Tras los ataques a Hezbollah, Israel lleva la guerra a la frontera con Líbano
En medio de dos días consecutivos de explosiones mortales de localizadores personales (“beepers”) y dispositivos de comunicación en el Líbano, en manos de cientos de miembros de Hezbollah, se agrava la situación en Medio Oriente.
El martes fueron los “beepers” explosivos que causaron 12 muertos y casi 2.800 heridos, en tanto el miércoles estallaron “walkie-talkies” y otros dispositivos electrónicos, provocando 20 muertos y al menos 450 heridos.
Se sabe que las explosiones han tenido lugar en los suburbios de Beirut, así como en las ciudades de Nabatieh, Tiro y Saida, en el sur del Líbano.
Los localizadores personales fueron fabricados por una empresa con sede en Hungría. Un funcionario estadounidense dijo que Israel informó a Estados Unidos, después del ataque, que se habían escondido pequeñas cantidades de explosivos en los dispositivos.
Si bien no se adjudicó los ataques, Israel anunció “una nueva fase de la guerra hacia el norte”.
El premier Benjamín Netanyahu eligió este momento para enviar un mensaje devastador a la milicia libanesa respaldada por Irán, tras una escalada gradual de violencia a lo largo de la frontera norte de Israel.
Y Hezbollah, la organización chiita libanesa apoyada por Irán, prometió un “castigo especial”.
“Estos ataques definitivamente serán castigados de manera única, habrá una venganza sangrienta”, dijo Hashem Safieddine, del Consejo Ejecutivo de Hezbollah.
“El enemigo debe saber que no estamos derrotados, que no nos doblegaremos, que no retrocederemos”, afirmó Safieddine.
Nueva fase de la guerra
El Ministro de Defensa israelí declaró una “nueva fase” de guerra mientras ejército vuelca su atención a la frontera norte con Líbano.
Yoav Gallant afirmó que tras meses de guerra contra el grupo palestino Hamás en la Franja de Gaza, “el centro de gravedad está moviéndose hacia el norte mediante el traslado de recursos y fuerzas”.
“Estamos en el inicio de una nueva fase de la guerra, una fase que requiere coraje, determinación y perseverancia”, expresó.
El Ejército israelí ya dijo que con sus “misiones” en Gaza casi cumplidas, el foco de Israel se está trasladando ahora a la frontera con Líbano.
Es la última de una serie de advertencias lanzadas por las autoridades israelíes en los últimos días a Hezbollah, grupo con el que mantiene un intenso intercambio de fuego desde el 8 de octubre que ha obligado a evacuar a más de 60.000 residentes de las comunidades del norte del país.
Indicios de algo mayor entre Israel y Hezbollah
A su turno, el ministro del Exterior libanés, Abdallah Bou Habib, dijo que la explosión de cientos de buscapersonas y walkie-talkies podría ser un presagio de un conflicto más amplio en Oriente Medio.
Advirtió de la gravedad del incidente “porque se produce después de las amenazas israelíes de ampliar el alcance de la guerra con el Líbano, lo que hundiría a la región en un ciclo más amplio de violencia y daría la señal de una guerra más amplia”.
Las explosiones en el Líbano parecen ser un precursor de algo mayor entre Israel y Hezbollah, dijo por su parte el secretario general de la ONU.
Hablando de las explosiones, António Guterres dijo que “la lógica de hacer explotar todos estos dispositivos es hacerlo como un ataque preventivo antes de una operación militar importante”.
“Estos acontecimientos confirman que existe un grave riesgo de una escalada dramática en el Líbano y se debe hacer todo lo posible para evitar esa escalada”.
“Beepers” pirateados
Los pagers -equipos buscapersonas también conocidos como beepers– en manos de Hezbollah están en el ojo de la tormenta.
La compañía de Taiwán apuntada por las autoridades libanesas dijo que en realidad los dispositivos habían sido producidos en Hungría, en lo que parece ser una empresa fantasma creada en 2022
La explosión simultánea de los beepers en Líbano parece resultado de una infiltración en la cadena logística del movimiento islamista proiraní.
Los dispositivos habrían sido “pirateados en origen” por agentes del Mossad antes de ser enviados al grupo islamista, que los habría comprado en Hungría.
Trascendió que la agencia de inteligencia israelí accedió a buscapersonas que iban destinados a Hezbolla y les colocó una sustancia explosiva llamada Pent (tetranitrato de pentaeritritol), que detonó calentando las baterías.
El líder de Hezbollah, Hasan Nasrallah, ya había advertido a los miembros del grupo que no llevaran teléfonos celulares, diciendo que podrían ser utilizados por Israel para rastrear sus movimientos y llevar a cabo ataques selectivos.
“El teléfono celular es el espía mortal del enemigo”, aseguró.
Esta operación se suma al asesinato en Teherán, a finales de julio, del líder político del movimiento islamista palestino Hamás, Ismail Haniye.
Críticas y cuestionamientos
“Todos en el mundo están menos seguros”, advirtió Edward Snowden, ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos y de la CIA.
Agregó que “si los iPhones salieran de la fábrica con explosivos… los medios de comunicación se darían cuenta del horrendo precedente que se ha establecido”.
Snowden, quien atribuyó a Israel las detonaciones, afirmó que el mundo “está menos seguro” luego de las explosiones masivas de beepers y otros dispositivos en el Líbano.
“Nada puede justificarlo. Es un crimen”, concluyó.
Por su parte, la ONG Human Rights Watch calificó de ilegal el empleo de este tipo de explosivo.
“El derecho internacional humanitario prohíbe el uso de bombas trampa, para evitar poner a la población civil en grave peligro”, señaló la directora para Oriente Medio y Norte de África de la organización.