier Milei respecto al cambio climático y se han presentado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) en Bakú, Azerbaiyán, un evento en el que Argentina, según la postura oficial, no debería tener representación.

Los funcionarios en cuestión son Mariángeles Bellusci, embajadora en Azerbaiyán, y su esposo, el ministro Víctor Enrique Marzari. Ambos fueron designados por el otrora presidente Alberto Fernández, durante la gestión de Santiago Cafiero. REALPOLITIK los descubrió escondidos entre el público en una foto oficial de la cumbre, ya que en sus redes sociales han evitado cualquier mención del evento. Este hecho, ignorado en el seno del gobierno libertario, promete generar gran controversia por constituir un desafío directo a la reciente purga ideológica de Milei en el ámbito diplomático.

Contexto de la situación en Cancillería

La controversia llega tras la abrupta salida de la excanciller, Diana Mondino, a quien Milei removió en medio de fuertes tensiones ideológicas y tras desacuerdos en temas estratégicos. Mondino fue reemplazada precisamente para asegurar un alineamiento total con las directrices presidenciales. El cambio representó un mensaje claro para el cuerpo diplomático: aquellos que no compartan la visión de Milei sobre temas como el cambio climático, el comercio exterior y los derechos de explotación en sectores clave serían removidos o forzados a renunciar.

¿Desobediencia calculada o rebelión silenciosa?

La cumbre climática COP29, que tiene como eje la financiación climática para ayudar a los países en desarrollo a enfrentar las consecuencias del cambio climático, ha contado con la ausencia de varios líderes globales y con una representación baja por parte de Estados Unidos y otros países industrializados. Sin embargo, para la sorpresa de la delegación internacional, Argentina estuvo presente en la figura de Bellusci y Marzari, quienes actuaron al margen de la línea que el presidente Milei viene promoviendo.

La decisión de estos funcionarios de asistir a la cumbre sin anunciarlo públicamente plantea varias interrogantes sobre su posición dentro del gobierno libertario y las posibles fracturas en el alineamiento ideológico que Milei intenta imponer a través de su nuevo canciller, Gerardo Werthein. La pareja diplomática parece haber mantenido una postura discreta, posiblemente para evitar repercusiones, pero la cobertura mediática internacional dejó en evidencia su participación en la cumbre.

Reacciones y posibles consecuencias

Es previsible que esta posición desafiante despierte tensiones internas en la Cancillería y provoque una reacción enérgica de Milei, quien ha enfatizado la necesidad de unidad y disciplina dentro del cuerpo diplomático. La desobediencia de Bellusci y Marzari podría resultar en una purga aún más estricta dentro del gabinete y en un mensaje contundente, en el marco de la nueva gestión encabezada por Werthein, de que la disidencia ideológica no será tolerada.

La participación de estos funcionarios en Bakú pone de relieve las dificultades que enfrenta el gobierno para implementar una política exterior homogénea y disciplinada. La presencia de Bellusci y Marzari en la COP29, aún en contra de la voluntad de Milei, expone una grieta en la Cancillería y plantea dudas sobre el verdadero alcance de la purga ideológica.