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TECHINT se queda con las tierras que dejó YPf para el negocio de GNL

Paolo Rocca tiene en carpeta un proyecto GNL localizado en Bahía Blanca. En la industria afirman que la decisión de YPF de mudarse a Río Negro, «se la dejó servida». El presidente de YPF es un ex gerente de Techint.

Luego que la mediocre gestión libertaria de YPF decidiera contra todo argumento económico trasladar el proyecto de GNL de Bahía Blanca a Rio Negro, Paolo Rocca analiza que su petrolera Tecpetrol aprovecha esa decisión para montar su propia planta de licuefacción de gas en la ciudad del sur bonaerense.

La decisión abrió enormes interrogantes sobre la gestión del presidente de YPF, Horacio Marin. Es que este ingeniero llegó al cargo de la mano del propio Rocca y fue un importantísimo cuadro gerencial de Tecpetrol. De ahí que en el mercado la revelación de la decisión de Rocca generó un escándalo importante.

«Un genio Marin, infla Tecpetrol y desinfla YPF», afirmó un analista del sector. El proyecto de Rocca, a diferencia de las iniciativa de PAE y la que intenta reflotar YPF tras el fracaso de Petronas, no instala buques licuefactores sino que apunta a la construcción de módulos en tierra. El puerto de Bahía Blanca aparece como el sitio con mayores ventajas comparativas para ese tipo de planta, sin mencionar la desarrollada infraestructura del puerto. Un detalle obvio que no se les pudo haber pasado a los técnicos de YPF.

Tecpetrol reveló que el proyecto se encuentra en la etapa de Front-end engineering design (FEED), es decir, el momento donde se definen aspectos técnicos y financieros. El primer módulo tendría una capacidad de producción de entre 2 y 4 millones de toneladas anuales (MTPA) de GNL. Calculan que la ingeniería básica estará terminada para mediados del 2025. Aún se desconocen las cifras de inversión proyectada. Para su probable radicación en el puerto de Ingeniero White, utilizará las tierras que dejó vacante YPF.

«Les regalaron la operación», agregó en diálogo un directivo de una petrolera que remarcó «con esta movida, Horacio Marin demuestra quien es su verdadero jefe».